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A la suspensión de la producción de la planta de YPF en Plaza Huincul se sumaron las instalaciones de Raízen y el complejo Refinor. La menor demanda de combustibles colmó los depósitos y llevó a frenar la producción.

La crisis abierta en la industria petrolera por la baja demanda de combustibles a raíz de la cuarentena obligatoria está mostrando un escenario impensado en el segmento del downstream en donde ya son tres las refinerías del país que debieron parar su producción ante la imposibilidad de seguir acopiando los combustibles que nadie compra.

Desde el inicio de la cuarentena las ventas de combustibles se desplomaron, primero en un 80% y de momento

La primera refinería en frenar su actividad fue la que posee YPF en Plaza Huincul y que procesa mayoritariamente el petróleo de Vaca Muerta. Allí los tanques de acopio se colmaron rápidamente y desde hace dos semanas el complejo trabaja despachando los combustibles ya procesados.

El viernes pasado una de las grandes refinerías del país también debió frenar su producción. Se trata del complejo industrial que posee la firma Raízen en Dock Sud en donde elaboran los combustibles que se venden bajo la marca Shell en todo el país.

Las instalaciones también colmaron su capacidad de acopio y llevaron a que se paralice la producción, hasta tanto se recuperen niveles de almacenamiento.

Esta semana fue el turno del norte, dado que la refinería de Campo Durán, Refinor, también frenó su producción. En este caso el paro de la planta, que es operada por YPF en un consorcio con Pampa Energía y Pluspetrol, no es demasiado diferente a lo que ya venía ocurriendo en las instalaciones en donde por la falta de crudo para procesar, se han tenido que frenar los procesos productivos en varias ocasiones en los últimos meses.

En contraposición, la refinería de la firma Trafigura en Bahía Blanca, se encuentra funcionando al 90% de su capacidad para abastecer a las estaciones de servicio de marca Puma Energy ante la imposibilidad de importar productos.

No obstante, se supo que el complejo se prepara para reducir su funcionamiento al 50% el mes próximo, un freno que podría ser aún mayor si se aplica un barril criollo y se limitan las exportaciones.

Las refinerías que han paralizado su actividad no están cerradas, sino que interrumpieron sus procesos de producción. Una situación en la que la seguridad de las instalaciones también juega un papel central, dado que con un nivel de procesamiento inferior al 40% los complejos deben frenar sus trabajos para evitar incidentes.

En una situación muy cercana a ese límite se encuentra de momento la refinería de YPF en Luján de Cuyo, Mendoza. En tanto que la producción también se redujo pero en menor medida en las refinerías de YPF en La Plata y en la de Axion (PAE) en Campana. En este último caso el complejo está funcionando a un poco más del 60% de su capacidad.

La paralización de las refinerías suma incertidumbre al sector laboral vinculado, dado que a diferencia de lo que ocurre con la producción de petróleo, en las refinerías el inicio de la cuarentena redujo pero no tanto las dotaciones de personal.

Sin embargo, con la paralización de los complejos son cerca de 2.000 los trabajadores afectados entre las tres refinerías que ya detuvieron su producción.

 

 

Fuente: Rio negro