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Las fábricas sostienen que están trabajando con muchas dificultades debido a las limitaciones sanitarias, el faltante de piezas e insumos y, también, la escasez de dólares para importar.

El sector automotor se encuentra en estos meses con un aumento sostenido de la demanda interna y externa pero con serios problemas para incrementar la producción. Es por eso que el Gobierno le pidió a las terminales locales que ratifiquen o rectifiquen las proyecciones que habían realizado meses atrás para el mercado de 2021.

La consulta fue realizada la semana pasada, empresa por empresa, por el Ministerio de Desarrollo Productivo que comanda Matías Kulfas.

Las automotrices tienen plazo para esta semana para responder al requerimiento oficial.

Pese a faltar unos días para saber el resultado del sondeo, se estima que los objetivos de actividad serán difíciles de cumplir por distintos motivos.

El tema sanitario es un condicionante importante. Las fábricas vienen trabajando con protocolos que les impide aumentar el ritmo de producción como se requiere.

Si bien estas últimas semanas se alivió la situación, hasta hace poco, los niveles de ausentismo eran muy elevados. Hay recordar, por ejemplo, que en abril, Toyota tuvo que suspender por unos quince días un turno fabril por falta de personal. La marca japonesa es el principal fabricante de vehículos en el país y ese parate forzado se siente a nivel global.

Para recuperar esos días perdidos y tratar de satisfacer la demanda, la terminal instalada en Zárate está trabajando en feriados, sábados y vacaciones de invierno, para alcanzar un récord de producción.

En otras fábricas, el tema del ausentismo también fue un limitante de la actividad.

A esto se suman los problemas de abastecimiento de piezas. La logística del comercio exterior es muy complicada en estos días, algo que afecta, en mayor o menor medida, a todos los países. Por ejemplo, la falta de semiconductores impacta a la producción mundial.

También hay demoras permanentes en la llegada de barcos con piezas, lo que hace que las plantas locales estén trabajando siempre al límite y cualquier retraso obliga a para las líneas de montaje.

Hay que recordar que el 70% de las autopartes que se utilizan para fabricar un vehículo en el país llegan del exterior. El 30% restante, que sale de proveedores locales, también tiene alto contenido de insumos importados. Es por eso que, muchas veces, los autopartistas que fabrican en el país no pueden cumplir a tiempo con los pedidos.

Otro factor que complicó la producción es la demanda de oxígeno para las unidades de terapias intensivas por el coronavirus.

Eso hizo que este insumo también estuviera limitado para la industria, junto con otros como el nitrógeno y el argón.

Con este cuadro de situación, es difícil que las terminales puedan cumplir con las proyecciones previstas.

Originalmente, estimaron para el 2021 una producción de 490.000 vehículos. Cuando Kulfas tenga todas las respuestas en su poder, se sabrá si la suma de lo que cada empresa planea fabricar, ahora, llega a ese número. En el sector creen que sería algo menor. “El volumen final podría ser 460.000 ó 470.000 unidades” señaló a Ámbito un directivo de una terminal.

En cuanto a las exportaciones, los datos suministrados por las automotrices, meses atrás, hablaban de 290.000 vehículos. Este número dependerá, obviamente, del volumen de producción que se confirme o corrija.

En donde hay pocas dudas es en el mercado interno. La estimación que le presentaron a Kulfas era de 440.000 unidades. Hoy se cree que el techo estará en 420.000.

Aunque las terminales no lo reconozcan oficialmente, si tienen un vehículo y deben decidir si cumplir con un compromiso de exportación o destinarlo al mercado interno, la opción será que esa unidad se venda en el exterior. También es cierto que las trabas a las importaciones disminuye la oferta de vehículos.

Esto se debe a otro limitante que tiene el sector para crecer y es la restricción de divisas. No hay dólares para todo y se debe elegir dónde destinar los que les entrega el Banco Central.

El presidente de Renault, Pablo Sibilla, sacudió al sector, una semana atrás, cuando explicó que la empresa no podía sumar un turno completo de producción porque no tenía los dólares suficientes para importar piezas.

En realidad, el problema está centrado en que las empresas tienen adjudicadas una cantidad de dólares para cumplir con la producción e importación de vehículos que proyectaron, pero para todo crecimiento deberán generarse los dólares adicionales a través de aumentar la exportación.

Desde el ministerio de Kulfas dan a entender que el reclamo de Renault, de pedir más dólares, está destinado a vender más en el mercado interno. De esta manera, aumentaría su déficit y, en este punto, el Gobierno parece inflexible.

Fuente: Ambito