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Las cámaras del sector dicen que difiere de lo negociado durante meses para atraer inversiones para fabricar vehículos “ecológicos”

El sector automotor recibió con sorpresa y malestar el proyecto de ley de promoción de Movilidad Sustentable que el Gobierno envío al Congreso, tal como anunció el presidente Alberto Fernández, debido a que el texto de la iniciativa al que accedieron difiere de los negociado durante meses. “No entendemos qué pasó. Tuvieron tiempo para compartir el borrador pero, parece, que no hubo voluntad política para hacerlo y nos encontramos con un proyecto que no responde a lo que hablamos” señaló un empresario que participó de las negociaciones. Las cámaras sectoriales, como ADEFA, AFAC, ADIMRA y ACARA, junto con los gremios del SMATA y UOM, mantuvieron numerosas reuniones para definir un paquete de medida que aliente las inversiones en nuevas tecnologías para la producción de vehículos híbridos y eléctricos en el país. En teoría, estiman que también se enviaría esta iniciativa al Parlamento para que sea debatida en la comisión de Industria. El problema es que la primera tendría el aval directo del ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, mientras que el otro, además de las empresas, es el que propone SMATA, lo que anticipa un enfrentamiento entre el funcionario y el líder sindical, Ricardo Pignanelli.
Los cuestionamientos pasan con detalles técnicos que, según los privados, permitirán cumplir con el objetivo de atraer inversiones. “El plazo de 12 meses para importar con aranceles bajos es muy corto. No es viable” dijeron desde una terminal. Pero el punto central es la creación del Instituto de Movilidad, pensado para proponer medidas para estimular la actividad de este tipo de vehículos. Lo planteado por los privados y SMATA era que ese organismo fuera mixto, público-privado. En este caso, según fuentes del sector, el líder gremial quería tener el control del mismo. En tanto, en el “proyecto Kulfas” habla de un organismo estatal, con el mismo nombre, con “asientos” para representantes de las cámaras. Pero la conducción quedaría en manos del Gobierno.
Pero lo que más preocupa a las empresas es el tono del texto del proyecto. “En ningún momento se plantea el problema de la presión impositiva y todo parece que la falta de competitividad es responsabilidad de las empresas”, dijo otro empresario. En ese sentido, destacan parte del texto en que se cuestiona directamente a la industria actual por su ineficiencia y alto costo de producción. Por ejemplo, fabricar un 0km en el país llegó a generar un déficit por unidad de u$s16.700. como consecuencia de la falta de integración y la dependencia de piezas importadas, especialmente de Brasil“Diversos motivos y circunstancias llevaron a la paradoja de que fabricar vehículos en Argentina se convirtiera en un pasivo cada vez más gravoso para nuestra balanza comercial. Este factor alcanzó ribetes dramáticos en el año 2017, año en el que cada automóvil que produjo la industria automotriz convencional tuvo un impacto equivalente de más de 16.700 dólares de déficit externo, un valor mayor de lo que cuesta un automóvil económico en cualquier mercado mundial y que nos obliga a replantearnos qué industria automotriz queremos, y para qué. En la pregunta o en su respuesta impera la urgencia de cualquier iniciativa que persiga atinar su solución” señala el proyecto.

También ven una embestida contra la industria actual. En el proyecto que tiene el aval del ministerio de Producción, se establece que para el 2041 se dejarían de producir vehículos con la tecnología actual. Dice el artículo 78: “Prohíbase la fabricación de vehículos que funcionen propulsados exclusivamente por motor de combustión interna a partir de la finalización del régimen creado por artículo 3 de la presente ley, desde el 1 de enero del año 2041, salvo aquellas aplicaciones que por razones técnicas la Autoridad de Aplicación determine que no puedan ser reemplazadas por vehículos de movilidad sustentable.”

En los considerando agrega: “Pero prescindir de motores a combustión interna y transmisiones es condición necesaria, no suficiente para rediseñar nuestra industria automotriz: se convertirá en suficiente cuando hayamos garantizado para Argentina el conjunto de recursos, materiales y humanos, para avanzar de manera firme y robusta en la ingeniería, la tecnología y la innovación que plantea la movilidad sustentable”.

 

 

Fuente: Ambito