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La suba del dólar impulsó los valores de los autos 0 km. Esto explica la caída del mercado, que se sostiene solamente por la demanda generada por la brecha cambiaria.

“Para tener un auto en la Argentina hay que ser millonario”. La frase se habrá escuchado más de una vez en una charla de café o en una reunión familiar como forma exagerada para ilustrar lo caro que están los 0 km en el país. Sin embargo, en un par de meses a más tardar, esa sentencia se convertirá en realidad. Es que, con los aumentos de precios de octubre, quedan sólo cinco modelos en el mercado por menos de $1.000.000.

Hasta hace tres meses había una veintena de autos que se ubicaban por debajo de esa barrera psicológica (y económica) pero la suba del dólar fue haciendo que, poco a poco, muchos de esos vehículos pasaran a valer una cifra de siete dígitos.

Esto se debe a que todos los modelos de este segmento son importados y están atados a la inestabilidad cambiaria.

De esta manera, sólo el Fiat Mobi, el Renault Kwid, el Chery QQ, el Toyota Etios y Nissan March se venden en menos de un millón, según los precios de lista. Pero no por mucho tiempo ya que todos esos vehículos (algunos con más de una versión) están por arriba de los $900.000. A un ritmo de ajuste mensual de más del 4%, como se viene registrando en los últimos meses, es previsible que en lo que queda de 2020 pasen a engrosar el club del millón. En los últimos meses dieron ese salto marcas que siempre estuvieron con oferta de 0 km entre los más económicos. Por ejemplo, Volkswagen con el Gol, Ford con el Ka y Chevrolet con el Onix no tienen hoy vesiones en valores inferiores a esa cifra ni siquiera teniendo en cuenta las bonificaciones. Hay que destacar que ante la falta de unidades en el mercado por las trabas a las importaciones, los descuentos fueron desapareciendo.

A estos cinco modelos que hoy son los más económicos se les podría sumar otros dos que, teniendo en cuenta su precio, acompañarían ese pelotón. Por ejemplo, el Nissan Note y la pickcup chica Chevrolet Montana.

En el primer caso se discontinuó su comercialización y su precio figura en la lista oficial a forma de referencia por si queda alguna unidad en concesionaria. El otro ejemplo es muy parecido ya que se veden muy pocas unidades por mes.

Un dato curioso es que hay un achatamiento de la escala de precios. Por un lado, ya casi todos los autos cuestan más de un millón, hasta los más económicos, pero por arriba de los $2.000.000, los vehículos deben pagar Impuestos Internos, un tributo considerado para los autos “de lujo”. Esto explica, en gran parte, que el mercado de este años será el más bajo desde la salida de la crisis de 2002. Con salarios golpeados, sin financiación y autos caros, no hay posibilidad de que crezca la demanda, salvo por la alquimia cambiaria que permite el “blue”

Otro hecho que se desprende de esta realidad automotriz sirve para explicar cuestiones más profundas de la economía. Si cualquier auto cuesta ya más de $1.000.000 es una confirmación del poco valor del peso que, por más que acumule ceros a su derecha, no tiene poder de compra.

 

Fuente: Ambito