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Vendedores reconocen que, en los últimos días, algunos modelos volvieron a comercializarse a valores oficiales. Sólo los más demandados o desabastecidos mantienen recargos.

Si algo tienen los argentinos son reflejos rápidos ante los cambios económicos. Esto queda demostrado una vez más por el comportamiento del mercado automotor en los últimos días. La efervescencia que generó la suba del dólar blue hasta hace dos semanas se tradujo en una demanda fuerte para la compra de 0 kilómetros, alentada por la brecha cambiaria y ante productos fijados en pesos al cambio oficial.

Cuando el tipo de cambio paralelo se acercó a los $200, en las concesionarias se cansaron de atender potenciales compradores con nulas pretensiones. Estaban dispuestos a llevarse lo que hubiera. Por las trabas a las importaciones y una producción que recién ahora está alcanzado su ritmo normal, no era mucho lo que estaba disponible. Esa combinación hizo que se generalizaran los sobreprecios en una claro ejemplo del principio básico de la ley de oferta y demanda.

En cambio, desde la semana pasada (y muy claramente ayer), la realidad era otra. La baja del blue a $150 ya no hace tan atractiva la ecuación y la compra se hace más racional. La consecuencia directa de este giro es la reducción de los precios de transacción y, en algunos casos, hasta su desaparición para llevar los valores de venta a los que rigen en la lista oficial.

“Están bajando los precios (de transacción) porque la gente no está dispuesta a convalidar cualquier valor. Cuando la brecha era más grande, se compraba por impulso. Estos últimos días se sintió el freno” explicaron en una concesionaria.

Es lógico, el comprador tiene que estar dispuesto a sacar mayor cantidad de billetes de debajo del colchón para comprar el mismo bien y, se sabe, los argentinos tienen un particular apego con los dólares como para estar dispuestos a desprenderse de ellos sin dolor.

Claro está que este fenómeno no es homogéneo. Cada marca, cada modelo, es un mundo diferente. Los importados que no tienen fecha cierta de reposición (especialmente los de gama alta) y algunas pickups nacionales, siguen con precios duros para cerrar una operación.

En cambio, una buena parte de la oferta que no tiene problemas serios de abastecimiento, está retornado a valores normales. La tendencia dependerá de lo que suceda en la City porteña. En el momento de brecha cambiaria más amplia, era común que se exigieran recargos de 30% sobre el precio de lista. Ayer, en las concesionarias, se hablaba de entre un 10% y 15% de pago adicional. Sólo en modelos de alta demanda. En la práctica, los vendedores ahora están ganando menos por cada operación. También la época del año juega en contra. La proximidad del final del año hace que empiece a jugar la especulación del cambio de modelo. Si la ganancia ya no es tan clara, no hay tanta ansiedad como para no tener en cuenta ese factor.

 

Fuente: Ambito