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Un informe de la Bolsa entrerriana precisa que un productor deberá trillar 4.000 kilos de soja o maíz para evitar que los números queden “en rojo” en un lote alquilado.

Un productor entrerriano necesitará obtener un promedio de cosecha de 4.050 kilos de soja o 3.940 de maíz de segunda por hectárea sembrada para hacer frente a los costos en la campaña 2019/20, asegura un informe que publicaron este viernes los técnicos de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos y el INTA.

El trabajo tomó un valor de cosecha de U$S 53 para la zona oeste; y de U$S 52 para norte, sur y este. Además consideró un arrendamiento equivalente a ocho quintales de soja por hectárea por año para la zona sur y oeste; y de cinco quintales para la zona norte y este.

En la zona sur, el productor necesitará cosechar 3.790 kilos de soja sin arrendamiento y 4.710 con arrendamiento, para alcanzar un resultado positivo; mientras que en la zona norte deberá obtener 3.390 y 3.980 kilos, respectivamente.

En la zona oeste se deberán cosechar 3.640 y 4.520 kilos de soja por hectárea sin y con arrendamiento; en tanto que en el este de Entre Ríos se tendrán que producir 3.450 y 4.040 kilos, respectivamente.

En el caso del maíz, quien debe arrendar los campos deberá producir un promedio de 4.312 kilos por hectárea; y 3.567 si el terreno es propio. Ambas entidades tomaron como referencia un precio esperado de U$S 141 por tonelada de maíz, y segmentaron a la provincia en cuatro zonas: norte, sur, este y oeste. Para la conversión de la moneda de dólar a peso, se consideró el valor del dólar futuro a mayo de 2020, de acuerdo al mercado rosarino Rofex.

Al momento de realizar el cálculo final, el informe tuvo en cuenta el costo medio de labores e insumos, el margen bruto por unidad de superficie, el rendimiento de indiferencia (costos totales del cultivo por unidad de superficie, incluyendo la comercialización y la cosecha), y el retorno directo por peso gastado.

Los precios de los insumos, como semillas, agroquímicos y fertilizantes, tomados para el cálculo del costo de implantación y protección del cultivo, fueron los vigentes en noviembre pasado.

Además, se tomaron como costos los gastos de implantación y comercialización sin impuestos, y el asesoramiento técnico y gastos de la empresa.

 

Fuente: Clarin