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La Red de Políticas de Energías Renovables para el Siglo XXI (REN21) ha hecho público su nuevo informe “Renewables in Cities 2021 Global Status Report”, donde recoge que la inversión en capacidad de energía renovable en toda América Latina ha crecido notablemente, con un aumento del 43% en 2019 hasta un récord de 18.500 millones de dólares.

Cuatro países dominan esta inversión: Brasil (un 74% más, hasta 6.500 millones de dólares), Chile (un 302% más, hasta 4.900 millones de dólares), México (un 17% más, hasta 4.300 millones) y Argentina (un 18% menos, hasta 2.000 millones). No aparece Colombia, que apuesta claramente por las renovables.

El informe destaca que tres herramientas han protagonizado fundamentalmente estas inversiones: los PPP (public-private partnership), los PPA y las ayudas de financiación para el desarrollo proporcionan un apoyo clave a los proyectos en las ciudades de toda la región. Los PPP se han utilizado ampliamente en América Latina para financiar proyectos relacionados con el transporte, así como la generación distribuida. En 2019, México utilizó el modelo de PPP para atraer 2.100 millones de dólares para 15 proyectos de energía solar fotovoltaica, y en Santiago (Chile) se estableció una PPP para instalar puntos de recarga de vehículos eléctricos de 22 kW cada uno (que eventualmente utilizarán electricidad renovable) con un coste total de 2,5 millones de dólares.

El gobierno del estado de Piauí (Brasil) abrió una licitación en 2020 para una PPP de 32 millones de dólares para construir ocho plantas solares fotovoltaicas de 5 MW cada una en seis municipios (Caraúbas do Piauí, Miguel Alves, Piracuruca, Jose de Freitas, Cabeceiras do Piauí y Canto do Buriti) como forma de satisfacer la demanda de energía de todos los edificios estatales. También en Brasil, São Paulo inició una PPP para una inversión de 32,6 millones de dólares en energía solar fotovoltaica para abastecer al departamento de salud de la ciudad, y Curitiba se asoció con la empresa local de servicios públicos para financiar conjuntamente (51%/49%) un proyecto de energía solar-biomasa de 5 MW que abastecerá el 43% de las necesidades de electricidad del edificio municipal.

Los bancos nacionales han ayudado cada vez más a financiar las energías renovables en la región. El Banco de Desarrollo de Colombia (Bancoldex) ofrece una línea de crédito verde de 14,4 millones de dólares para financiar proyectos de energía renovable y eficiencia energética en ciudades de todo el país.  En São Paulo (Brasil), la Oficina de Energía y Minas del Estado y la Agencia de Desarrollo de São Paulo (Desenvolve SP) conceden préstamos a largo plazo y a bajo interés para proyectos de energía renovable a pequeña escala, como plantas solares fotovoltaicas, eólicas y pequeñas centrales hidroeléctricas, así como equipos para plantas de biogás. Las agencias internacionales que financian la generación distribuida suelen coordinarse a través de asociaciones con bancos nacionales y regionales. Se han utilizado algunos instrumentos innovadores para financiar proyectos de menor escala, especialmente de energía solar fotovoltaica. Esto incluye el crowdfunding en Argentina y México y el uso de empresas de servicios energéticos (ESCO) en Brasil, Chile y Colombia. Los bonos municipales y los bonos verdes no se han utilizado en la medida que se ha visto en otras regiones del mundo, aunque existen ejemplos. La Ciudad de México (México) emitió el primer bono verde municipal de América Latina en 2016 con un enfoque en proyectos de movilidad, eficiencia energética, infraestructura y gestión del agua.

 

 

 

Fuente: Econojournal