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En total se recolectarían apenas 16,5 millones de toneladas, 15% menos que en la campaña previa. La soja y el maíz también están complicados.

La falta de precipitaciones durante la actual campaña agrícola ya es una constante, la sequía no da tregua y por eso se prevé que la cosecha de trigo -que está a punto de concluir- arroje una merma de 3 millones de toneladas respecto al ciclo previo, para concluir, con suerte, en apenas 16,5 millones de toneladas, según las estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario.

“El año pasado hubo sequía pero la tecnología le puso un piso a los rindes trigueros y se reflejó con una producción récord de 19,5 millones de hectáreas. Este año la sequía fue más que el esfuerzo del productor. Empezó limitando la siembra, ya que se sembraron 240.000 hectáreas menos que en el 2019. Pero se fertilizó más y mejor con niveles récords. Sin embargo, la producción 2020/21 será un 15% menor hace un año; es decir que habrá 3 millones de toneladas”, detallaron desde la entidad rosarina.

Los datos son contundentes, porque producto de la sequía, el rinde nacional pasó de 28,4 a 27,7 quintales por hectárea, por lo que sería el segundo peor rinde de los últimos 10 años. “El antecedente anterior data de la campaña 2012/13, cuando el trigo se hacía con un paquete tecnológico que nada tiene que ver con el actual, el rinde fue de 27 quintales”, advierte la Bolsa de Comercio de Rosario.

En lo que respecta a la soja, las noticias tampoco son muy alentadoras. Mientras avanza la siembra de la oleaginosa en el territorio nacional, la falta de precipitaciones complica las tareas. “La siembra sigue acechada por la falta de agua, y tras cada lluvia, tal como sucedió a fines de octubre y principios de diciembre, hay una carrera contrarreloj por aprovechar cada milímetro. En el fin de semana pasado, 12 y 13 de diciembre, un nuevo pulso de agua relanzó la siembra de soja de segunda”, explican desde la entidad.

Según el relevamiento, la zona favorecida fue el norte y centro este del país, donde se logró sembrar más de 11 millones de hectáreas, un 65% de las 17,3 millones de hectáreas previstas para esta campaña.

“El retraso respecto al año pasado es de un 3%, año que también fue problematizado por la falta de agua a la siembra. La última tanda sembrada muestra emergencias desparejas. En la semana pasada hubo intensas jornadas de estrés térmico que se suma a los efectos de la escasez de agua. Los cuadros que no recibieron ningún milímetro empiezan muestran un pobre desarrollo y condiciones regulares tras las altas temperaturas y los intensos vientos que dominaron por completo las jornadas”, cuentan en el informe de la Bolsa rosarina.

En definitiva, para no continuar perdiendo área y quizás a futuro rinde, es necesario que llueva pero no solo para la soja, sino también para el maíz.

Hasta el momento se lleva sembrado el 67% de las 7,1 millones de hectáreas de maíz estimadas para la actual campaña, pero el clima sigue complicando todo.

“En este momento, se necesitan al menos 50 milímetros para no perder potencial de rinde. Los maíces tempranos hasta hace 15 días atrás venían atrasados por frío y sequía y necesitan agua en el corto plazo. Lamentablemente, en el oeste de Córdoba, un 20% del área se observa en estado regular y ya habría pérdidas de potencial. Con estas condiciones climáticas es difícil seguir pensando en rindes normales que arrojaban una posible producción maicera de 48 millones de toneladas de volumen comercial. La necesidad de lluvias es urgente en el corto plazo”, cierra el informe.

De esta manera, las expectativas están puestas a la posibilidad de lluvias en los próximos días que por lo menos colaboren con el estado de la soja y el maíz. En este marco, la suba de los precios internacionales, compensaría ampliamente las bajas productivas, pero los analistas recomiendan no confiarse. El tiempo dirá.

 

 

Fuente: Ambito