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En diciembre, la participación supera el 22% del total del mercado. La Toyota Hilux lideró las ventas del año, por encima de autos chicos y más económicos. Su precio va de $2 millones a más de $4 millones.

En un 2020 muy duro para la industria automotriz hay, al menos, un segmento que tiene motivos para sonreír: el de las pickups. En los últimos diez años, la participación de las pickups en las ventas totales se incrementaron más del doble. Pasaron de representar 8,9% en 2010 a más de 20% este año. Es decir que uno de cada 5 vehículos comercializados el mes pasado fueron de este segmento. En los últimos meses esa tendencia se profundizó y en diciembre superó el 22%.

Un buen ejemplo de esta expansión es el de la Toyota Hilux que terminará 2020 como el vehículo más vendido, por encima de muchos modelos chicos, de bajo precio, que solían dominar al mercado. El vehículo de la marca japonesa tiene un rango de precios que va de los $2 millones hasta los $4.400.000. La mayor demanda estuvo concentrada en la versión base, pensada para el trabajo, y la SRX, que es el tope de gama con alto nivel de equipamiento y, obviamente, el precio más alto. Pero no es la excepción. La Volkswagen Amarok y la Ford Ranger también están entre los vehículos más demandados, ocupando el 5° y 6° puesto entre los 10 más vendidos. Estos tres modelos, más la Nissan Frontier y la Renault Alaskan, se fabrican en el país, lo que confirma que la Argentina se posicionó como un polo productivo de este tipo de vehículos. La paradoja argentina es que, mientras se transita una de las crisis económicas más importantes de la historia, el vehículo más vendido es una pickup de precio elevado. En países como Estados Unidos, la principal demanda está centrada en pickups de gran porte y eso refleja una señal de poderío económico del país -además del gusto de la población- y de los consumidores que tienen ingresos para acceder a este tipo de productos. En la Argentina, evidencia otras circunstancias.

Además de los productos nacionales mencionados, hay una oferta importante de modelos importados. La Chevrolet S10, por ejemplo, es un tradicional exponente del segmento de las “chatas” medianas. A esto hay que agregar la aparición de competidores en un subsegmento, con exponentes como la Fiat Toro o la Renault Duster Oroch, y las clásicas “chicas” Volkswagen Saveiro o Fiat Strada. También hay otras más de nicho, como la RAM 1.500 o la Ford F150.

La explicación de este fenómeno va más allá de una ampliación de la oferta y tiene que ver con cambios en el consumo. Estos vehículos actuales abandonaron la idea de ser pensados sólo para el trabajo. Por tecnología, diseño y equipamiento han logrado penetrar en el mundo urbano, sumando a miles de compradores. En muchos casos es un símbolo de estatus y poder. Un dato para tener en cuenta es que las versiones más demandadas son las topes de gama, lo que muestra un perfil de cliente muy particular. También es cierto que la otra pata tiene que ver con el trabajo. Sectores que vienen sorteando la crisis con comodidad son fuertes consumidores de estos productos. Por ejemplo, el campo, la minería y el petrolero.

Hay otro factor a tener en cuenta. Con las trabas a las importaciones, el mercado está perdiendo oferta de muchos modelos del segmento de los SUV. Ante la incertidumbre en las entregas, muchos compradores se vuelcan a las pickups full que, de alguna manera, cubren las necesidades de prestaciones y confort de esos consumidores. Por ejemplo, la tracción integral es clave. A esto hay que sumarle otro beneficio que, en algunos casos, es determinante: el precio. Los Impuestos Internos castigan a los vehículos de más de $2.250.000. Esto afecta a la mayoría de los SUV importados. En cambio, las pickups están exentas de esa carga fiscal que hace encarecer el valor de un modelo en 25%. La diferencia es importante.

Pero no se puede dejar de tener en cuenta que buena parte de los compradores aprovecharon la brecha cambiaria que hace que los 0 km, medidos en dólares billetes, estén en los niveles más bajos de los últimos años. Es por eso que esta tendencia se acentuó desde la vuelta a la actividad después de la etapa más estricta de la cuarentena.

 

Fuente: Ambito