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El dirigente de la CGT salió a responder a los dueños de estaciones de servicio que la semana pasada pidieron ser eximidos de la suba salarial por decreto.

El cotitular de la CGT y jefe del gremio de personal de estaciones de servicios, Carlos Acuña, denunció que los empleadores de su rubro amenazan con no pagar el aumento salarial dispuesto por el Gobierno para ejercer presión en nombre de las compañías petroleras por un aumento del precio de los combustibles.

“Los estacioneros quieren usarnos porque son alcahuetes de las petroleras”, le dijo el gremialista ayer a este diario. La acusación se inscribe en la decisión del Ejecutivo de retrotraer un aumento de la nafta que YPF tenía previsto anunciar días atrás.

“Estoy haciendo una colecta para darles una mano a los pobres empresarios que dicen que no van a pagarnos el aumento”, ironizó Acuña ante la advertencia hecha la semana pasada por los dueños de las estaciones de servicio acerca de que no podrán afrontar el ajuste de $3 mil sobre los salarios de enero y los mil pesos adicionales de febrero decretado por el Gobierno. El dirigente aclaró, no obstante, que no promoverá medidas de fuerza generales en caso de confirmarse el incumplimiento sino que habrá acciones “estación por estación”.

La Confederación de Entidades de Comercio de Hidrocarburos (Cecha) le envió la semana pasada una carta al ministro de Trabajo, Claudio Moroni, para hacerle saber que sus asociados no están en condiciones de pagar la suba decretada y alegó que atraviesan “una situación crítica, sea por la caída de ventas, el incremento sostenido de costos e impuestos, dificultades financieras por las altísimas tasas del mercado, como así también los elevados aranceles en tarjetas de crédito y débito”.

Acuña se quejó de la postura patronal al recordar que “en los cuatro años de (Mauricio) Macri en el poder recibieron aumentos en el valor de las naftas de 350 % y en el mismo período dieron subas salariales (al personal) de 160 por ciento”. Para el dirigente, las excusas patronales encubren la supuesta intención de trasladar el lobby de las firmas productoras de combustibles para la liberación del precio por parte del Gobierno.

El sindicato de estacioneros (Soesgype) acordó el año pasado un ajuste salarial que totalizó 41% en varios tramos, y para los últimos meses del año estaba previsto que hubiese otras dos subas de 7% cada una, de modo tal de empardar los ingresos de la actividad con una inflación acumulada que completó 53,8 % en los doce meses. Según el cosecretario general de la CGT su gremio “aceptó postergar esos dos aumentos de 7% hasta enero y febrero (respectivamente) a pedido de la parte empresarial”. Parte de los argumentos de los estacioneros para no abonar el decreto se basa en la superposición con los otros dos ajustes, surgidos de la cláusula de revisión de la paritaria 2019.

En tanto, Acuña volvió a respaldar la decisión del Gobierno de apuntalar con subas en montos fijos los ingresos de los trabajadores de las categorías más bajas aunque aclaró que esa acción “no debería impedir incrementos mayores para el resto de los sectores”. Aunque reivindicó el diálogo con la administración de Alberto Fernández puso reparos a una eventual extensión a toda la ronda de paritarias del criterio de ponerlas en pausa y reemplazarlas, al menos en los primeros meses del año, por nuevos incrementos de sumas fijas. “Los salarios no son los culpables de la inflación” precisó el dirigente.

Fuente: Ambito