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Por el congelamiento de las tarifas y la devaluación del peso los subsidios que debe afrontar el Estado seguirán creciendo. Por el descalce los aportes públicos serán de US$ 5000 millones.

Los hogares y comercios de la Argentina terminarán el 2020 abonando menos del 40% del costo de la energía eléctrica y el Estado nacional les subsidiará más del 60% para que tengan luz sin aumento de tarifas.

Estos datos surgen de la programación estacional trimestral del Sistema Argentino de Interconexión (SADI) que confeccionó la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) para agosto-octubre, en donde se deja constancia que los usuarios residenciales pagan $ 1999 por megavatio-hora (MWh), apenas un 41,1% de los $ 4864,38 /MWh que costará generar la energía. Los números incluyen el transporte, más no las tarifas de distribución, que dependen de cada provincia.

Si se contabiliza toda la demanda del sistema (residenciales, Grandes Usuarios del Distribuidor -GUDI-, Grandes Usuarios Menores -GUME-, Grandes Usuarios Mayores -GUMA-, la Autogeneración y los Ultra Electro Intensivos), el promedio de cobertura arroja un 54%, contra un 46% subsidiado en el tercer trimestre del año.

Con todo, esto significa que en los últimos tres meses del año los subsidios seguirán creciendo, dado que ya es una certeza que las tarifas se mantendrán congeladas al menos hasta el 31 de diciembre de 2020 y que el dólar mantendrá su sendero de pequeñas alzas diarias.

Convertido a dólares, el costo de mantener al sistema eléctrico (pago a generadoras, consumo de combustibles y transporte) promediará hasta octubre los USD 62,55 /MWh. Los usuarios residenciales pagarán apenas USD 25,70 /MWh de ellos.

El agujero fiscal que provocará en las cuentas públicas, tal como contó Energía On semanas atrás, superará los US$ 5000 millones este año. Por estos días, el nuevo secretario de Energía, Darío Martínez, trabaja desde Neuquén a la distancia con el ministro de Economía, Martín Guzmán, en el diseño del Presupuesto 2021, documento del cual surgirá cómo piensa el Gobierno desarmar la montaña de subsidios y subir las tarifas en un año electoral.

Además de la energía eléctrica, también está en la mira el costo propio del gas, que tiene impacto doble: en los recursos que se destinan a la oferta (Resolución 46/2017, deudas del Plan Gas, las Diferencias Diarias Acumuladas de 2018, y el nuevo Esquema de Gas 2020-2024, todavía no formalizado) y también sobre la electricidad, ya que las centrales térmicas representan un 55,9% del sistema y, a su vez, el 93,2% del consumo de combustibles corresponde al de gas natural, provisto por las petroleras o por las importaciones desde Bolivia y el Gas Natural Licuado (GNL) que inyecta Integración Energética Argentina (IEASA) en el puerto de Escobar, en Buenos Aires.

En los próximos meses, el SADI se irá nutriendo del aporte cada vez mayor de energías renovables.

El hito más importante será la entrada en operación comercial de los parques solares Cauchari I, II y III por un total de 300 MW netos. Pese a que fueron anunciados con bombos y platillos, su inicio sigue demorado por las malas condiciones meteorológicas en la Puna, donde llegó a nevar por la ola polar.

De todas formas, en las próximas semanas se podrían terminar las obras de energización y conectarse al sistema.


La recesión y la baja de los precios restan oferta de gas de la Cuenca Neuquina

El consumo de combustibles de las centrales termoeléctricas promediará en el tercer trimestre de este año los 35 millones de metros cúbicos por día, 10 menos que en el mismo período del año pasado.

Al menos 12 MMm3/d corresponden a una menor oferta de la Cuenca Neuquina, que será compensada en parte por más inyección de Bolivia, GNL y consumo de combustibles líquidos como gasoil y fuel oil.

El costo total del gas rondará los US$ 3,40 por millón de BTU, que es el mismo que fue propuesto originalmente para ser pagado a petroleras en el nuevo plan para reactivar la producción local y reemplazar importaciones. Hasta el momento, Cammesa viene pagando unos US$ 2,60 por el gas que obtiene en las subastas, mientras que el GNL se abona USD 5 y el gas de Bolivia, algo más de USD 5,40 en promedio.

Las alternativas son utilizar carbón a USD 5,6 /MMBTU, fuel oil a USD 8,2 y gasoil a USD 11,3.

De hecho, en los escenarios que se planteó CAMMESA, el fuel oil y el carbón incrementarían su aporte en relación con 2019.

 

 

Fuente: Rio negro