z.system

Hay marcas que tienen tres o cuatro modelos con el mismo precio. Eso hace que por igual valor se vendan 0 km con distintos niveles de equipamiento.

Para escapar a la fuerte presión tributaria en el sector automotor, son cada vez más los modelos de 0 km que se suman a un pelotón de precios que ronda los $2.500.000. Esto se debe a que, a partir de ese valor aproximado, comienzan a pagar Impuestos Internos y, por el aumento que eso implica, los autos afectados quedan descolados en el mercado. La estrategia que realizan todas las automotrices es “topear” sus vehículos justo debajo de esa franja para no ser castigados con mayor carga fiscal. La consecuencia es que, como los modelos y versiones de menor valor siguen aumentando, se achica o desaparece la brecha entre distintos 0 km y se produce la curiosidad de que por montos muy parecidos se puedan acceder a vehículos con diferentes niveles de equipamiento. Esto es algo que se produce cada vez que se ajusta la base imponible de este tributo considerado impuesto “al lujo”. En un relevamiento realizado por Ámbito, en base a las listas de precios de las automotrices, se contabilizaron más de 300 km en valores aproximados a los $2.500.000. Se pudo comprobar que hay marcas que tienen tres o cuatro modelos, con distintas versiones, al mismo valor, lo que en una situación normal no es lógico que exista.

Desde el 1 de marzo mes próximo, se actualizó este gravamen como se realiza trimestralmente. En ese momento, muchos modelos tuvieron un aumento acorde con la suba de la base imponible y, en abril, volvieron a aumentar los que no habían llegado al límite tributario. Hasta fin de febrero, el impuesto se cobraba a partir de unos $2.250.000 de valor al público. Por la forma de aplicación del tributo, la alícuota de 20%, de la primer escala, representa una suba del precio del 25% mientras que la de la segunda es de 35% y dispara el precio en alrededor de 50%. También en ese nivel más alto hay casos de modelos “topeados”

El valor del 0 km alcanzado por este gravamen, tomando su precio de venta de fábrica o importador a concesionaria, pasó de $1.580.935 a $1.764.993, para la primera escala, y de $2.917.700 a $3.258.450 para la segunda. A esos montos, hay que aplicarle el IVA más el margen comisional de alrededor de 15%. Es por eso que, el precio final es orientativo porque depende de si la concesionaria resigna o no parte de sus ganancias. Es por eso que no hay un valor al público único ya que depende de la estrategia comercial de cada marca pero, en líneas generales, ronda los $2.500.000.

En tanto, la segunda escala se aplica a partir de modelos de un valor de $4.550.000. Esto se debió a la aplicación del ajuste de 11,64% correspondiente al trimestre octubre, noviembre y diciembre que surge del Sistema de Índices de Precios Mayoristas (SIPM) y que regirá hasta fin de mayo.

En el caso de no poder sostenerlos en el nivel inferior del tributo, muchos de esos se dejan de comercializar en la práctica ya que quedan descolocados frente a la competencia. Esto es lo que sucedió históricamente pero ahora, ante la escasez de unidades por las dificultades para importar, no es fácil discernir si un modelo se deja de vender por el impuesto o porque no hay disponibilidad.

 

Fuente: Ambito