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El gerente general de la asociación civil habló de las posibilidades para la industria, pero pidió que el Gobierno los escuche y acompañe. Se refirió a las dificultades de financiamiento y desafíos para el sector.

El sector de la energía eólica viene de atravesar un momento crítico pero busca fortalecerse para seguir creciendo. Entrevistado por ÁmbitoHéctor Ruiz Moreno, gerente general de la Cámara Eólica Argentina (CEA), una asociación civil que nace a fines de 2017 con el fin de favorecer el desarrollo y potenciación del sector eólico, sostiene que si bien el modelo local se ha erigido de la misma forma que en otras partes del mundo, incluidos Chile, Brasil y Colombia, en el caso argentino, la geografía es notablemente favorable para la energía eólica por los vientos que tiene en toda la Patagonia, el sector costero y cordillerano.

También argumenta que, cuando históricamente se propiciaron las subastas de energía, “los grandes grupos empresarios mundiales vinieron de todos lados con financiamiento buscando la posibilidad de hacer un negocio importante”. Dirá más adelante que el de la energía eólica es un negocio que, si bien tiene componente externo, también trae aparejado desarrollo nacional y mano de obra. Más relevante, sostiene que producto de la irrupción de la pandemia y, posteriormente, del marco restrictivo vinculado a la falta de divisas con las que cuenta el Banco Central, muchos proyectos se han visto interrumpidos y que incluso algunas firmas intentaron vender contratos PPA sin éxito.

El año pasado, la Compañía Administradora del Mercado Eléctrico (CAMMESA) anunció que había 2.000 MW de energías renovables de proyectos que no se llevaron a cabo, adjudicados durante el Gobierno pasado en las subastas del Programa RenovAr y el Mercado a Término (MATER). Hoy, algunas problemáticas se han resuelto, pero otras no.

Periodista: ¿Cuáles son los problemas que ahora enfrenta el sector?

Héctor Ruiz Moreno: Uno de los problemas que tiene el sector es la falta actual de financiamiento en un negocio que lo necesita de manera intensiva. Lo tuvimos en algún momento y ahora no está disponible. Se hacían líneas de fondeo a tasas del 6 o 7 por ciento anual en dólares y hoy eso no se puede. Muchas veces lo ofrecían los organismos multilaterales, incluso los bancos. Y no es un tema menor, porque para nuestro sector, la financiación es clave. Esto no quiere decir que el sector esté parado y no haya o no pueda haber hacia adelante inversiones locales, sobre todo para el mercado a término.

P.: La capacidad de transporte retenida luce como otro problema que tienen por delante…

H.R.M.: Después del financiamiento, efectivamente este es otro de los inconvenientes. La capacidad de transporte retenida por los proyectos que no se han ejecutado por la pandemia, son más de 1500 MW que están ahí, con prioridad de despacho. En realidad, este tema ya ha sido parcialmente resuelto por la Secretaría de Energía para el Mercado a Término de Energías Renovables (MATER). Ahora lo que esperamos es que se resuelva para el tramo del Programa de abastecimiento de energía eléctrica a partir de fuentes renovables (RenovAr). Es importante lo de MATER, que es un 30% del total, por la expectativa creada de algunos protagonistas del sector eólico por los contratos entre generadores y grandes usuarios. Ese aspecto se despejó. A través de la Cámara, se hicieron varias propuestas a la Secretaría de Energía y a la Compañía Administradora del Mercado Eléctrico Mayorista (CAMMESA), varias fueron tomadas. Lo que aún falta es despejar los proyectos que se habían suscripto contractualmente con CAMMESA, y somos optimistas, pensamos que va a salir a la brevedad. Eso es lo que nos han dicho las autoridades. Tenemos, al día de hoy, una relación bastante fluida, dialogamos mucho, lo cierto es que se han tomado ideas dentro de las propuestas que les hemos hecho.

P.: ¿Qué pasará con las penalidades previstas con aquellos proyectos que debían ponerse en marcha pero que en el camino no pudieron concretarse por los problemas antes mencionados?

H.R.M.: Necesitamos que esos proyectos se vayan con penalidades bajas o sin penalidades. Se trata de una situación excepcional, porque los proyectos no pueden realizarse porque se han quedado sin fondeo, y en parte, la situación macro que atraviesa el país, las restricciones que impone el BCRA guardan una relación con ese tema. Retirarse en esas condiciones, con penalidades bajas o sin penalidades, sería interesante, sobre todo para los proyectos que están en los sistemas de RenovAr, es decir, los proyectos que surgieron de las subastas, ahí la diferencia es que hay contratos y están firmados con CAMMESA, hay que ver si al funcionario puede tomar definiciones sobre penalidades o ejecución de garantías… El temor nuestro es que la resolución no sea tan buena, las penalidades no sean tan bajas, las garantías efectivamente se ejecuten, entonces nadie va a querer salir de estos proyectos y probablemente todo esto se termine judicializando.

P.: ¿Cómo evalúan el escenario macroeconómico actual en función del sector que representa?

H.R.M.: El escenario lo vemos complicado, pero somos optimistas, necesitamos que en algún momento surja una nueva regulación que haga más accesible todo este proceso y, por otro, la restitución del financiamiento. El futuro no va a ser lo mismo, pero si creo que el sector se puede perfectamente movilizar con una regulación diferente, más flexible con los operadores locales e internacionales. Esto sigue siendo un muy buen negocio para los generadores, los tecnólogos y los fabricantes de torres… Todo este esfuerzo que hacen los socios de la Cámara que son las empresas más importantes del sector eólico…

P.: Por ley, el sector deberá proveer de energía equivalente al 20% del mercado para 2025…

H.R.M.: Es cierto. Hoy estamos en un 12%. No sé si se va a lograr, la pandemia ha significado un golpe muy duro en los aspectos antes mencionados. Pero quizás, si existe una regulación distinta, en un marco más flexible en términos cambiarios, quizás pueda darse. Hay que pensar que este es un negocio cuya tecnología no es local, es extranjera, salvo el componente nacional que pueden ser las torres, los servicios, la logística, que puede alcanzar al 30% del total, pero el resto es externo. En este sector se trabaja con compras en el exterior en forma permanente, y si no tiene una legislación que habilite aduanas competentes, acceso al mercado de cambios, es decir, una regulación propia del sector. Toda esa burocracia se tiene que mejorar sustancialmente, desde lo fiscal, desde los trámites administrativos, la devolución del IVA, los permisos, las importaciones, las exportaciones, los pagos en el exterior.

P.: ¿Cómo piensan los próximos años en el negocio de las energías alternativas?

H.R.M.: Con relación a la competitividad y complementariedad de la energía eólica con otras fuentes de generación, vemos necesario optimizar los distintos recursos naturales aptos para la generación eléctrica, donde la utilización de la energía eólica podría destinarse al abastecimiento interno, enfocando los recursos que pueden ser exportados, como el petróleo y el gas de Vaca Muerta, para impulsar el ingreso de divisas con efecto inmediato en la balanza comercial del país. Si nos escuchan y acompañan, la energía eólica tiene mucho para aportar a la reactivación económica de nuestro país.

 

 

Fuente: Ambito