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El ingreso de divisas habría sido incluso menor a septiembre. El miércoles el Gobierno se vuelve a reunir con el CAA en medio de la presión por el dólar.

La baja de retenciones de tres puntos que rigió hasta el último día hábil de octubre no alcanzó para que la liquidación del agro repunte respecto al mes previo, según fuentes del sector consultadas por Ámbito, las cereales liquidaron en el décimo mes del año poco más de u$s1.700 millones, que incluso representa un retroceso de alrededor de u$s40 millones respecto al mes previo.

Los datos oficiales se conocerán hoy, pero a las claras en el sector indican que las medidas anunciadas por el Gobierno durante la primera semana de octubre no lograron el objetivo de impulsar el ingreso de dólares del campo. En tanto, sigue profundizándose la tendencia que indica que el año cerraría con un retroceso de alrededor del 15% respecto a la liquidación del 2019. Datos para nada alentadores teniendo en cuenta la necesidad que tiene la economía argentina de dólares genuinos.

A pesar de que el Gobierno logró bajar $26 el dólar blue durante la semana pasada, la presión por la moneda norteamericana continúa firme, por eso los dólares del campo son tan necesarios para la economía argentina.

Los datos son más que elocuentes, según un informe elaborado por el economista David Miazzo, de Fada, en base a datos del BCRA, en septiembre la agroindustria aportó el 90% de las divisas netas positivas al mercado cambiario. Solo tres sectores tuvieron un balance positivo: la agroindustria, minería a informática. Mientras que el agro aportó u$s2.155 millones (90%), minería aportó u$s196 millones (8%) e informática u$s56 millones (2%.). El resto de los sectores tuvieron un balance negativo de u$s4.065 millones, con industria química, comercio, maquinaria y equipos y automotriz a la cabeza de los demandantes de dólares.

Por eso el Gobierno apostaba a una mayor liquidación del campo durante octubre a partir de la rebaja de retenciones, pero lo cierto es que las medidas no terminaron de convencer principalmente a los productores agropecuarios que tienen aún por vender unas 15,7 millones de toneladas de soja de la campaña 2019/20.

Por su parte, en octubre las cereales anotaron envíos por alrededor de 3,8 millones de toneladas, pero en gran medida de grano que ya tenían en sus silos para procesar, por eso la liquidación de divisas no experimentó un cambio contundente a pesar de la rebaja fiscal en los derechos de exportaciones que a partir de este mes se elevan al 31,5%, en diciembre a 32% y en enero del 2021 volverán al 33%.

Los productores agropecuarios mientras tanto iniciarán durante esta semana la demorada siembra de soja de la campaña 2020/21 con un sinfín de interrogantes por resolver. El principal y más preocupante es el clima, porque los pronósticos hablan de un año complejo en el que faltarían precipitaciones en una etapa fundamental para el cultivo. El segundo viene de la mano de la economía, mientras la brecha entre el dólar blue y el oficial continúe creciendo el negocio agropecuario pierde rentabilidad.

Quizás el único dato alentador es que durante el mes pasado la industria aceitera tuvo un pico de declaración de ventas al exterior de harina y subproductos, lo que se traduciría quizás en una menor primarización de las exportaciones a partir de la reimplementación del tan cuestionado por los productores diferencial de dos puntos menos a favor de los productos con mayor valor agregado.

Estos datos son además la antesala de la reunión pautada para el próximo miércoles entre el Gobierno y el Consejo Agroindustrial Argentina (CAA) en donde, luego de dos semanas de trabajo se comenzarían a evaluar medidas concretas para fomentar las exportaciones del sector agroindustrial con el foco puesto en las economías regionales, las carnes y la elaboración de una ley marco para el sector.

En el tintero quedó una rebaja a las retenciones a las carnes, que el sector frigorífico continúa reclamando y ratificará en el encuentro del próximo miércoles.

Otras medidas de estímulo son también solicitadas por el sector primario, como por ejemplo, la posibilidad de desgravar el impuesto a las ganancias de la compra de semillas y fertilizantes. Proyecto que el propio Gobierno planteó tiempo atrás pero que hasta el momento no vio la luz por el impacto recaudatorio que tendría en las arcas nacionales.

Algo muy similar a lo que ocurrió con las retenciones, porque mientras el CAA reclamaba al menos una rebaja de 10 puntos para impulsar la liquidación de cara a fin de año, el Gobierno optó por una rebaja de 3 puntos. Una medida que finalmente no fue efectiva y que hoy se refleja en el acotado poder de fuego que cuenta para contener el blue.

Fuente: Ambito