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Pese a que la rebaja formó parte de la Ley de Emergencia sancionada en diciembre, el texto vinculado con al sector petrolero nunca fue reglamentado. Rige para todo el sector hidrocarburífero.

En diciembre del año pasado, el sector hidrocarburífero del país celebró la aprobación de la Ley de Solidaridad Social pues contempló en uno de sus artículos la rebaja de las retenciones a las exportaciones que, pocos días antes, se habían elevado del 7 al 12%.

Sin embargo, a tres meses de la aprobación de esa norma, el texto sigue sin reglamentarse y, si bien se pautó que las retenciones sean del 8%, en la práctica sigue estando vigente el recorte del 12%.

La reforma de las retenciones fue un tire y afloje entre las empresas petroleras y el gobierno. A los pocos días de asumir Alberto Fernández se anuló el decreto que había emitido el macrismo y que imponía topes en pesos para las exportaciones.

Este primer cambio llevó a que las retenciones a las exportaciones del sector petrolero dejaran de ser de 4 pesos por dólar, es decir cerca de un 6,7%, a volver al 12% que regía con anterioridad.

Como parte de la negociación que se dio en los primeros días del nuevo gobierno, y de la que también formó parte el gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, la letra final de la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva marcó que la nueva alícuota tiene un tope del 8% y abarca tanto a la industria hidrocarburífera como a la minera.

En números

6,7% equivalían las retenciones que se aplicaron con el tope de 4 pesos por dólar hasta fines del año pasado.

La tratativa fue interpretada en ese momento como el primer gesto de Nación hacia Vaca Muerta, dado que el proyecto de ley de Emergencia contemplaba no sólo mantener el 12% vigente, sino incluso proponía elevarlos al 15%.

Sin embargo, y como marca el dicho, hecha la ley, hecha la trampa. Es que el texto en cuestión, el artículo 52 de la Ley de Solidaridad Social 27541/19, no fue reglamentado aún y es por esto que no sólo en las aduanas los formularios de exportación siguen marcando la alícuota de las retenciones en el 12%, sino que ese valor también forma parte de las negociaciones por el precio del barril interno.

Entre la baja del precio y las retenciones el crudo nacional se comercializa al mismo precio que en el inicio del DNU 566/19.

Este impacto extendido de las retenciones se debe a que si bien el tributo está destinado a los productos que se exportan, la tasa es desde hace tiempo utilizada por las refinerías a la hora de negociar la compra del crudo.

Es decir, si una productora no acepta el precio de una refinería puede optar por exportar su crudo, en cuyo caso deberá pagar las retenciones. Ese mismo porcentaje es entonces descontado del precio que se abona dentro del país, y amplía el margen de rentabilidad de las refinerías.

El dato

8% marca el artículo 52 de la Le de Solidaridad Social que el Congreso aprobó a fines del año pasado.

Desde las empresas productoras consultadas por Energía On se reveló que la brecha entre el 8 y el 12% de retenciones a las exportaciones es utilizada como un fuelle en las negociaciones de precios.

El titular de una firma contó que “en la práctica cuando el precio internacional subió y podríamos haber mejorado el valor de nuestros barriles, las refinerías nos subieron el porcentaje de retenciones y quedamos en el mismo lugar”.

El barril interno

La definición del precio del barril interno del país no es sencilla, depende tanto de los plazos de los contratos y el peso de cada empresa, como así también de la fluctuación de los factores que conforman lo que se conoce como “la fórmula”.

Ese cálculo comienza con un precio promedio del Brent, que generalmente se forma a principios de cada mes con el promedio de la cotización del mes anterior. A ese valor se descuenta lo que se conoce como “diferencia de calidad” entre el Brent y los petróleo argentinos. Este descuento es de unos 4 dólares.

La brecha

10 dólares llega a ser la diferencia entre el precio del barril nacional y la cotización internacional del Brent.

Al valor obtenido en esa cuenta se le descuentan luego los impuestos (Ingresos Brutos) y el equivalente a las retenciones. El cálculo final hace que, por ejemplo,sobre una cotización del Brent de 60 dólares el precio para el barril nacional termine siendo de hasta 10 dólares menos, es decir de entre 50 y 48 dólares según el uso del fuelle de las retenciones.

Precisamente, es por esto que los últimos contratos firmados entre las productoras y las refinadoras en los primeros días de marzo, y con valores de base anteriores a la última caída internacional del crudo, contemplaron precios que van desde los 46 a los 50 dólares por barril.

Es decir, precios muy cercanos a los que en agosto del año pasado instauró el gobierno de Mauricio Macri por medio del DNU 566 que congeló los precios de los combustibles y del crudo y que ralentizó la actividad en Vaca Muerta y derivó en la baja de equipos.

 

Fuente: Rio negro