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La liquidación del campo mostraría un retroceso a partir de ese mes por cuestiones estacionales lógicas de la campaña agrícola.

Mientras la cosecha de soja está llegando a su etapa final y avanza lenta la siembra de trigo, el Gobierno sigue de cerca el consolidado ingreso de divisas que viene mostrando el agro gracias a la fenomenal suba de los commodities, factor clave que colabora con la calma cambiaria que se extendería durante, al menos, los próximos tres meses.

Según las proyecciones del sector privado, en base a las ventas declaradas al exterior por parte de las agroexportadoras, junio terminaría con un ingreso de alrededor de u$s3.000 millones, lo que representa un leve retroceso respecto al récord de mayo que fue de u$s3.500 millones. De todas formas, un volumen óptimo, teniendo en cuenta que en el sexto mes del año pasado, el sector liquidó apenas u$s2.300 millones.

En paralelo, teniendo en cuenta los fenómenos estacionales lógicos de la campaña agrícola, las proyecciones indican que durante el período junio–agosto, el ingreso de divisas continúe sostenido, para comenzar a mostrar un retroceso a partir de septiembre.

En este marco, la consultora FIDE adelanta: “en términos de las perspectivas para los próximos meses, creemos que el contexto de tranquilidad cambiaria se sostendrá gracias al impulso que se va a registrar desde el costado real de la economía con el ingreso de dólares de la producción agropecuaria”.

De esta manera, gracias a la suba internacional de los commodities agrícolas, que en el caso de la soja ronda más del 50% en el año, se espera que el ingreso de divisas crezca alrededor del 20% respecto al año previo cuando apenas rozó los u$s20.200 millones. Este escenario le confiere al Gobierno un aliciente en medio de la segunda ola de coronavirus para asegurarse la pax cambiaria que viene consolidándose durante este 2021.

“Esta situación ayuda a estabilizar las expectativas devaluatorias y eso también se termina reflejando en la estabilidad o reducción de la brecha cambiaria, como se ha visto en los últimos meses. Con una mayor oferta de dólares, el Banco Central tiene mayor capacidad de amortiguar cualquier suba del dólar.”, explicó el economista jefe de la Fundación Agropecuaria por el Desarrollo de Argentina (FADA), David Miazzo.

Como punto favorable a tener en cuenta, desde FIDE remarcan que, en el caso de la comercialización del grano, diversos indicadores dan cuenta de que la producción está ingresando a las industrias y puertos a un ritmo algo mejor que el normal. La primera muestra de ello es el nivel de procesamiento de granos de soja, que en abril fue de 4,2 millones de toneladas, un 24% por encima de lo industrializado en marzo y un 15% por encima del volumen procesado en abril del 2020.

Como segundo ítem a considerar, es lo ocurrido en la comercialización del maíz. A pesar de la menor producción proyectada y la demora en el proceso de superficie cosechada, el volumen de granos comercializados superó el nivel alcanzado en 2020 a estos momentos del año. En las últimas cuatro semanas se cerraron negocios de maíz por 5 millones de toneladas, y se ya se han comercializado 27,9 millones de los 48,5 millones de producción proyectados, es decir, un 57%. El año anterior a igual fecha se llevaba negociado un equivalente al 48% de la producción.

“Desde el punto de vista macroeconómico, este panorama se traduce en una dinámica exportadora que continuará al ritmo observado hasta ahora. En base a la información de Declaraciones Juradas Anticipadas del Valor de Exportación (DJVE), es posible estimar que el ingreso de dólares para junio será algo menor que el de mayo, aunque continuará en niveles muy elevados y estará en torno a los u$s3.100 millones de dólares”, detallan desde la consultora.

El escenario comenzaría a cambiar a partir de septiembre próximo por cuestiones lógicamente estacionales de la campaña agrícola. Luego de que el productor ya recolectó toda la soja y el maíz y ejecutó las ventas necesarias para financiar la siembra de trigo; lo que queda será esperar el ingreso de divisas del cereal de invierno a partir de diciembre.

Al respecto, el expresidente del Banco Central, Martín Redrado, advirtió semanas atrás en una charla virtual para inversores: “Desde agosto habrá un período de mayor tensión cambiaria cuando termine el período de liquidación de divisas del agro; es interesante que el Banco Central acumule desde marzo reservas porque anticipa esta caída de los ingresos. Seguramente desde el tercer trimestre el Central venderá bonos porque habrá más tensión cambiaria”.

 

 

Fuente: Ambito