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La declaración de emergencia hídrica reducirá la capacidad de generación de las represas de las grandes represas de la zona. Anticipan que habrá mayores importaciones de gasoil para cubrir el pico de demanda del verano.

La resolución adoptada por la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC) de declarar la emergencia hídrica en la región tendrá un impacto directo en la capacidad de generación de energía eléctrica de las grandes represas de los ríos Limay y Neuquén, en un momento en el que el país ya arrastra una caída en la generación a raíz de la sequía extrema del Paraná.

Las cinco represas de la zona forman lo que se conoce como el “gran motor del Comahue”, un complejo con 4.431 MW de potencia instalada que desde ahora se verá reducido a su mínima expresión.

Desde la secretaría de Energía de la Nación se informó a Energía On que se respetará la declaración de emergencia emitida por la AIC, por lo cual no se entablará una suerte de guerra entre el planteo de cuidar el agua del organismo de cuencas y la necesidad de una mayor erogación para poner en marcha las turbinas de las hidroeléctricas.

Para el gerente general de El Chocón, de la firma Enel, Daniel Garrido, “la emergencia limita la capacidad de generación de El Chocón pero no implicará un cuello de botella porque los embalses están realmente muy bajos y el caudal entrante es también bajo, por lo que es posible que no implique grandes cambios a como veníamos trabajando”.

El Chocón funciona en conjunto con su compensador, Arroyito. La gran represa tiene la capacidad de generar hasta 1.200 MW de potencia, turbinando para ello un caudal mayor a los 900 metros cúbicos por segundo que soportan las turbinas de Arroyito.

Cuando sucede eso, ante una necesidad de mucha electricidad en el sistema nacional como ocurrió el año pasado, el vertedero de Arroyito debe ser abierto y dejar el agua pasar al cause del río sin generar energía.

Las proyecciones de la AIC es que en lo que queda del invierno el nivel de erogación se mantendrá en 300 metros cúbicos por segundo aguas abajo del Limay y en 35 en el Neuquén con la proyección de elevarse hasta los 120 metros cúbicos por segundo cuando inicie la temporada de riego.

“El Chocón es una central de apuntalamiento, es decir que no está funcionando todo el tiempo, sino ante pedidos puntuales de gran generación y eso seguramente lo va a manejar con mucha precisión Cammesa”, indicó Garrido.

En tanto que las represas ubicadas aguas arriba podrán tener una mayor o menor generación dado que cuenta con la posibilidad de que el agua que utilicen sean acopiada por el siguiente embalse.

Ayer el gobierno nacional emitió también una declaración de Emergencia Hídrica de alcance a siete provincias, que tiene como especial foco la situación del río Paraná, y que apunta a darle una mayor libertad al área de Energía para poder importar gasoil y fuel oil para completar la generación térmica, atendiendo especialmente a que en la cuenca del Paraná hay centrales que han debido dejar de funcionar porque no pueden acceder al agua necesaria para sus operaciones.

Es por esto que tanto Garrido como el referente por Neuquén en la AIC, Elías Sapag, advirtieron que la mayor preocupación es hasta cuándo se prolongará la situación de sequía ya que a partir de noviembre comienza la temporada de gran consumo de energía eléctrica, por los aires acondicionados, que tiene sus picos habituales entre enero y febrero.

En el caso de la AIC se advirtió la gravedad de la sequía que afecta a la zona al recordar que la última vez que se declaró una emergencia hídrica fue literalmente el siglo pasado, en 1999. En un momento en el que además el consumo demandado por las ciudades del valle era mucho menor por la menor población que había en esa fecha.

La cuenca del Limay, Neuquén y Negro lleva cerca de 125 meses en sequía, siendo este el décimo tercer año consecutivo en el que las lluvias y la nieve no logran reponer el nivel de los embalses.

 

 

Fuente: Rio negro