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El cierre por 30 días de las exportaciones provoca tensión. Informe de la USDA trajo tranquilidad.

…que, el inesperado cierre de las exportaciones de carne vacuna, que disparó una inmediata medida de fuerza de parte de buena parte de los productores, con un paro de comercialización de 9 días, sacudió el tablero ganadero local, de la región, y hasta el internacional, con algunos efectos inmediatos. Por caso, la vaca conserva, que se exporta (y no se consume en el mercado doméstico), se derrumbó afectando a los productores de cría, mientras que los restantes precios públicos conocidos (del miércoles) de novillos, novillos y vaquillonas, subieron fuertemente (lo que seguramente incidirá en los mostradores), ya que prácticamente hasta junio no habrá comercialización, con lo cual la demanda intenta abastecerse y abarrotar las cámaras hasta entonces. Otro tema fue la inmediata tensión en la cadena de pagos que, ante la falta de comercialización comenzó a recibir presiones y preocupación. También la demanda internacional todavía sorprendida, viró inmediatamente hacia otros oferentes como Uruguay o Brasil para cubrir el bache que le va a generar la “salida” de la Argentina del mercado por, al menos, un mes. Y esto fue particularmente notable en Behijing, donde se está desarrollando desde el martes, la SIAL (principal muestra mundial de alimentos), donde Argentina no solo tiene un stand importante, sino que la mayor parte está ocupada por la carne vacuna ya que hoy China absorbe alrededor del 80% de las exportaciones locales. La medida sorprendió tanto a vendedores, como a los compradores.

…que, mientras continuaba el efecto “calma” que le impuso el USDA (Departamento de Agricultura de los EE.UU.) al mercado de granos, intentando evitar que se recaliente de más, ante la fuerte demanda de China y los exiguos stocks mundiales; en la plaza local todos rehacen rápidamente cálculos sobre la temporada agrícola que se está iniciando (ya comenzó la siembra de trigo), y no pocos creen que, tal como ocurrió hace 15-18 años atrás, la última decisión oficial vuelva a forzar una profundización de la liquidación de hacienda (algo que ya se estaba viendo con una participación de hembras en la faena superior al 47%-48%), especialmente en favor de la soja, dado que la oleaginosa, de muy bajo consumo local, aunque debe soportar altas retenciones, casi no sufre restricciones a la exportación como que si ocurre con la carne, el trigo, y hasta con el maíz. Incluso los muy golpeados productores lecheros, comienzan a rehacer cálculos ante el temor que también alcance a los lácteos un tipo de medida similar. Pero nadie tiene en claro cómo sigue el tema (ya que siempre se sabe cómo comienza, pero no cómo termina), por lo que entre miércoles y jueves se multiplicaron por 4-5 la cantidad de guías para traslado de hacienda que, seguramente se vendió mucha de ella en forma directa, y en ferias locales, por lo que se prevé que la medida de fuerza puede ser fuerte hasta fin de mes. Pero además, tanto del lado del Gobierno, como de las entidades del campo, hay rumores de lo más variados que amenazan con hacer escalar la cuestión. Por caso, del lado oficial hablan de “sacar” la comercialización de las vacas conserva (para exportación) de Liniers, algo que le puede hacer perder al Gobierno la principal herramienta de transparencia con la que cuenta, al ser remates públicos, abiertos, y que concentran buena parte de las operaciones. Lo contrario puede significar volver a ventas directas muy difíciles de controlar, y mucho menos, que sirvan como orientadoras de precios para las distintas actividades. Del otro lado, se suman voces que quieren ampliar la protesta, alargarla, e incluir a los granos en la suspensión de la comercialización.

…que, además, así como en el Gobierno hay quienes están a favor y quienes están en contra de la decisión presidencial (y hasta hay quienes solo se enteraron recién por los diarios), del lado de la producción la situación es parecida ya que se le atribuye al lobby exportador, haber “convencido” al presidente Alberto Fernández de adoptar la medida ya que, aunque aparentemente se vean perjudicados, en realidad, buscan eliminar parte de la competencia, en especial de los frigoríficos de menor envergadura, como lo del grupo que le llevó una nueva propuesta al Presidente, para abastecer, y abaratar, una oferta más voluminosa para el mercado interno. Otra pretensión que le atribuye a los grandes frigoríficos es también la de volver a las compras directas de hacienda, sin referencia pública, para hacerse así de la materia prima lo que les permite manejar más los precios de compra. Por supuesto que, en medio, no son pocos los que ven (conspirativamente) que todo puede desembocar en el viejo esquema de los ROE, o permisos de exportación, por medio de los cuales se podía hasta digitar quién podía exportar, y quién no. Lo que nadie logra es definir si con todo esto se va a lograr abaratar los precios del consumo; mantener y aumentar la exportación y el ingreso de divisas; y alentar la producción para que crezca y se abarate.

Fuente: Ambito