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Experimentó su peor caída en cuatro semanas y terminó la jornada a u$s511,16. El contrato septiembre cerró por debajo de los u$s490.

La cotización de los principales commodities del agro, fundamentalmente la soja, el maíz y el trigo, sufren ante un posible rebrote de covid en el mundo que plantea el avance de la variante delta, lo que a su vez frenaría la recuperación económica global que se espera para este año. En este marco, el contrato agosto de soja perdió ayer en el mercado de Chicago, casi u$s10 y llevó el valor de la oleaginosa hasta los u$s511,56 la tonelada, a la vez que la posición septiembre bajó 2,39% (u$s11,94) para concluir la jornada a u$s486,39 la tonelada.

Los subproductos de la soja acompañaron la caída, con un retroceso del 2,63% (u$s10,36) en la harina hasta los u$s383,38 la tonelada, mientras que el aceite se retrajo 2,08% (u$s29,76) para cerrar a u$s1.394,84 la tonelada.

El escenario parece presentarse más que complejo para la cotización del cultivo que actualmente genera lo mayores ingresos de divisas para la economía argentina. Es que el mercado sigue de cerca los vaivenes climáticos en Estados Unidos y la mejora en los pronósticos también empuja a la baja los precios internacionales. Además, como sucede habitualmente, los fondos de inversión salieron agresivos a liquidar posiciones ante la incertidumbre que presenta el mercado.

En tanto, en lo que respecta estrictamente con la economía local, la baja del precio de la soja aparece como una luz amarilla en el horizonte porque el ingreso de dólares frescos depende del campo. Solo durante los primeros siete meses del año el sector aportó poco más de u$s20.100, valor récord para este período y que representa prácticamente lo mismo que ingresó durante todo 2020. Para lo que resta del año se espera una merma lógica, por cuestiones estacionales, de los montos a liquidar porque con la cosecha concluida los productores eligen guardar el grano en los silos y comercializar principalmente maíz y trigo.

En este contexto, las proyecciones indican que, en lo que respecta a soja, aún hay en stock alrededor de 23 millones de toneladas, de las cuales solo el 20% están declaradas por exportar y la decisión de venta por parte del productor del 80% juega un rol estratégico para la economía local ya que generarían ingresos por alrededor de u$s9.200 millones.

De esta manera, los agricultores hoy se debaten entre vender el grano a los actuales precios que todavía, a pesar de las bajas, están sustancialmente por arriba de lo que recibían un año atrás o esperar para vender a menores precios pero con un tipo de cambio oficial más elevado. Según indican en el mercado, las próximas semanas serán clave para entender como seguirá este fenómeno que tanto impacto tiene en la economía local.

Mientras tanto, más allá de la soja, otra señal de alarma viene con la caída en los precios del resto de los principales cultivos. En el mercado de Chicago, el precio del maíz retrocedió ayer 1,47% (u$s3,25) y se posicionó en u$s216,72 la tonelada, ante una toma de ganancias por parte de los fondos especulativos.

“Los argumentos bajistas compartidos con la soja son la ausencia de novedades desde el lado de la demanda china y el temor que los nuevos brotes de covid genera entre los inversores”, indicó Granar.

Otra cuestión negativa fue “el incierto destino de las abundantes existencias de etanol, cuando desde el Congreso estadounidense legisladores de Estados petroleros plantean la posibilidad de eliminar ese biocombustible del mandato de corte obligatorio”.

Por último, el trigo cayó 0,68% (u$s1,84) y se ubicó al finalizar la sesión en u$s266,21 la tonelada, también, como sucedió en el grano amarillo, por toma de ganancias, tras las fuertes subas de ayer.

Sin embargo, las malas condiciones del trigo de primavera en Estados Unidos, cuyas estimaciones de producción podrían sufrir otro recorte, sumado a una merma en las expectativas de cosecha de Canadá, limitaron las pérdidas.

 

 

Fuente: Ambito