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Un crossover “verde” que apunta a una estética deportiva -estilo coupé- pero de cinco puertas. Prestaciones y calidad destacan al modelo de la marca japonesa.

1| Toyota es, si duda, la marca que lidera el avance de los vehículos “ecológicos. El Prius es un ícono de esta tendencia. No hay película o serie extranjera en la que no aparezca. En su gama de modelos aparecen varios representantes “verdes”. Antes de la pandemia presentó un exponente más, el C-HR. La crisis sanitaria generó un impasse en la lógica del mercado automotor bueno hablar de este híbrido que se sumó a la oferta de la marca japonesa. Llega importado desde Turquía y, por el beneficio arancelario para vehículos de esta tecnología, paga 5% de impuesto al ingresar al país en lugar del 35% que se recarga para 0 km extra zona.

3| El interior apela también a diferencias estilísticamente de otros modelos Toyota. Busca salir del concepto clásico que acostumbra la marca pero lo hace sin estridencia. Eso se percibe en toda la zona del tablero que emana sobriedad. Si algo hay que remarcar es que esa apuesta fuerte al diseño anterior sacrifica confort interior, especialmente en las plazas traseras que sufren esa caída del techo en una baja altura para los ocupantes. Lo mismo sucede con las superficies vidriadas que no son generosas. Quienes viajan en la parte posterior no disfrutarán de una buena visibilidad exterior. ¿Para qué público apunta el C-HR? En Europa busca captar consumidores jóvenes y vanguardistas. Si bien ofrece lugares para cuatro ocupantes (o cinco muy apretados), se podría decir que para uso cotidiano está pensado para dos. Con todas las plazas cubiertas, sólo podría considerarse para viajes cortos y ocasionales. Sin llegar al extremo de una coupé real, el interior trasero se alinea en ese concepto. Otro punto a favor es la calidad de los materiales y terminaciones, muy por encima del promedio de cualquier vehículo producido en la región.

4| Como todo híbrido, tiene un motor naftero y otro eléctrico. El primero es un 1.8 que entrega una potencia de 98 cv mientras que el otro cuenta con una batería níquel-metal que genera 71 cv. La potencia combinada es de 122 cv. El propulsor eléctrico cumple la función de asistir al naftero en las maniobras de arranque. Son los momentos de mayor consumo de combustible y, por consiguiente, de contaminación. Una vez alcanzada una velocidad determinada, deja de funcionar el eléctrico y pasa a operar el propulsor tradicional. Una vez que se domina este ir y venir se puede hacer que trabajen los dos juntos para beneficiarse con un menor consumo. No es un vehículo “enchufable; la batería se recarga en los procesos de desaceleración de y de frenado. Se ofrece en una única versión con una caja automática de variador continuo y tracción simple.

5| Está claro que, como todo vehículo con motor eléctrico, su encendido es imperceptible. Sólo una señal en el tablero indica que está en marcha. Es bueno recordarlo cuando se inicia el viaje y, más aún, cuando se baja del vehículo. Es mejor chequear que haya sido apagado correctamente. Una vez en marcha, se destaca por un excelente confort de marcha. Es cierto que no va a destacar por su potencia de salida. Es, más bien, de respuesta moderada. Tiene imagen de deportivo pero, sin duda, no lo es. Apunta a un manejo racional. El resto, es puro placer. Es ágil, preciso y de dirección rápida, con un buen grip del volante revestido en símil cuero. Se lo siente estable en todas las curvas, aún exigiéndolo en velocidad. El buen radio de giro de la dirección hace que sea muy fácil maniobrar en medio del tránsito o estacionar. Logra un excelente equilibrio entre el hábitat urbano y la ruta. La respuesta de la caja de cambios ayuda a su buen comportamiento.

6| A favor de la confortable sensación de manejo se encuentra la suspensión. En ciudad, neutraliza eficientemente todas las irregularidades de la superficie mientras que en ruta o autopistas brinda seguridad. El perfil alto de los neumáticos también ayudan en este punto. La misma seguridad que ofrecen los frenos. El vehículo se detiene en cortas distancias y sin movimientos que generen inestabilidad.

7| En cuanto a las prestaciones, esa respuesta modesta en maniobras de salida vigorosas se percibe en los datos de aceleración. De 0 a 100 km/h demanda más de 12 segundos. Lo bueno se encuentra en el consumo. En ciudad puede caer por debajo de los 5 litros cada 100 km mientras que en ruta, con una conducción cuidada, se pueden lograr registros de 7,5 litros para los 100 km.

8| En materia de seguridad, cuenta con una dotación adecuada como ABS, asistente de frenado de emergencia, asistencia activa en curvas y de arranque en pendiente, 7 airbags de serie, entre los más importantes, pero con un dato que sintetiza su evaluación. Obtuvo la máxima calificación en la medición de EuroNCAP.

9| La dotación de confort ofrece faros full led con nivelación de altura, llantas de aleación de 17” sistema de audio con pantalla táctil de 7” con Android Auto, sistema de ingreso con llave inteligente, cámara de retroceso con sensores de estacionamiento delantero y trasero con sistema de estacionamiento inteligente, entre otros.

10| El Toyota C-HR Hybrid cuesta u$s44.100 y ofrece una garantía transferible de 5 a{os o 150.000 kilómetros para el vehículo más una garantía trasferible diferencial de 8 años o 160.000 kilómetros sobre los componentes híbridos.

Fuente: Ambito