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Si se habla del 17 de octubre en Argentina, su significado sin dudas provocará sentimientos y pensamientos muy disímiles entre las personas que recuerdan esa fecha, seguramente, como una parte importante de la historia. Sin embargo, este día tiene un significado absolutamente negro en la memoria de todos aquellos que han vivido una de las más profundas crisis del siglo 20: la del petróleo de 1973.

En ese momento, la Organización de Países Árabes Exportadores de Petróleo (OPAEC) tomó una decisión que cambiaría el mundo económico conocido hasta entonces: suspendió las exportaciones de petróleo a los países que habían apoyado a Israel en la guerra del Yom Kippur (es decir, a Estados Unidos y países de Europa occidental).

Pero esa no fue la única crisis vinculada con el recurso natural que movía, y sigue moviendo, la vida moderna. Es que aún hoy el 70% del consumo de energía proviene de los combustibles fósiles, especialmente del petróleo y el gas. La segunda crisis del petróleo fue en el año 1979 cuando el mundo se encontraba bajo los efectos de la revolución iraní, la restauración de la República Islámica y de la guerra Iran/Irak.

La tercera crisis la podemos ubicar el día 8 de marzo del 2020, cuando se disparó el conflicto entre Arabia Saudita y Rusia, tras el anuncio totalmente inesperado de recortes en los precios. El país árabe llevó el precio de 6 a 8 dólares por barril, amparándose en la pandemia del COVID-19 que actualmente está sufriendo nuestro planeta. Lo cierto es que, el sector aeronáutico y de transporte, así como las fábricas, han disminuido el consumo energético considerablemente producto de la cuarentena global.

Transcurrido un mes y medio se alcanzó un “acuerdo histórico” entre la OPEP y sus aliados, en donde se resolvió una limitación voluntaria y gradual de la producción del petróleo a 9.7 millones de barriles por día (bpd) a partir del 1 de mayo hasta junio del corriente. También se decidió un recorte adicional de 8 millones de bpd extendido hasta fin de año y de 6 millones de bpd hasta abril de 2022, tratando así de garantizar la estabilidad del mercado. Es decir, ante una caída de la demanda, reducir la oferta para que el precio se sostenga.

Claro está que este acuerdo parece haber llegado demasiado tarde. A diferencia de las crisis anteriores, se juntaron las dos hojas de una misma tijera, aludiendo al economista de principio de siglo, Alfred Marshall. La movida del país árabe que tuvo el objetivo de sacar del mercado a Rusia y a EE. UU., (mayor oferta), se juntó con la caída del nivel de actividad global (menor demanda). Desde el lado de la oferta, el derrumbe inicial ocurrió a principios de marzo cuando Rusia y Arabia Saudita no se pusieron de acuerdo en reducir los niveles de producción. Adicionalmente, hoy nos encontramos con que el nivel de almacenaje de los productores petroleros está por llegar al límite, por lo que pronto tendrán que pagar para deshacerse del crudo y esto se reflejó en el desplome de su precio en los mercados financieros y en la negociación de contratos futuros.

¿Por qué el precio podría dispararse?

La crisis del coronavirus afecta directamente la demanda de petróleo y el principal factor de este desplome fue la baja actividad del sector industrial de China, que se derrumbó como nunca antes en 30 años. Para graficarlo, un surfista podría sostenerse en una ola peligrosa, y quizás podría hacerlo también en otra ola igual de peligrosa, pero si ambas olas se juntan, el efecto puede ser letal.

En este sentido, al analizar estadísticamente las variables involucradas – el precio del petróleo WTI y el indicador de la actividad industrial china- podemos ver que existe una correlación del 87%. ¿Qué significa esta medición? Que el gigante asiático, y no la OPEP, es la locomotora que frenó de golpe, dejando al precio del petróleo tambaleándose. Este país representa el 10% del mercado mundial y el 15% del producto bruto del mundo. También significa el 25% del valor agregado industrial, 10 puntos porcentuales más que los Estados Unidos.

Por este motivo, los mercados financieros están esperando que China arranque y se cargue al precio del petróleo arriba. La explicación es clara: cada vez que el sector industrial chino cayó, casi siempre impactó fuertemente en el precio del petróleo. En otras palabras, si se reactiva la economía de China, el barril de crudo podría valer más del doble de lo que vale hoy.

En este sentido, el pasado 8 de abril finalmente la ciudad del caso cero, Wuhan, salió de la cuarentena luego de 77 días de encierro. Y aunque las estadísticas del gigante asiático son cuestionadas, según datos oficiales, el país parece haber dejado atrás la pandemia reportando en la actualidad solamente 11 casos importados, 838 personas que aún continúan hospitalizadas por COVID-19, y ninguna muerte desde hace 10 días.

La pregunta clave es la de siempre, ¿cuánto falta para que arranque la locomotora?

 

 

Fuente: Cronista