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Qué hay de cierto en esta creencia popular y por qué la clave para responderlo es la entrega del torque.

Vamos a arrancar este nuevo capítulo de Mitos Fierreros con la respuesta a la pregunta inicial: si de aburrido se califica a un auto que no tiene la capacidad de acelerar con contundencia, no, los autos eléctricos no son ni por asomo más aburridos que los nafteros. Es una creencia totalmente falsa.

A los autos eléctricos se les podrán reclamar ciertas cosas, como la poca autonomía en la mayoría de los casos y la ausencia del ruido a motor a combustión, un requisito que para muchos conductores sigue siendo excluyente, pero jamás su capacidad de aceleración.

El empuje no bien se roza el pedal del acelerador es una de las características que más llaman la atención de los conductores que por primera vez se ponen al volante de un auto eléctrico. Quién nos hizo creer alguna vez lo contrario no se sabe, pero de ningún modo es así.

Lo dicho hasta aquí es una simple opinión de quien escribe: los motores eléctricos entregan su torque máximo en una décima de segundo, mientras que los nafteros lo entregan entre las 1.500 y 6.000 revoluciones por minuto, en promedio, según el impulsor y su tecnología.

El torque, en términos técnicos, es la medida de fuerza que hace que se produzca un giro sobre el cuerpo que la recibe, la cual se mide en newtons/metro. En un vehículo, determina el movimiento de rotación del eje que le proporciona al motor la energía necesaria para realizar la fuerza. Es, básicamente, la fuerza de empuje, mientras que la potencia es el tiempo que tarda el motor en ejercerla.

Como la fuerza máxima de empuje de un motor eléctrico está disponible en todo su rango de utilización, este tipo de vehículos ofrecen una conducción ágil y divertida, con respuestas contundentes a las órdenes del conductor, cualquiera sea la velocidad a la que se circule.

Desde ya, cuánto empuje ofrezca un auto eléctrico dependerá de cada caso en particular. No todos los motores eléctricos son iguales en términos de fuerza, de igual modo que ocurre con los nafteros: un 1.0 de tres cilindros y 60 caballos no acelera tanto como un V8 biturbo de 600 burros, pero en modelos similares suelen destacarse: un Volkswagen Up con motor naftero aspirado acelera de 0 a 100 km/h en 13,2 segundos y con motor eléctrico lo hace en 11,9 segundos, por ejemplo.

Por lo explicado hasta aquí, es inconsistente decir que los autos eléctricos aceleran menos, empujan menos o son más aburridos que los nafteros. De lo contrario, no sería posible que exista un súperdeportivo eléctrico llamado Rimac Nevera con capacidad para acelerar de 0 a 100 km/h en 1,85 segundos. O que Tesla, la firma norteamericana que se especializa en este tipo de vehículos, fabrique un Model S en versión Plaid que tarda apenas 2 segundos en completar el “cero-cien”. Y Porsche, con su Taycan (es el primer eléctrico de su historia), lo consiga en 2,7 segundos.

Den por hecho que lo divertido o aburrido de manejar un auto eléctrico dejará de ponerse en duda a medida que esta tecnología sea probada cada vez por más conductores.

 

 

Fuente: TN