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El petróleo Brent, que rige los precios internos, también se desploma en el exterior. Disputar para definir un valor que garantice empleo y rentabilidad

El derrumbe histórico del petróleo WTI colocó en situación de pánico a más de un actor en el segmento hidrocarburífero local. Ocurre que, aunque ese parámetro del crudo no pesa en el valor del barril local ni tiene efecto sobre la cotización de las naftas, en el segmento dan por descontado que de sostenerse el declive habrá un efecto contagio sobre el Brent, la nomenclatura que sí determina el movimiento local.

El Brent viene concluir el lunes a un valor apenas por encima de los 25 dólares, y también muestra una baja pronunciada: a principios de enero cotizaba a más de 65 dólares la unidad, luego el precio mermó a 45 y de ahí a 33 hasta llegar al piso actual.

¿Puede el Brent imitar al WTI? Fuentes cercanas a la Secretaria de Energía sostuvieron ante iProfesional que “nada se descarta” a partir de la parálisis industrial que muestra el mundo. Y que “un derrumbe similar al WTI sería la peor noticia para los productores locales porque se perderían las referencias para el precio interno, perdería todo sentido seguir sacando petróleo, y ni siquiera se podría volver a pensar en hacer fuerte la exportación”.

En el organismo oficial entienden que el declive del WTI es un “fenómeno temporal” y no una tendencia. Pero siguen con preocupación su efecto colateral en el Brent y la renovada tensión entre gobernadores y refinadoras a partir de la baja en los valores.

En momentos en que estaba muy cerca de abrocharse un nuevo valor de referencia para el barril doméstico -el ultra mencionado barril “criollo”-, quienes elaboran las naftas endurecieron la posición en las últimas horas y ya no están predispuestos a convalidar el parámetro de 45 dólares sobre el ya casi había un acuerdo cerrado.

Si bien las refinadoras, con YPF a la cabeza, compensarían el pago del barril por encima del precio internacional descartando cualquier rebaja en el precio de los combustibles que se paga en los surtidores, las firmas ahora sostienen que no podrían pagar más de 37 dólares por la unidad.

Según indicaron a iProfesional desde el entorno de la Secretaria de Energía, las procesadoras sostienen que abonar 45 dólares carece de lógica financiera a partir del abaratamiento del Brent, la nula comercialización de naftas por la variable “Covid-19-Cuarentena”, y el lleno total que hoy ostentan los tanques de almacenamiento.

El planteo de las refinadoras choca de frente con la posición de los gobernadores de las provincias petroleras, que ven cómo las regalías se hacen añicos a partir de cada punto que pierde el precio del barril. Al mismo tiempo, temen por la situación del empleo más allá de que el sindicato de Petróleo y Gas Privado de Neuquén, Río Negro y La Pampa, y su similar de Chubut, acaban de acordar en el Ministerio de Trabajo una rebaja del 50 por ciento para los salarios de hasta 32.000 trabajadores del rubro.

“Los gobernadores no quieren ceder, pretenden que el barril se les pague arriba de los 50 dólares. Saben que hoy las refinadoras no pueden traer producto desde el exterior por la vigencia de licencias no automáticas para los combustibles. Buscan que la actividad no se paralice y sostener los empleos. Pero con este escenario de precios si logran acordar en 45 dólares seguro quedarán más que conformes”, añadieron las fuentes consultadas.

Las naftas no bajarán

Un barril “criollo” en ese valor destierra cualquier posibilidad de que las naftas se abaraten. Expertos consultados por iProfesional explicaron que, en virtud del contexto de precios internacionales oprimidos, sostener el crudo interno en 45 dólares sólo puede garantizarse a partir de mantener los precios tal como están en las pizarras. “Es el consumidor quien, en definitiva, termina sosteniendo la cotización del barril que acuerden empresas y provincias”, indicó una voz interpelada.

Desde el ámbito de los empresarios del combustible, Gabriel Bornoroni, presidente de la confederación CECHA, sostuvo ante iProfesional que más allá del tire y afloje la voluntad política está puesta en sellar un acuerdo que mantenga un equilibrio para todas las partes. Y que, aunque parezca que cada uno de los actores cede, lo real es que terminar de imponer el valor de barril interno a largo plazo traerá beneficios para todo el mercado interno del crudo y su procesamiento.

“La apuesta por el barril a 45 dólares tiene como fondo sostener el empleo y las regalías. Pensemos que sólo en Vaca Muerta tenemos 130.000 trabajadores que podrían perder su ingreso si no se acuerda en torno a ese valor. Ese barril depende de lo que ya está pagando en el surtidor. Pensar en abaratar todo es dejar sin empleo a miles y miles de personas sólo para que en las estaciones de servicio paguemos el litro 5 pesos menos. No tiene sentido en términos de beneficio para las economías que viven del petróleo”, expresó.

“El barril más barato, sin la fijación del ‘criollo’, lo que generará es parálisis y desempleo. Y eso luego obligará al Gobierno a subsidiar a esos mismos trabajadores, provocando un déficit más fuerte. Es una cadena negativa. Definir el barril en 45 dólares y los precios congelados de las naftas hasta fin de año terminaría blindando de alguna manera a la actividad petrolera. Los gobernadores lo entienden así y también las petroleras, que deben entender que no perderán si el precio del combustible se mantiene”, concluyó.

 

 

Fuente: Iprofesional