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Las acciones de YPF no sufrieron un mayor impacto en sus cotizaciones, debido a que el inédito derrumbe del petróleo fue un fenómeno que se explica estrictamente por el cierre de un contrato a futuro, ya que en el resto de la curva de precios no se observaron variaciones similares o precios por debajo de u$s0.

Pese a que el precio del barril de petróleo para entrega en mayo en Nueva York se desintegró este lunes y terminó en negativo a -37,63 dólares el barril por primera vez su historia, las acciones de YPF no sufrieron un mayor impacto en sus cotizaciones, debido a que el inédito derrumbe fue un fenómeno que se explica estrictamente por el cierre de un contrato a futuro, ya que en el resto de la curva de precios no se observaron variaciones similares o precios por debajo de u$s0.

De este modo, los papeles de la petrolera argentina cedieron solo un 2,8% en Wall Street, y terminaron a u$s3,77. Por su parte, en la bolsa local, culminaron con un retroceso del 1,1% a $397,20.

“Hubo un problema de liquidez en este contrato a futuro de mayo puntualmente, por ende la caída no fue algo que provenga de los productores de petróleo, sino más bien está vinculada a la parte financiera de los fondos que salieron a cerrar los contratos, para no tener que ir a buscar almacenaje”, explicó a Ámbito Rodrigo Reyes Molina, analista de Research de Allaria. De hecho, las reservas de crudo en Estados Unidos están cerca del límite tras un fuerte aumento en las últimas semanas, lo cual hace el almacenamiento de oro negro más difícil y caro.

La gigantesca diferencia entre los dos contratos de mayo y junio (cerró a u$s20,43 el barril) se explica por las decisiones de inversionistas y especuladores. Cuando compran estos contratos a futuro, se comprometen a hacerse del crudo físicamente a un precio y fecha determinados con anticipación. “El vencimiento del contrato corto hizo que los que estaban comprados ante el exceso de inventarios que hay en el mundo de petróleo que genera falta de espacio para el almacenamiento tengan que salir a cerrar las posiciones para evitar el delivery del commodity”, indicó Agustín Candia, analista de Rava.

Cuando se vence un contrato de petróleo es con entrega física, y generalmente los fondos lo cierran posiciones antes de la fecha de vencimiento (en este caso 24 horas previas), remarcan los analistas. “Pero en el contexto actual del coronavirus y su consecuente desplome en la utilización del petróleo, generó la ausencia de compradores dispuestos a quedarse con el barril, por lo que hubo una sobre oferta, desplomando el precio del cierre de ese contrato particular”, agregó Reyes Molina.

En consecuencia, no hubo demasiado impacto en las cotizaciones de las acciones petroleras, que se guiaron por las cotizaciones del resto de la curva. “Esto muestra una diferencia con lo ocurrido los últimos meses, donde toda la curva cayó un 60%, y las acciones de las petroleras de depreciaron de forma similar”, recordó el analista de Allaria.

Por caso, las acciones de YPF acumulan en lo que va de 2020 una merma del 67,4% en Wall Street, en sintonía con la baja anual que registran los precios del crudo.

Mientras tanto, en la bolsa de Nueva York, las grandes corporaciones petroleras, como Chevron o Exxon Mobil, cayeron un 4,1% y 4,7%, respectivamente.

La Agencia de Información sobre Energía (AIE) de Estados Unidos aseguró que las reservas de petróleo subieron en 19,25 millones de barriles la semana pasada en el principal productor y consumidor mundial de oro negro. Se trata del mayor incremento desde que se llevan estas estadísticas.

La consultora Rystad Energy consideró el lunes que no queda espacio para más de 21 millones de barriles en la terminal de Cushing (Oklahoma, sur), donde se almacena el crudo referencia del WTI.

Ante esta situación inédita debida a la caída de la demanda por la pandemia de coronavirus y un mercado con sobreoferta, los barriles para entrega en mayo perdieron todo su valor y los inversores quieren deshacerse de ellos y tienen que pagar para hacerlo. “Actores de talla media pagan a los ‘compradores’ para deshacerse de sus volúmenes de petróleo porque el límite físico de reservas está por alcanzarse. ¡Y pagan caro!”, explicó la analista Louise Dickson, de Rystad Energy.

Para esa especialista esto significa que “cierres costosos, incluso quiebras, podrían costar menos caro a algunos productores que pagar decenas de millones de dólares para deshacerse de lo que producen”.

Quienes pueden almacenar y vender más tarde apuestan a que las cotizaciones subirán después, y que el consumo mundial de crudo y productos refinados retomará con la reactivación de la economía.

Esta situación se traduce por un fenómeno de reporte, con precios que suben a medida que el plazo del contrato es más lejano en el tiempo.

Por eso, el contrato de WTI para entrega en julio terminó en 26,28 dólares y el de agosto en 28,51 dólares.

Fuente: Ambito