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El diplomático Rafael Grossi fue elegido para conducir el Organismo Internacional de Energía Atómica. La prioridad de su gestión será velar por el cumplimiento del pacto multilateral con Irán.

La Junta de Gobernadores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) eligió por amplia mayoría al argentino Rafael Grossi como su nuevo director general para el período 2020-2024. El diplomático cuenta con más de 35 años de experiencia profesional en el campo de la no proliferación y el desarme nuclear.

Titular de la Embajada argentina en Viena (Austria), Grossi venía desempeñándose como representante permanente del país ante el OIEA. Anteriormente había sido jefe de Gabinete y director general adjunto de la entidad. Ahora reemplazará como máximo responsable del organismo al japonés Yukiya Amano, fallecido en julio pasado. A través de un comunicado, el Gobierno nacional celebró la decisión como “un reconocimiento a la región de Latinoamérica y el Caribe y a su contribución, como zona libre de armas nucleares, para la paz y seguridad internacionales”. Asimismo, las autoridades destacaron que esta designación consolida a la Argentina “como un actor de relevancia en la temática nuclear a nivel internacional”. Consultado sobre sus principales desafíos al mando del OIEA, Grossi se refirió a la importancia de las negociaciones con Irán. “El acuerdo firmado en 2015 está en entredicho desde la determinación del gobierno de los Estados Unidos de abandonarlo. Irán, por su parte, también tomó medidas unilaterales negando algunos puntos del pacto”, aseguró. Según sus palabras, será clave velar por el cumplimiento de lo acordado. “Tendremos que hacerlo de una manera inteligente, no mecánica, viendo cuáles son los problemas técnicos y políticos a resolver”, indicó.

Grossi // “Nos centraremos en la promoción de la energía nuclear con fines pacíficos, el papel del sector en la lucha contra el cambio climático y la contribución de la medicina y la radioterapia en los países en vía de desarrollo”

Otra cuestión clave, añadió, tendrá que ver con la relación con Corea del Norte. “Ese país es uno de los nuevos actores emergentes con capacidades nucleares, misilísticas y balísticas que no estaban contempladas en la época de la Guerra Fría. Vivimos en un mundo donde los viejos acuerdos y esquemas internacionales de desarme y no proliferación están siendo cuestionados o dejados de lado”, señaló.

En este escenario, expuso, el OIEA se centrará en la promoción de la energía nuclear con fines pacíficos, el papel del sector en la lucha contra el cambio climático y la contribución de la medicina y la radioterapia en los países en vías de desarrollo. “Tenemos, en definitiva, un plan de acción sumamente vasto y desafiante”, completó.

De acuerdo con el Gobierno nacional, la designación de Grossi al frente del OIEA consolida a la Argentina como un actor de relevancia en la temática nuclear a nivel internacional.

Revisión exitosa

Grossi fue fundamental en la recuperación de los restos del malogrado submarino ARA San Juan (S-42). Convencido de la importancia de verificar los registros de la red de hidrófonos de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, se contactó con su referente, Lassina Zerbo, a quien persuadió de emprender dicha revisión. Gracias a eso se detectó “un evento impulsivo submarino” ocurrido cerca de la última posición conocida del ARA San Juan. Éste había sido captado por dos estaciones hidroacústicas (Isla Ascensión HA10 e Islas Crouzet HA4) instaladas en el fondo marino.

Un año después, los restos aparecieron a unos 20 kilómetros del sitio estimado a partir de estos registros.

Fines pacíficos

Dependiente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el OIEA comenzó a funcionar en Viena (Austria) en 1957, con el objetivo de acelerar y aumentar el aporte de la energía nuclear para fines de paz, salud y prosperidad en todo el mundo.

Para garantizar que la asistencia prestada no se utilice con fines militares, la entidad establece estrictas normas de seguridad nuclear y protección ambiental, ayuda a los países miembros mediante actividades de cooperación técnica y alienta el intercambio de información científica y técnica.

Con un total de 171 naciones integrantes hasta la fecha, el OIEA dispone de asesores, equipo y capacitación para suministrar ayuda a los gobiernos en desarrollo, y promueve la transmisión de conocimientos para ejecutar eficazmente y de manera segura programas de energía atómica.

 

Fuente: Revista petroquimica