z.system

La cámara que nuclea a las generadoras eléctricas le pidió a Cammesa que le abone una deuda cercana a los u$s 1000 millones por octubre y noviembre. El Tesoro demora en girar los subsidios para la operación

La cadena de pagos del sector eléctrico atraviesa un serio estrés desde 2018 y se acaba de agravar en las últimas semanas, a partir de que la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) empezó a retacearle los pagos a las generadoras, al mismo tiempo en que el Tesoro Nacional demora el giro de los subsidios.

La Asociación de Generadores de Energía Eléctrica de la República Argentina (Ageera) le envió el viernes una carta a Cammesa pidiendo la normalización de los pagos de octubre y noviembre, ante el riesgo de que queden afectados sus flujos de fondos y no poder hacer frente a las obligaciones.

La sociedad mixta que controla el Estado abonó entre diciembre y principios de enero en tres cuotas el 78% de octubre, mientras que el viernes debió haber pagado noviembre. La deuda sumada llega a casi u$s 1000 millones; el sistema eléctrico en su conjunto cuesta casi u$s 8500 millones por año.

Todas las generadoras eléctricas sufren este retraso. AES, Central Puerto, Pampa Energía, Enel, Albanesi, YPF Luz y Genneia, por ser las mayores empresas del sector, son las más afectadas.

El Cronista conversó con los directores comerciales de dos de estas compañías, que ratificaron el reclamo.

“Entendemos que no hay plata y no debemos estar dentro de las prioridades. Los pagos son a 45 días y las distribuidoras pagan lo que pueden en un contexto de congelamiento de tarifas”, ilustró uno de ellos.

El nudo de la cuestión es que como los usuarios residenciales abonan solamente alrededor de la mitad del costo de la generación eléctrica, a Cammesa no le alcanza con lo que cobra de los hogares y depende de los subsidios de Nación.

Tras un sendero de alza de tarifas, los subsidios representaban cerca del 25% del costo, pero tras las sucesivas devaluaciones se volvió para atrás en ese camino.

El estrés financiero se profundizó a partir de octubre, cuando Cammesa tuvo que abonar la generación de agosto, mes en el que tras las elecciones primarias se disparó el dólar y, con la suba del tipo de cambio, también crecieron los subsidios necesarios para afrontar esa cuenta.

El director comercial de una generadora adelantó que se va a resentir la cadena de pagos en un momento crítico, porque el acceso al crédito está cerrado y las empresas no tienen cómo financiarse.

Del otro lado del mostrador, las distribuidoras deben a Cammesa unos $ 29.000 millones (poco menos de u$s 500 millones) y si se extiende el congelamiento tarifario mientras crecen sus costos de operación, deberán recortar inversiones o acumular deuda con Cammesa.

El 30 de diciembre, el Ministerio de Desarrollo Productivo resolvió volver a centralizar la compra de combustibles en Cammesa, lo que implica una nueva erogación.

En la previa al dictado de la Resolución 12/2019, las generadoras podían desde 2018 abastecerse por su cuenta de los combustibles necesarios para su operación (gas natural, gasoil o fuel oil).

Pero en lugar de trasladar a los usuarios la baja de costos que obtuvieron, aprovecharon para hacerse un margen de ganancia. El nuevo Gobierno detectó la estrategia y la cortó en seco.

Fuente: Cronista