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En un año la conducción de la petrolera de bandera tomó fuertes decisiones. Revisó contratos con proveedores, hizo ajustes laborales, canceló el contrato de la barcaza licuefactora y arrancó con la actualización de precios en los surtidores.

añelo – suple energia – YPF – PTC planta de tratamiento de crudo foto mati subat 28-08-2018

La gestión de Guillermo Nielsen al frente de la petrolera de bandera YPF habrá durado poco más de un año cuando finalmente se oficialice su salida. Pero a pesar del poco tiempo, que estuvo marcado por la pandemia, la compañía encaró varios y fuertes cambios durante el 2020.

La mayoría de las decisiones que tomó la nueva gestión de la compañía fueron por un lado con el objetivo lógico de plasmar una nueva idea de conducción y por otro lado de una especie de superveniencia que le permitió llegar con vida a fin de uno de los años más críticos para la empresa.

En la discusión fina se puede ver que la mayoría de los cambios estuvieron a cargo del management que lidera el CEO, Sergio Affronti, por lo que de esto se desprenden dos cosas: primero que la renuncia de Nielsen no pone en riesgo ninguno de los frentes que tiene abierto la compañía, y en segundo lugar que, a pesar de lo reciente mencionado, todas las decisiones se tomaron con su figura a la cabeza de la firma.

Al igual que al resto de las empresas del sector, la pandemia obligó a la conducción de YPF a tomar medidas rápidas para intentar mitigar su impacto en la caja de la compañía. Aquí es cuando comenzaron a aparecer los principales cambios, un poco por convicción y otro por necesidad.

El escenario de precios bajos del petróleo y del gas y de poca demanda de hidrocarburos plasmó en el horizonte de la compañía la idea de pensar proyectos que puedan subsistir con precios de mercado bajos. Para alcanzar esto la firma comenzó un proceso de reducción de costos hacia el interior y exterior que todavía sigue vigente. Veamos algunos de ellos:

Proveedores:

En primer lugar, se inició un proceso de renegociación de contratos con todos los proveedores de la petrolera desde el servicio más pequeño al más duro. Al cierre del año pasado ya había revisado más del 70% de los contratos aludiendo que YPF “ya no era la de antes” y que sin estas medidas “no se podía operar”.

Gremios:

En paralelo a esto, en representación de la Cámara de Exploración y Producción de Hidrocarburos (CEPH)YPF comenzó a discutir con todos los gremios del país el Acuerdo para la Sustentabilidad y el Empleo para acordar ajustes laborales por tiempo determinado, que le permitiesen en ese momento retomar su plan de operaciones en el convencional y no convencional.  

La negociación en Río Negro, Neuquén y La Pampa fue la que más duró, pero luego de tres meses se logró firmar el acuerdo y hoy la petrolera es la que mayor actividad tiene en Vaca Muerta y en todo el país.

La barcaza licuefactora:

Sin dudas este es el contrato que YPF revisó y canceló más importante que merecía un punto parte por lo que significó para la petrolera: una millonaria apuesta fallida que era inviable desde el momento que puso tinta en hoja y que respondió más a un acto político de la gestión anterior que otra cosa.

La cancelación de este contrato con la empresa belga Exmar Energy le demandó a la petrolera un pago de 150 millones de dólares –en cuotas- pero le evitó un pasivo de 800 millones de dólares. Esto se debió porque para hacer viable el costo de la barcaza, YPF debía vender el gas a precio altísimo.

Combustibles

En agosto del 2020 YPF presentó un balance negativo con pérdidas netas en el trimestre por 85.000 millones de pesos, prácticamente el triple de lo que había perdido en todo el 2019. Con estos números en la mano, la dirección de YPF presionó para aumentar los precios de los combustibles.

Para el gobierno nacional fue más que suficiente y luego de eso dio luz verde para que progresivamente comenzaran a actualizarse el precio de la nafta y el gasoil después de 9 meses de congelamiento. Para YPF significa uno de los principales canales de ingresos que son reinvertidos en sus proyectos de upstream.

Hasta la fecha continúan los aumentos de combustibles que arrancaron en agosto y desde entonces se incrementaron al menos una vez por mes. Habrá que ver si con la salida de Nielsen se terminan los aumentos o si es una política que quedará vigente.

 

 

Fuente: Rio negro