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El desabastecimiento del mercado se agudiza, con una demanda que se mantiene alta. Las terminales sostienen los planes de producción y exportación.

A mediados de julio, el Gobierno realizó un sondeo entre las automotrices para saber si las empresas iban a cumplir con los planes de producción, ventas y exportaciones previstos para este año, teniendo en cuenta el contexto adverso que se vive en el país, tanto en materia económica como sanitaria.
La respuesta a ese requerimiento se demoró unos días ya que las terminales agrupadas en ADEFA debieron ajustar las proyecciones, realizadas a comienzos de 2021, para adaptarlas al contexto actual.
La semana pasada, las empresas ya tenían definido el nuevo cuadro de situación y, en base a información a la que pudo acceder Ámbito, el sector prevé vender 20.000 autos menos de lo esperado, como consecuencia de las trabas a las importaciones.Originalmente, las fábricas radicadas en el país estimaban un mercado para este año de 440.000 pero ahora el número que manejan es de 420.000. La disminución de las operaciones está centrada en el desabastecimiento de unidades que llegan del exterior.

Este es un problema que se viene agudizando desde hace meses y sus efectos directos son las demoras para acceder a un vehículo, más los sobreprecios que se deben pagar por la escasa oferta del exterior.

Esto generó que, por ejemplo, de los diez modelos más vendidos de julio, siete sean producidos en el país. A nivel global, el 48% del mercado son vehículos nacionales. Hace cuatro o cinco años, los “made in Argentina” representaban sólo 30%.

Por la falta de dólares, el Gobierno dispuso desde el año pasado un cupo de importación, en base a la restricción de divisas. Cada terminal tiene asignada una cuota de fondos con la que deben afrontar la importación de 0 km como la de piezas para producir. Si utilizan más para un rubro, deben recortar del otro. La otra alternativa es que generen sus propios dólares a través de un aumento de las exportaciones. El problema es que esta salida está condicionada por el techo que hay hoy para la producción debido a distintos motivos.

El tema sanitario es un condicionante importante. Las fábricas vienen trabajando con protocolos que les impide aumentar el ritmo de producción como se requiere.

Si bien estas últimas semanas se alivió la situación, hasta hace poco, los niveles de ausentismo eran muy elevados. Hay recordar que, en abril, Toyota tuvo que suspender por unos quince días un turno fabril por falta de personal. La marca japonesa es el principal fabricante de vehículos en el país y ese parate forzado se siente a nivel global.

Para recuperar esos días perdidos y tratar de satisfacer la demanda, la terminal instalada en Zárate está trabajando en feriados, sábados y vacaciones de invierno, para alcanzar un récord de producción.

En otras fábricas, el tema del ausentismo también fue un limitante de la actividad.

A esto se suman los problemas de abastecimiento de piezas. La logística del comercio exterior es muy complicada en estos días, algo que afecta, en mayor o menor medida, a todos los países. Por ejemplo, la falta de semiconductores impacta a la producción mundial.

También hay demoras permanentes en la llegada de barcos con piezas, lo que hace que las plantas locales estén trabajando siempre al límite y cualquier retraso obliga a para las líneas de montaje.

Hay que recordar que el 70% de las autopartes que se utilizan para fabricar un vehículo en el país llegan del exterior. El 30% restante, que sale de proveedores locales, también tiene alto contenido de insumos importados. Es por eso que, muchas veces, los autopartistas que fabrican en el país no pueden cumplir a tiempo con los pedidos.

Otro factor que complicó la producción es la demanda de oxígeno para las unidades de terapias intensivas por el coronavirus.

Eso hizo que este insumo también estuviera limitado para la industria, junto con otros como el nitrógeno y el argón.

Pese a estos inconvenientes, las fábricas locales esperan cumplir con la producción prevista para este año que es de 490.000 unidades. Si bien la sumatoria de lo que proyecta cada empresa arroja un número inferior, no es significativo. El cálculo total cerró en unos 2.000 vehículos menos.

En cuanto a las exportaciones, los datos suministrados por las automotrices, meses atrás, hablaban de 290.000 vehículos y las respuestas de las terminales confirman esa cifra, ya que está atada directamente a la producción.cccc

 

Fuente: Ambito