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Son las bombas que dan presión a los sets de fractura para sumar nuevos pozos. Cada dos horas demandan en promedio un poco más de un camión de combustible.

Para obtener petróleo y gas las empresas deben también contar con energía para producirlo y sin dudas un volumen más que importante de esa energía es el que consume el gran motor que hace andar a Vaca Muerta y que son los sets de fractura.

Actualmente funcionan en Vaca Muerta ocho sets de fractura de las compañías de servicios especiales Calfrac, Halliburton, Schlumberger, Tenaris y Weatherford.

Si bien hay diferencias de set a set, se estima que en promedio poseen cerca de 40.000 caballos de fuerza hidráulicos (hhp), por lo cual en conjunto el parque de bombas de Vaca Muerta alcanza los 320.000 caballos de fuerza.

De acuerdo a las operadoras consultadas, en sus costos estiman que por cada etapa de fractura las bombas necesitarán de unos 11.500 litros de gasoil grado 3, es decir del gasoil de tipo premium.

Si tomamos el caso del mes pasado, en junio se realizaron un total del 985 etapas de fractura, por lo cual los sets de fractura consumieron cerca de 11,3 millones de litros de gasoil tan solo en ese mes.

Pero es un valor que puede superar los 12 millones de litros en 30 días como ocurrió en mayo, cuando Vaca Muerta alcanzó su récord histórico de actividad con 1079 etapas de fractura realizadas lo cual implicó un consumo de 12,4 millones de litros de gasoil.

Con esos valores, las bombas de Vaca Muerta están demandando una logística más que aceitada, ya que cada dos horas requieren un poco más de un camión de combustible para poder funcionar, es decir unos 32.000 litros.

El presidente de YPF, Pablo González, destacó esta situación la semana pasada cuando contó que “el consumo de combustibles en las etapas de fractura es alto, y solo el mes pasado representó 5,3 millones de litros” para la empresa de bandera.

Los sets de fractura disponible trabajan al tope de su capacidad.

La advertencia de González se dio en el acto de presentación del primer equipo de aprovisionamiento controlado de combustible para los sets de fractura de fabricación nacional que YPF adquirió a la empresa HTI Cono Sur.

El nuevo equipo es lo que se conoce en la industria como un hot fuelling, es decir, un sistema de control que permite que las bombas estén permanentemente alimentadas, sin la necesidad de parar en ningún minuto las operaciones.

Este equipo demandó una inversión de 750.000 dólares y si bien es el primero de fabricación nacional en un 70% de sus componentes, su adquisición se dio por medio de una licitación en la que además de la empresa nacional se presentaron varios postulantes de los Estados Unidos.

La cantidad de sets de fractura disponibles para Vaca Muerta representa actualmente una amenaza de ser todo un cuello de botella, dado que no hay más equipos disponibles en el país de los que ya están operando, dado que muchos se retiraron del país entre principios de 2019 y las semanas previas al inicio de la pandemia, sino que desde entonces se hayan incorporado nuevas unidades.

Desde el sector confían que ese potencial cuello de botella pueda verse un tanto diluido con la realización de simul fracs, o fracturas en simultáneo que ya se probó en dos ocasiones y que permite fracturar dos pozos a la vez, con un mismo set.

Escala y cuidado ambiental

En la cuna del desarrollo del shale, en los Estados Unidos, los sets de fractura llevan un par de años diversificando el tipo de energía que consumen, desde lo que lo hacen a gas a los que son alimentados por energía eléctrica, conocidos como los E-sets.

Con la mirada puesta en el cuidado ambiental, para reducir las emisiones de dióxido de carbono de estas bombas, las firmas han ido adoptando nuevas tecnologías que además reducen considerablemente el ruido ambiental, siendo ese un gran punto a favor de los trabajadores de los campos.

Si bien esas tecnologías podrían aplicarse en los desarrollos de Vaca Muerta, ya sea el cambio total a un aprovisionamiento eléctrico o el montaje de adaptadores para que consuman gas natural licuado (GNL), la gran diferencia con los desarrollos de los Estados Unidos está en la escala.

Como se mencionó actualmente en Vaca Muerta operan ocho sets de fractura, una porción casi insignificante en comparación con los 242 sets de fractura que esta semana operaron en las diversas formaciones shale de Norteamérica, en donde a diferencia del caso local son siete las rocas madres, las Vacas Muertas, que están en producción.

 

 

Fuente: Rio negro