Algunas terminales recortaron turnos, suspendieron la fabricación o sacaron de línea unidades sin terminar. El transporte marítimo está ralentizado por la pandemia.
Otro problema que afecta a las automotrices son las trabas a las importaciones. Si bien no es de manera directa, muchos autopartistas locales están teniendo demoras para conseguir los permisos aduaneros (conocido como formulario SIMI) y eso hace que el abastecimiento no sea fluido ya que deben reprogramas la producción por lo que no pueden cumplir con los plazos de entrega. A esto se suma que la liberación de divisas para pagar a proveedores externos se hace a un ritmo muy lento, lo que genera que desde el exterior no acepten seguir enviando productos hasta que no se pague lo adeudado.
También el coronavirus hace su parte. Las automotrices lograron un ritmo de funcionamiento normal pese a las restricciones que ponen los protocolos sanitarios y las bajas provocadas por el personal de riesgo. Sin embargo, la situación es distinta en los autopartistas. El nivel de ausentismo en las empresas es de 25% en promedio. Es decir que en algunas puede superar el 30%, algo que hace imposible producir.