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El desplome de la demanda energética durante la pandemia y el aumento de la producción de energía verde explican los buenos datos del sector.

Las energías renovables han generado un 38% de la electricidad consumida en los 27 países de la UE, por encima del 37% que representan las energías fósiles como el gas o el carbón. Estos datos, recogidos por un estudio elaborado por los ‘think tanks’ Ember y Agora Energiewende, se explican por una caída en la demanda eléctrica durante la pandemia, que ha afectado fundamentalmente a las empresas suministradoras de energía fósil, y por una aumento sustancial en la producción de energía renovable.

Las cifras son extrapolables a España, donde las energías limpias han superado a las no renovables también por primera vez. La solar y la eólica han aumentado su producción un 9% entre 2019 y 2020 y nuestro país se sitúa en la cuarta posición en el ranking europeo, que tiene en el podio a Dinamarca, donde las energías renovables contribuyeron al 61% del consumo energético, seguida de Irlanda, Alemania y España, todas con alrededor de un 30%.

El desplome de las fósiles, que ya venía de antes de la pandemia, se dio en prácticamente todos los países, con una caída especialmente pronunciada en España: entre 2019 y 2020 la producción cayó un 49%.

Un aumento aún insuficiente

“La energía solar y eólica deben crecer a mayor velocidad para sustituir la caída del carbón”, advierte el estudio, ya que, a pesar de los buenos datos, el aumento de las renovables es insuficiente para los objetivos climáticos. “La energía solar y la eólica deberían crecer el triple para alcanzar los objetivos del ‘pacto verde’ europeo en 2030”, explican.

La energía nuclear sufrió la mayor caída en 30 años, con una bajada del 10%

Las cifras relativas a la energía no renovable son todas decreciente pero dispares. Si el carbón vivió un pronunciado desplome, la aportación del gas a la demanda eléctrica apenas se redujo un 4%. La energía nuclear, por su parte, sufrió la mayor caída en 30 años, con una bajada del 10%. Los problemas en las centrales en Francia y Bélgica, demás del cierre permanente en Suecia y Alemania, explican este cambio.

Se espera que la aportación de la nuclear vaya disminuyendo año tras año, ya que los principales países han puesto fecha de caducidad a sus centrales: en 2022 en Alemania y en 2030 en España.

 

 

Fuente: Publico