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Buscan incentivar el financiamiento con fondos públicos de proyectos sostenibles y frenar las inversiones vinculadas a energías tradicionales.

Siete países de Europa adhirieron a la iniciativa internacional francesa “Export Finance for Future” (E3F) para incentivar el financiamiento con fondos públicos de proyectos sostenibles y amigables con el clima y, al mismo tiempo, frenar las inversiones vinculadas a proyectos de combustibles fósiles, de carbón, gas y petróleo.

Los siete países, que juntos representan alrededor del 40% de la financiación de las exportaciones en la OCDE, se comprometieron en una primera instancia a poner fin a las finanzas oficiales de comercio y exportación dirigidas a las minas térmicas de carbón y la infraestructura de la cadena de suministro de ese sector.

Pero también acordaron “revisar” el apoyo financiero oficial para el comercio y las exportaciones a las industrias de combustibles fósiles y evaluar la mejor manera de eliminar gradualmente el apoyo a la industria del petróleo y el gas. Y las acciones ya están en marcha.

Francia anunció que ya no financiará nuevas plantas de carbón y que eliminará gradualmente el apoyo a la exploración de petróleo y gas hasta 2035. En el Reino Unido entraron en vigencia a fines de marzo política públicas para detener la promoción de nuevos proyectos de crudo, gas natural o carbón térmico, con excepciones muy limitadas. La agencia de crédito a la exportación de Suecia, EKN, dejará de financiar proyectos de exploración y extracción de combustibles fósiles en 2022.

Según datos de las ONG internacional Oil Change International, las agencias de inversiones y entes público de crédito del G20 proporcionan casi 14 veces más financiación pública para los combustibles fósiles (u$s40.100 millones) que para la energía renovable por año. En esa línea, los países del E3F se propusieron incrementar las ayudas económicas a proyectos de energía limpia.

La declaración de principios del E3F insta a los países facilitar las inversiones en tecnologías respetuosas con el medio ambiente y ayudar a las industrias a innovar; descarbonizar el sector energético; desarrollar infraestructuras resilientes al clima, y desplegar formas de transporte más limpias. “El momento es decisivo”, dijo el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire.

“Invito a todos los países que comparten nuestras convicciones a unirse a esta alianza para asegurar la plena alineación entre nuestras estrategias nacionales de reducción de emisiones y nuestras políticas de apoyo al comercio y las exportaciones y así hacer una contribución significativa a la lucha contra el cambio climático. La transición ecológica es el mayor desafío del siglo XXI y solo podemos afrontarlo juntos”, completó Le Maire.

 

 

Fuente: Ambito