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La asignación presupuestaria permite cubrir menos de la mitad de la producción contemplada en la Resolución 46. Los incentivos no se abonan desde el cambio de gobierno y el rojo acumula tres meses.

 

Hoy se conmemora un nuevo Día Nacional del Gas, pero la realidad que enfrenta el sector hace que sean pocos los ánimos de festejo entre las empresas productoras. A la mala señal de precios y la demora en la realización de nuevos gasoductos troncales, se suma ahora la imposibilidad de parte del gobierno nacional de abonar todos los incentivos comprometidos en la Resolución 46.

Esta imposibilidad parte del hecho de que el presupuesto vigente para este año es en realidad el prorrogado de 2019. Por el efecto de la disparada del dólar, los 28.900 millones de pesos asignados al plan, pasaron de representar 700 millones de dólares al año, a sólo US$458 millones.

Pero a su vez, hay otro factor que incide en la ecuación: el precio del gas en boca de pozo.

En las últimas licitaciones y subastas realizadas por el gobierno nacional se destacó que los bajos precios alcanzados permiten contener las tarifas, tanto de luz como de gas. Pero a medida que baja el precio en boca de pozo, sube el monto que debe ser cubierto con el incentivo o subsidio y que para este año debe completar un precio total de 6,50 dólares por millón de BTU.

Es así que con un precio del gas promedio de 2,25 dólares en la Cuenca Neuquina, el monto a cubrir por ahora es de 4,25 dólares por millón de BTU y hace que los fondos disponibles apenas alcancen para cubrir 8,2 millones de metros cúbicos de gas por día, menos de la mitad de los 17 millones de metros cúbicos por día que representan los 8 desarrollos contemplados en la Resolución 46.

En números

28.900 millones de pesos es el total de la partida presupuestaria para el plan: representa 458 millones de dólares.

Una capacidad es tan baja que es menor que la producción que sólo Tecpetrol tiene autorizada dentro del plan.

Esta estrechez presupuestaria plantea dos escenarios posibles: uno en el que se paga sólo un porcentaje a cada empresa o una parte del año y se genera un saldo a abonar en algún futuro; o, como está sucediendo, no se paga nada a nadie.

Las empresas consultadas por Energía On revelaron que desde el cambio de gobierno la Resolución 46 dejó de ser abonada y ya son tres meses los que se acumulan a la espera de los pagos: diciembre, enero y febrero.

Una caída en la producción podría alivianar los pagos del programa de estímulos pero a un alto costo para el país. (Foto: Archivo Río Negro)

En ese total de fondos, el 12% no corresponde a las empresas petroleras sino a los gobiernos provinciales, dado que este plan gas contempla que el incentivo es parte del precio y por ello deben abonarse las regalías correspondientes.

Este pasivo alcanza a tres provincias, pues el plan contempló desarrollos tanto en Río Negro como en Tierra del Fuego y Neuquén, siendo esta última provincia la que concentra la mayor parte del programa con los yacimientos de shale gas de Vaca Muerta.

El dato

6,50 dólares por millón de BTU es el valor sostén que este año debe sostener Nación para el gas incluido en el programa.

Los dolores de cabeza para las empresas productoras con la Resolución 46 comenzaron el año pasado. En febrero el gobierno resolvió no sólo limitar la cantidad de gas a contemplar dentro del programa a las primeras declaraciones que había presentado cada empresa, sino que también bajó la persiana y no permitió el ingreso de más desarrollos, dejando doce proyectos fuera a pesar de estar preaprobados.

Esas modificaciones fueron fruto del primer achique de gastos ordenado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para el país y marcó que el total del plan para el año pasado quedara en los 700 millones de dólares que marcaba el presupuesto en lugar de en los 1.100 ó 1.300 millones a los que podría haber llegado de abarcar a todos los proyectos que sumaban unos 50 millones de metros cúbicos de gas por día.

Así como el recorte del año pasado perjudicó en mayor medida a la petrolera del grupo Techint, Tecpetrol, la limitación de fondos de este año podría volver a hacer de Fortín de Piedra el gran desarrollo perdedor.

Es que la Resolución 46 incentiva sólo la producción nueva de gas no convencional, con lo cual, desarrollos como Estación Fernández Oro (EFO) de YPF sólo perciben aportes por la producción incremental. Es decir, que si al momento de comenzar la Resolución 46 el bloque producía 3 millones de metros cúbicos por día y hoy produce 4 millones, sólo se le abona sobre ese millón adicional.

La falla

8,2 millones de metros cúbicos por día podrían subsidiarse sobre un total de 17 millones.

En una situación diferente se encuentra Fortín de Piedra, un bloque que comenzó a desarrollarse con la Resolución 46, aunque ya el año pasado se fijó que sólo se le abonarán incentivos por 8,5 de los 17 millones de metros cúbicos de gas que genera a diario.

Ni un pozo nuevo

Desde las empresas productoras consultadas se reconoció que es muy posible que esta crisis derive en un nuevo bono a cobrar dentro de algunos años, algo que ya se dio con los anteriores planes de incentivo.

Pero también advirtieron que es por esta conjunción de malos precios, falta de pago de una norma firmada por Nación, y la dilación en la licitación de gasoductos para ampliar el mercado, la actividad en la búsqueda de nuevos pozos está totalmente parada.

La falta de nuevas redes es otro de los problemas del sector. (Foto: Archivo Río Negro)

En Neuquén, en donde se concentra más del 50% de la producción de gas del país, no se realizó en lo que va del año ni un sólo pozo y si bien hay empresas que tienen pozos cerrados a la espera de que sea rentable su conexión, hay coincidencias en que con este escenario la producción comenzará a caer en poco tiempo.

Análisis: Del empuje a la producción, a un daño mayor

La Resolución 46, como los planes gas anteriores, buscaron que la producción nacional de gas creciera y permitiera reemplazar las cuantiosas y costosas importaciones.

Este plan, que vence en 2021, permitió dar un salto en la producción. Las importaciones cayeron y tras 11 años, a fines del 2018, Argentina volvió a exportar gas.

Pero la norma viene generando un extenso daño en el segmento del gas. Por un lado, el hecho de que sólo una parte -no más del 12% del gas del país, cuente con ese precio diferencial llevó a una predación en el valor final del gas en el país.

Y ahora, con esta imposibilidad de pagar el total comprometido, el efecto que promete causar si no se toman medidas, es precisamente el opuesto al buscado, al derivar en un desincentivo a la producción de gas.

 

Fuente: Rio negro