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Tras más de tres meses de espera, Tesla finalmente será incorporada al índice S&P500 en el rebalanceo trimestral que se efectiviza el próximo 21 de diciembre. La última semana, la noticia se vio reflejada en los mercados con un salto superior al 8% en el precio de la acción, correspondiente a un incremento de la capitalización bursátil superior a u$s50.000 millones. En la práctica esto significa que, al integrar el S&P500, el estandarte de los vehículos eléctricos será la décima mayor compañía del índice, superando levemente al tradicional JPMorgan Chase. Al margen de las paradojas que la rodean, con cerca de 500.000 unidades vendidas en 2021 Tesla es la empresa que más ha hecho para traer al segmento de los vehículos eléctricos (EV por sus siglas en inglés) a la primera plana del escenario financiero. Es el éxito de ésta lo que ha atraído a cientos de emprendedores –e inversores– que se desarrollan en este segmento que crece a tasas chinas.

En los últimos meses se destacaron una serie de empresas de vehículos propulsados con energía eléctrica que buscan acaparar una cuota de un mercado que tiene a Elon Musk como mascarón de proa. Con empresas listadas, emprendedores fuertemente fondeados y China en competencia la pregunta es: ¿cuál será la próxima Tesla?

Listada y volátil. Fundada en 2015 y con un presente complejo, Nikola es la más resonante de las EV. La empresa, que comenzó a ser listada en el Nasdaq tras fusionarse con un SPAC en junio de este año, tiene hoy una capitalización bursátil de u$s10.100 millones luego de haber superado los u$s30.000 millones a mediados de año. Es que, tras una apertura a la Bolsa sumamente exitosa, el precio de la acción colapsó en medio de reportes que acusaban a su fundador, Trevor Milton, de abusar de la flexibilidad de los SPAC para engañar a sus inversores tergiversando o maquillando las deficiencias de su plan de negocios.

El proyecto de la compañía, conceptualmente innovador, propone la construcción de camiones sustentados por baterías eléctricas y celdas de hidrógeno, junto con el desarrollo de una red de recarga en los Estados Unidos y la producción de combustible de hidrógeno. Para sustentar tal estrategia, el plan de Nikola reside en su capacidad de firmar acuerdos estratégicos con corporaciones americanas para lograr economías de escala. Sin embargo, no sólo se pone en duda su capacidad de adquirir escala considerando que las primeras unidades comenzarían a producirse a finales de 2021, sino también la fiabilidad de su tecnología y la capacidad financiera de la empresa para hacer frente a las inversiones en infraestructura que tiene por delante.

Otra empresa que capitalizó el boom del sector y dinero ocioso en SPAC para salir a Bolsa es Fisker. La compañía es el segundo intento de Henrik Fisker por establecer una empresa de EV. A diferencia de la mayoría en este segmento, Fisker procura tener un modelo de negocio magro tercerizando la producción de todos sus vehículos. Asimismo, en un esfuerzo por diferenciarse de la industria la empresa declaró que tendrán un formato de ventas “por suscripción”, similar a AWS o Spotify, lo cual convierte la venta de autos en una fuente de ingresos más recurrente. Si bien la empresa es de las más innovadoras, también lo es la incertidumbre que la acompaña y la falta de un camino cierto hacia la rentabilidad.

Cruzando el Pacífico, con un valor de mercado de u$s66.000 millones se destaca NIO cuya performance bursátil fue aún más exitosa que la de Tesla en 2020. En contraste con el resto de los competidores estadounidenses, NIO lleva vendido en 2020 más de 31.000 vehículos y registró ventas por u$s690 millones en el trimestre. La empresa, que cuenta con Tencent y el gobierno chino entre sus inversores, está consolidada en China, más la creciente presencia de Tesla en el país en el último año corroyó tanto sus ingresos como su rentabilidad. Los miles de inversores que se volcaron a la acción en los últimos meses advierten que el sostenido apoyo del gobierno chino es tan o más importante que la necesidad que registre su primera ganancia.

Dentro de las start-up que lograron diferenciarse, la más interesante es Rivian Automotive. Establecida en California, la empresa levantó más de u$s5.300 millones en los últimos 18 meses y cuenta con Amazon entre sus inversores más destacados. Rivian está más enfocado en los vehículos de trabajo y tiene en cartera tanto pickups como utilitarios. Para estos últimos, tiene un acuerdo para vender 100.000 unidades a Amazon. La gran interrogante en torno a Rivian es si tendrá la capacidad de penetrar en un segmento que por escala y afinidad ya está dominado por las grandes automotrices.

El próximo 21 de diciembre Tesla comenzará a codearse con las principales 500 empresas estadounidenses mientras que sus competidores aún trazan su senda hacia la rentabilidad. Si bien tanto los inversores privados como las principales automotrices han fondeado a empresas de vehículos eléctricos en Estados Unidos, estas aún están lejos de producir en serie y disputarle mercado a la compañía liderada por Musk. Desde el otro lado del pacífico la imagen es más alentadora: la china NIO crece rápidamente y compite de igual a igual en el principal mercado consumidor. A pesar de que muchas empresas caerán en un mercado tan disputado, es muy posible que estas cuatro empresas –lentamente– comiencen a acaparar un porcentaje mayor de este mercado.

 

Fuente: Ambito