z.system

La compañía decidió recurrir a la protección judicial. Había entrado en default en julio y había iniciado un proceso privado de reestructuración de deuda

Afectada por el precio internacional del crudo y por la cuarentena, la petrolera Roch anunció hoy que entró en concurso preventivo de acreedores. La compañía –que pertenece a su fundador y presidente, Ricardo Omar Chacra, y el 37% al empresario transportista Alfredo Román y su familia– había entrado en default en julio y había iniciado un proceso privado de reestructuración de deuda.

La sociedad se encuentra atravesando dificultades financieras causadas principalmente por la abrupta caída de la demanda y del precio del petróleo crudo en el mercado internacional y por las dificultades operativas derivadas de la imposibilidad de evacuar su producción por vía marítima o mediante transporte terrestre como consecuencia del estado de pandemia por la propagación del virus Covid-19 así como también por la rotura de la monoboya de la Terminal de Cruz del Sur ocurrida en septiembre de 2019″, explicó la compañía en un comunicado enviado a la Comisión Nacional de Valores (CNV).

La presentación del concurso preventivo quedó radicada ante el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Comercial N° 6, a cargo de Marta Cirulli.

“Esta situación es causada en su totalidad por externalidades a la compañía, principalmente la baja de la demanda y la caída del precio internacional del petróleo. A eso se le suma el hecho de que tuvimos que parar el 90% de nuestra producción durante más de seis meses y de que estuvo reducida por casi un año”, indicaron fuentes de la compañía sobre la situación.

En junio Roch había iniciado un proceso de reestructuración privada de pasivos. El objetivo era optimizar sus recursos financieros y mantener una estructura de capital adecuada para el desarrollo de su negocio en el largo plazo.

Además, encaró negociaciones con proveedores para reducir los costos operativos y un proceso de reingeniería de recursos humanos en su sede de administración central. Al mismo tiempo inició gestiones para la emisión de las obligaciones negociables privadas y la celebración de un contrato de préstamo convertible en acciones, con resultado negativo.

“Asimismo, se realizaron negociaciones para emitir nuevas obligaciones negociables por un valor de hasta u$s 25.000.000 para ser ofrecidas en canje voluntario para el refinanciamiento de las obligaciones clases 4 y 5 de la Sociedad, las cuales también fracasaron”, agrega el comunicado.

Según destacaron las fuentes de la compañía, ante la dilación para llegar a un acuerdo con los acreedores, se decidió recurrir al concurso. El objetivo es que el conflicto financiero no impida que la compañía tenga funcionamiento normal.

En medio de esta situación financiera, la compañía vio afectada la operación de su principal yacimiento en Tierra del Fuego. El incidente generó una caída significativa en la producción de petróleo, a raíz de un daño en la formación, presumiblemente por deposición de parafinas debido al nivel de temperatura observada en el reservorio.

La compañía tiene sus activos y capacidad operativa intactas. El concurso para protegerlos y mantener las condiciones en las que vienen trabajando para poder empezar a generar la caja necesaria. Entre la monoboya y el cierre de la terminal en Chile hubo más de u$s 12 millones que no ingresaron en la compañía”, agregaron en la empresa.

Impacto negativo

Este hecho tuvo un impacto impacto negativo en el flujo de fondos de la compañía y generó una imposibilidad de pago regular de sus pasivos financieros.

Fundada hace 30 años por Chacra, la empresa tiene como accionista minoritario a Puerto Asís, el brazo inversor de la familia Román, que en 2013 le compró el 33% a la Corporación Financiera Internacional. El año pasado, Roch facturó $ 2317,76 millones, 11% más que en 2018. Pero tuvo una pérdida neta de $ 311 millones, casi el doble que en 2018. De su facturación, $ 1052,65 millones fueron por exportación de crudo.

En julio había entrado en default tras no haber pagado el vencimiento de sus obligaciones negociables Clase 4, emitidas en diciembre de 2018. Era la última cuota de un bono por u$s 5,21 millones. Tampoco cumplió con sus intereses compensatorios, por u$s 146.796.

En ese momento, además de no cancelar la cuota de la ON, la empresa había informado que se había atrasado en u$s 1,3 millones, entre capital e intereses, de los u$s 2,9 millones que todavía le debe al trader europeo Trafigura, por una ON privada de u$s 5 millones.

La compañía también le debe u$s 9 millones a distintos bancos.

 

 

 

Fuente: Cronista