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En el inicio de la cuarentena, las fábricas de 0 km no estaban autorizadas a producir. Para el ministro Kulfas, podrían seguir operando pero la decisión la tiene Presidencia.

Con nerviosismo, las automotrices esperan hoy la decisión del Gobierno sobre la modalidad de la extensión de la cuarentena. Un retorno a la fase 1 significaría el cierre de las plantas localizadas en el conurbano bonaerense ya que en la primera etapa del aislamiento obligatorio las fábricas de autos estuvieron cerradas. Sólo pudieron abrir desde mediados de mayo con la aprobación de un estricto protocolo sanitario. Una marcha atrás de la apertura industrial para el sector significaría un golpe muy duro para las empresas. “Sería un desastre”, sintetizó un directivo.

La esperanza de estas terminales está centrada en que el objetivo principal del Gobierno es reducir el movimiento de personas en el transporte público y que eso juega a favor de las automotrices ya que entre los requisitos exigidos para reabrir las plantas uno de los más importantes era que el traslado del personal hasta el lugar de trabajo corriera por parte de cada empresa. Además, remarcan que desde el reinicio de la actividad no hubo necesidad de parar ningún día la producción por el coronavirus. Se registraron menos de 20 contagios entre todas y fueron detectados por los protocolos sanitarios dispuestos. En todos los casos se aisló al personal y a los posibles contactos estrechos. Como se trabaja bajo la modalidad de equipos rotativos, cuando se produce un contagio, toda la dotación de personal deja de asistir y es reemplazado por otro grupo de operarios.

También apuestan al impacto económico negativo que tendría un retroceso en la flexibilización del aislamiento. Más del 70% de los vehículos que se producen se exportan, lo que genera un ingreso genuino de dólares. La vuelta a la actividad significó también que las empresas dejaran de recibir la asistencia estatal para el pago de salarios (ATP), algo que el Gobierno busca reducir por el impacto fiscal que produce.

En caso de obligar a las empresas a cerrar tendría que reponerlo. De lo contrario, no habría otra salida que suspender a todo el personal de las empresas afectadas. “No hay posibilidad de volver atrás. Sería una locura. Costó mucho volver a poner todo el engranaje con los proveedores para tirarlo por la ventana”, alertaron en otra terminal.

La situación de los autopartistas es el otro tema a tener en cuenta. El reinicio de la actividad fue problemático debido a las exigencias para cumplir con los protocolos. Hay empresas que recién fueron autorizadas a abrir sus plantas la semana pasada, por lo cual sería al menos desprolijo que las obligaran a parar la producción. A esto se suma la situación económica de las empresas. Una encuesta realizada por la asociación que agrupa a estas industrias (AFAC) señaló que el 16% de las compañías prevén presentarse en concurso preventivo una vez que se levante la cuarentena como consecuencia de estos meses sin actividad.

Fuente: Ambito