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Las materias primas no abundan y los stocks se reducen en los países de mayor producción. Estados Unidos podría importar soja argentina en los próximos meses.

Los precios internacionales de la soja y el maíz mostraron en los últimos días grandes subas que colocaron a los granos en sus valores más altos desde julio de 2013. Esta situación si bien es gratificante para el sector, al mismo tiempo genera cierta tensión en el mercado interno.

La necesidad de materias primas que tiene China se extiende más allá de la soja y abarca también al maíz, el trigo y el sorgo. Esa región del planeta se convirtió en los últimos años en una aspiradora de alimentos: sólo Vietnam se llevo el año pasado 8 millones de toneladas de maíz de un total de 36 que exportó la Argentina.

Ese mismo país importó -también en 2020- más de 4 millones de toneladas de harina de soja y si sumamos Indonesia, la cifra asciende a 6 millones de un total de 24 que vendió la Argentina al mundo. En el Pacífico, los países crecen, el standard de vida mejora y aumenta la necesidad de importar alimentos.

Sin embargo, el problema es que no hay granos para todos. Según Enrique Erize, titular de la Consultora Novitas, “en el caso de la soja, Estados Unidos tiene vendido el 99% del excedente exportable cuando restan 5 meses para que ingrese la nueva cosecha. Brasil, que tendrá una zafra récord de soja, sufre pérdidas de calidad por las últimas lluvias y además tiene vendido el 70% de la cosecha que representa el 90% del saldo exportable”. Es que los cariocas viven un momento de absoluta euforia: la soja tuvo un precio promedio de R$ 1200 durante los últimos 8 años y ahora el cultivo cotiza R$ 3100. “Están tirando toda la soja arriba de los barcos”, aseguró Erize.

La situación a nivel global es compleja. Según Erize, “Estados Unidos va a tener que terminar importando soja de Argentina. Ellos cosechan en octubre y ya vendieron todo lo que podían, por eso el mercado sigue batiendo récords. Es muy probable que nos vengan a buscar para abastecerse, porque Argentina es uno de los pocos lugares donde la soja no se vende debido a cuestiones de la economía doméstica.

Lo cierto es que China sigue marcando el ritmo del mercado con fuertes importaciones. Entre las teorías que menciona Erize, aparecen dos que cobran protagonismo. Una de ellas está relacionada con un posible conflicto bélico entre China y Taiwan, con lo cual se justificarían las compras que el gigante asiático realiza ante la posibilidad de recibir un bloqueo cerealero. Y la otra variante radica en que los orientales tengan un grave problema estructural de alimentos y por eso salen a barrer con todo lo que hay en el mercado.

 

 

Fuente: Ambito