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“Pensamos a largo plazo”, dijo el titular de Shell en el país. Analizó la actualidad de su sector, las limitaciones y las expectativas.

El titular de Shell Argentina trazó un diagnóstico de la actividad productiva de su sector y de la expectativa para los próximos años. Entrevistado por Ámbito, sostuvo que el largo plazo le da la previsibilidad necesaria, pero que hay condiciones como las restricciones para girar divisas al exterior que lo hacen menos competitivo que sus competidores a nivel internacional.

Periodista: La empresa que dirige viene de anunciar estos días la inauguración de una nueva planta de procesamiento en Vaca Muerta. ¿Qué impacto va a tener esto en sus registros de producción?

Sean Rooney: Esta planta integra un conjunto de inversiones que decidimos en 2018. En los últimos años llevamos invertidos más de u$s1.000 millones. En rigor, se trata de un paso clave que nos vincula con el desarrollo masivo de nuestros bloques de Sierras Blancas, Cruz de Lorena y Coirón Amargo Sur Oeste. Todo en Vaca Muerta. Creemos que nos permitirá duplicar la producción este año e incluso, ya que me lo pregunta, podríamos llegar a triplicarla para el año que viene. Estoy hablando de llevar los 15.000 barriles actuales a 30.000 para fines de este año y a los 42.000 en 2022.

P.: Usted señaló que la empresa tiene en marcha un plan de inversiones por unos u$s1.000 millones. ¿Cuándo decidieron comenzar esa inversión y qué nivel de avance tiene?

S.R.: Sí, así es. Esa cifra se divide en unos u$s300 millones por cada año. Con respecto a esta planta que estamos inaugurando, es parte de la primera etapa del plan de desarrollo que pusimos en marcha con el anuncio en diciembre de 2018. Yendo a algunos datos más técnicos, implicaba una ampliación de la capacidad instalada de procesamiento de los 12.000 barriles de petróleo diarios que teníamos con la EPF (Early Processing Facility) en funcionamiento desde 2016 a los 42.000 barriles que alcanzamos con la CPF (Central Processing facility) que pusimos en marcha este mes, que es de 30.000 barriles.

P.: En materia de perforación…

S.R.: Estamos perforando alrededor de 30 pozos por año, aunque también hay que contar otras obras de infraestructura. Lo importante es que los bloques podrían generar más de 70.000 barriles por día, potencialmente hablando, si sumásemos otra planta similar a la que acabamos de inaugurar. Si bien pensamos en eso, por ahora quedará para más adelante, ya que en gran medida va a depender de los resultados que obtengamos ahora y, por supuesto, de la coyuntura.

P.: Hoy no parecieran existir tantas empresas del sector haciendo inversiones millonarias debido a la pandemia…

S.R.: Nosotros tuvimos suerte. Decidimos la inversión en 2018, en ese momento los precios y las condiciones que ofrecía la coyuntura argentina eran distintas. De hecho, la inversión en Argentina era competitiva y ahora no lo es del todo porque algunos elementos cambiaron, por ejemplo, el giro de divisas. Yo creo que nuestra larga experiencia en el país nos da confianza, estamos en Argentina para invertir y producir más allá de los cambios que impone la coyuntura porque pensamos a largo plazo. Las inversiones son de largo plazo porque se sabe que la inversión se repaga en muchos años. La suerte estuvo cifrada en que tomamos la decisión antes de la caída del precio internacional del crudo, y la experiencia y la baja de los costos de producción nos ayudó a retomar las posibilidades del negocio.

P.: Ante un contexto internacional de precios y demanda en alza, ¿cuáles son las condiciones locales que deben sumarse para avanzar en un desarrollo masivo de Vaca Muerta?

S.R.: Las condiciones locales deben hacer que las inversiones sean competitivas. Como le señalé, cuando en 2018 decidimos invertir, lo hicimos pensando en el largo plazo y los cambios de coyuntura no modificaron nuestra decisión. Pero esos cambios regulatorios generan incertidumbre y falta de previsibilidad. Eso pesa a la hora de decidir entre invertir en un activo u otro. Para poder atraer esas inversiones a Vaca Muerta es necesario minimizar esa incertidumbre para los próximos años, y eso se logra con previsibilidad en las condiciones de inversión. Vinculado con esto, yo creo, hay dos aspectos relevantes que esperamos ver incluso en la próxima ley de hidrocarburos; por un lado, el acceso a divisas; y por otro, que los precios internacionales atados al valor del Brent se reflejen en el negocio local. De todas formas, en materia de no convencional, Vaca Muerta es una formación muy buena, excelente, similar o incluso mejor a otras no convencionales en el mundo. Si me pregunta, la geología de Vaca Muerta es de las mejores, por eso tiene mucho potencial, tanto en petróleo como, sobre todo, en gas.

P.: Hablando de las condiciones, ¿cuál es el breakeven (el precio al que se terminan de cubrir los costos) de producir en Vaca Muerta?

S.R.: Ha sido clave el conocimiento que hemos logrado para bajar los costos y ser más eficientes. Porque si lo comparamos con registros anteriores, resulta que estamos perforando pozos al 25% del costo de los pozos regionales. Yo diría que el precio de breakeven está llegando hoy a los u$s30 por barril. Ahora bien, si trazamos una comparación con lo que ocurre en otro yacimiento como Permian, en Estados Unidos, bueno, allí ese precio de referencia está en menos de u$s30. Ahí hay una clave que no debemos dejar pasar. Si el breakeven argentino es más alto, entonces no obtenemos presupuesto suficiente para incrementar la producción y no se hacen más inversiones. Yo creo que aquí hacen falta más equipos perforando, que hay que ganar escala. Los costos de perforación resultan más altos que en Estados Unidos. Nosotros, a pesar de eso, hemos llegado prácticamente a tener pozos igual de competitivos. No hay suficiente escala para equiparar los costos de Estados Unidos. Si me preguntase, yo diría que habría que duplicar la cantidad de equipos de perforación, todo, el set de fracturas, que lleguen muchas más inversiones, más empresas de servicios.

P.: ¿Qué conviene más hoy, vender en el mercado interno o exportar?

S.R.: Resulta mejor la exportación. El mercado internacional ya conoce bien cuáles son las características del medanito que es lo que vendemos al exterior. De hecho había una diferencia en el precio de unos 10 dólares que se fue achicando con respecto al Brent. Ahora la diferencia es de un dólar o menos. Si lo comparamos con la venta en el mercado interno, entonces al valor Brent, que cotiza cerca de los u$s75, hay que restarle las retenciones del 8%.

P.: Mucho se habla de la transición energética. ¿Estamos en tiempo de descuento para lograr un desarrollo de Vaca Muerta?

S.R.: No hay duda de que el gas es la energía más importante de las que se utilizarán para la transición. Serán muchos los países que van a precisar esa energía para reemplazar aquellas que tengan mayores emisiones de carbono. No hay duda de que se trata de una gran oportunidad, no sólo para producir para el mercado doméstico sino sobre todo para exportar. Pero para eso hay que lograr escala y también que haya más inversiones. Eso permite ganar en competitividad, bajar costos, y que sea comparativamente más atractivo producir en Argentina.

 

 

Fuente: Ambito