z.system

Un informe técnico elaborado por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires confirma que en la campaña pasada el cultivo de la soja se produjo con un nivel medio de tecnología. Todas las miradas.

Aunque muchas veces se piensa que es vox populi y que todo el mundo sabe de lo que se habla, siempre viene bien aclarar que la soja es el cultivo con mayor superficie sembrada en Argentina desde hace ya varios años.

En la campaña 2019/20 se sembraron 17,4 M Ha, con un rinde promedio obtenido de 29,4 qq/Ha que muestra una caída interanual del 10% como consecuencia del déficit hídrico que afectó al cultivo en plena etapa de desarrollo. Para la campaña que comenzará en pocas semanas se estima un panorama similar, con una leve caída en la intención de siembra y quizá las mismas condiciones climáticas. El fenómeno La Niña se esta acentuando y es cada vez mas fuerte su protagonismo en el verano, cuando los cultivos transitan un período clave para definir rendimiento.

Lo que las empresas observan, según el comportamiento del mercado de insumos, que tiene a los productores como actores principales, es que desde el inicio del 2020 se realizaron compras anticipadas y que este año también habrá buena inversión en el paquete tecnológico que luego miles de agricultores ponen bajo tierra para que las lluvias y la naturaleza hagan su parte. Es necesario invertir mucho dinero para lograr cada año más de 140 millones de toneladas, aquellas que se transforman en el carbón que mueve una locomotora llamada economía. Quedó en el pasado aquello de “en esta tierra crece cualquier cosa”, porque lo que se obtiene es mucho mas que “cualquier cosa” y porque para que el negocio sea rentable hay que ser muy eficiente y eso se logra con tecnología, manejo agronómico y conocimiento.

La brecha entre el rendimiento actual y el máximo alcanzable está dada por las prácticas de manejo que brinda la estructura del cultivo de soja y también por la fertilización. Como para tener un parámetro a nivel nacional, durante la campaña pasada la oleaginosa se produjo mayoritariamente con un nivel medio de tecnología, aplicado casi en su totalidad con siembra directa. Además la fertilización registró una mejora en los kilogramos de fósforo y azufre.

El productor invierte y pisa el acelerador a fondo porque éste es el partido que sabe jugar, el que puede dominar. Deja de lado el clima, los mercados y algunos otros imprevistos que no puede controlar y se centra en el manejo agronómico, el intangible que también forma parte del paquete tecnológico.

Al comenzar noviembre, todos hablan de las lluvias de la segunda quincena de octubre, porque sin dudas cambiaron el panorama de miles de hectáreas en al región centro del país. Santiago Santamarina, Gerente de Producto Maíz y Soja de Don Mario destacó que “las lluvias vinieron muy bien por varios aspectos, porque al trigo se le dio un respiro pero lo más importante fue la recarga de perfiles para la gruesa.

El que no se animó a sembrar por falta de agua es probable que se pase a maíz tardío pero las lluvias en varias localidades llegaron justo, así que fue un lindo empujón para la campaña”.

Todo comienza en la semilla y la inversión en genética puede tener sus frutos, por eso Santamarina recuerda que este año la firma presentó nuevas variedades “que vienen a dar un salto de rinde”. La expectativa es que el área de soja se incremente en 100 mil hectáreas. “Las ventas de semillas se dieron con mayor celeridad si comparamos con los plazos de compra del año pasado”, destacó Santamarina. “Creemos que va a ser una campaña similar a la del año pasado, porque la relación insumo producto está bastante similar a la de 2019”.

Diego Gandulfo, Gerente de Marketing de UPL -la empresa de origen indio que provee soluciones en protección de cultivos- expresó que “las lluvias cambiaron el humor general de los productores”. En cuanto al control de malezas, uno de los principales problemas con los que lidian los productores, Gandulfo precisó que será fundamental prever la logística para hacer buenos controles químicos.

“Ahora lo que esta en juego es el maíz y la soja. Las superficies creemos que se van a mantener, esperamos que crezca un poco la soja pero a nivel general las superficies se van a mantener”

Desde Stoller, empresa especializada en nutrición de cultivos, confirman que el productor esta muy animado a invertir en tecnología de cara a la campaña. El Ing. Agr. Agustín Calderoni, Coordinador Técnico Nacional de Stoller Argentina y Uruguay, destacó que en la Región Centro el año fue muy bueno en ventas y seguramente cumplirán los objetivos planteados. La recomendación para los productores en un año con pocas lluvias pasa por no olvidar que para aumentar el rendimiento por hectárea, es necesario invertir en tecnología, por ejemplo con productos que pueden mitigar los efectos del estrés hídrico.

Con las últimas lluvias )muy añoradas debido a las restricciones climáticas registradas en la previa) se garantiza la siembra que es simplemente el punto de partida para lograr, si todo sale como el productor -y el país- esperan una buena campaña agrícola. Mientras tanto se aplicarán todas las herramientas disponibles para lograr los techos de rendimiento, pero nunca debemos perder de vista que las protagonistas de esta campaña serán las precipitaciones del inicio de 2021.

Fuente. Ambito