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Las plataformas y aplicaciones basadas en algoritmos e inteligencia artificial son un gran aliado para el agricultor durante todo el ciclo productivo.

La posibilidad que brinda el avance tecnológico para el procesamiento de datos en equipos que entran en la palma de una mano, la conectividad en zonas rurales y el bajo costo de almacenamiento de datos e imágenes en “la nube” se transformaron en aliados clave para uno de los sectores que más aprovechó la revolución de los datos y que día a día la utiliza para maximizar la productividad.

Entre las primeras decisiones que se toman aparecen las de fertilización, cada vez más trascendentales no sólo por lo que representa la aplicación de insumos en los costos sino porque constituyen un factor clave en los rendimientos del cultivo.

Josefina Omaña, gerenta de Marketing de Yara para la Región Sur, detalló que “el productor puede cargar un análisis del suelo de su lote y gracias a la plataforma Atfarm, recibir una recomendación de fertilización de base según la región en la que esta ubicado”. Omaña agregó que además de la utilización de imágenes satelitales que ya estaba disponible, “la novedad de este año es que Atfarm se unió con N-Tester, una herramienta portátil que permite tomar mediciones rápidas y fáciles en un cultivo en pleno desarrollo para establecer los requerimientos exactos de nitrógeno, por lo tanto en el nuevo modelo de negocio se pueden contratar ambas soluciones combinadas”. La propuesta es una suscripción a partir de la cual el productor puede contratar el servicio y pagar al finalizar la campaña con un costo fijo que varía entre los 300 y 500 dólares según la opción elegida, independientemente de la cantidad de hectáreas que se van a analizar.

Desde Xarvio Digital Farming Solutions -una marca de BASF- se impulsa la transformación digital de la agricultura para optimizar la producción de cultivos, con asesoramiento agronómico independiente y específico para cada zona. Hernán Mora, responsable de Operaciones Comerciales de Xarvio Argentina, aseguró que “la plataforma se renovó por completo en 2020 y ya esta disponible para todos los cultivos”.

En el caso de los cereales de invierno muchos productores podrán utilizar una de las mayores virtudes de la plataforma, el “Spray Timer”, una alerta temprana ante la aparición de enfermedades en trigo y cebada. Mora confirmó que esta tecnología se probó en nuestro país durante 3 años y los algoritmos proporcionaron una eficacia superior al 95%.

Para quienes dieron el salto tecnológico, Xarvio ya es una herramienta de consulta diaria para la explotación agropecuaria porque permite programar esquemas de siembra variable, monitoreo de barbechos, mapas de aparición de malezas con semáforos de alarma, mapas de biomasa, brinda recomendaciones y genera alertas tempranas.

Sin embargo, la utilización de las herramientas digitales no termina en el lote. La batalla por producir más y mejor tiene un desenlace comercial cuya máxima expresión es un producto industrializado en la góndola de un supermercado en algún lugar del mundo. Debemos aumentar la producción pero al mismo tiempo garantizar trazabilidad y calidad.

Adrián Poletti, creador de AgTrace-Food destacó que en muchos productos que son de consumo humano directo, como las legumbres o el maní, no sólo se impone el concepto de calidad física sino que también es relevante la composición química, medida en función del Límite Máximo de Residuos (LMR) que pueden permanecer en el cultivo tras la utilización de defensivos agrícolas.

Los consumidores son cada vez más exigentes y demandan la información de cómo, cuándo y dónde se cultivó la materia prima que tiene el producto que llegó a su mesa. Agtrace es un sistema informático que permite almacenar los datos de cómo fue producido y almacenado un alimento desde el barbecho hasta la poscosecha, lo que además de permitir un manejo más eficiente, brinda seguridad a potenciales compradores.

Todas las tecnologías disponibles y las herramientas digitales, desde las recomendaciones de aplicación para que un cultivo exprese el máximo de su potencial hasta las que brindan un respaldo para controlar la trazabilidad de un alimento son determinantes para garantizar el cumplimiento de las buenas prácticas agrícolas que hoy pueden representar una renta extra, pero en el futuro podrían ser la base de las exigencias de los consumidores.

 

Fuente: Ambito