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El sector de la maquinaria agrícola cierra un muy buen 2020 en cuanto a unidades vendidas, sin embargo quedan algunas dudas planteadas para el inicio de 2021. La falta de insumos y la obligatoriedad de venta de granos para acceder a créditos atractivos generan incertidumbre.

Según un informe de la Fundación Mediterránea, el nivel de ventas de acumulado al tercer trimestre fue el más alto desde 2011 en implementos y sembradoras y en tractores sólo es menor que los registros de 2013 y 2017. De hecho, la fabricación de maquinaria agrícola muestra una expansión en términos de producción industrial de 37,2% y, por lo tanto, se trata del sector manufacturero con mejor desempeño del año.

En cuanto a los implementos agrícolas, Guillermo Bonillo, gerente comercial de Mainero, aseguró que “el primer empujón del año lo recibimos en marzo, cuando llegaron los créditos que el sector estaba esperando porque hacía 2 o 3 años que estábamos sin tasas acordes. El siguiente lo dieron los precios de los cereales y por último, la economía se empezó a acomodar a nuestro favor y la maquinaria se convirtió en un refugio de valor para invertir en pesos”. Así, Mainero cierra un año con un 35% de aumento en las ventas en comparación con 2019, tanto en sus productos para ganadería -mixers y rotoenfardadoras- como en su línea de cabezales maiceros, donde “algunos productores ya están comprando por adelantado”.

Es cierto que durante el año, contratistas y agricultores optaron por adquirir nuevas máquinas como una forma de dolarización ante la imposibilidad de acceder al mercado de cambios oficial, de forma tal de cubrirse del riesgo macro que pudiera afectar su patrimonio. Al mismo tiempo, incorporaron más tecnología que se traduce en un aumento de la productividad.

Desde la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA), el presidente de la entidad, Néstor Cestari, aseguró que en todos los rubros se cierra un muy buen año, con ventas que se ubicaron entre un 25% y un 30% por encima de las registradas en el año pasado. “Cuando se hagan los números finos se sabrá si efectivamente ese aumento en cantidad de unidades vendidas se tradujo en mayores ganancias, porque hay proveedores de insumos que aumentan todos los días sus precios aún en dólares”.

Entre las multinacionales, las miradas son más diversas según la realidad de cada empresa.

Rodrigo Alandia, marketing manager de CASE IH, aseguró que la compañía cierra un 2019 positivo si se tiene en cuenta el contexto en el que debieron moverse. “Estamos terminando el año con una participación de mercado con cifras similares a las del año pasado”.

Según Alandia, “por cuestiones gubernamentales de limitación de importaciones estuvimos restringidos al trabajo en nuestra planta de Córdoba, por lo tanto limitamos nuestras ventas a los productos de fabricación local, como tractores y cosechadoras. En cuanto al resto de los productos, que vienen del exterior tuvimos limitaciones a la importación y eso impactó en las posibilidades de venta”.

Para John Deere, una de las empresas más importantes del mundo en maquinaria agrícola que tiene su planta local en Granadero Baigorria (Santa Fe) la expectativa está puesta en 2021. Fabricio Radizza, director de Ventas de John Deere, aseguró que “desde ahora hasta marzo hay un muy buen nivel de preventa, que nos permite organizar nuestro trabajo en las fabricas”.

En un año en el que la pandemia generó distanciamiento, las empresas que tenían desarrollos digitales sacaron a relucir sus propuestas con mayor firmeza. En este caso, Radizza destacó la inversión de la compañía en su Centro de Operaciones, que permitió asistir a sus clientes ante las dificultades planteadas; y el servicio Expert Alerts, un sistema predictivo que utiliza algoritmos avanzados para analizar datos, identificar posibles fallas en componentes de la máquina y notificar a un concesionario e incluso planificar el recambio antes de que la falla ocurra. Así, la tecnología se convirtió en un aliado del productor agropecuario en estos tiempos de pandemia.

Se termina el año y los fabricantes analizan qué desafíos traerá el 2021. Muchos coinciden en que a partir de ahora la disponibilidad de las máquinas jugará un papel fundamental, porque todas las fábricas del sector se ubican en altos niveles de productividad y deben cumplir con entregas pactadas hasta marzo.

La incertidumbre hacia el 2021 llega de la mano de inconvenientes con el abastecimiento de las materias primas -aceros y plásticos- y de partes importadas. Es que muchas maquinas se ensamblan en nuestro país y requieren de componentes importados que en muchos casos no se consiguen localmente. Sumado a eso, hay proveedores que comienzan a evidenciar algún tipo de afectación en su personal por cuestiones vinculadas al covid-19.

Para afrontar el año próximo, será muy importante contar con financiamientos como MiPyme, que permitieron a cientos de productores y contratistas renovar el parque de maquinaria agrícola. En este sentido, Nestor Cestari de CAFMA explicó que “los créditos como el del Banco Nación deben continuar y no quedar atados a que el productor venda su soja o su trigo, porque eso genera tensión y no ayuda al normal funcionamiento del negocio, por eso confío en que eso se pueda resolver en los próximos meses”.

Si la cosecha viene bien y hay créditos para la producción, es probable que el agro se encamine nuevamente a ser el motor de la economía en un año que estará marcado por las variables climáticas y por el control que los sistemas sanitarios puedan hacer del coronavirus.

 

Fuente: Ambito