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La compañía levanta y proyecta plantas de procesamiento para Loma Campana, Bandurria Sur y La Amarga Chica. Se trata de la segunda ola de obras desde que comenzó su proyecto no convencional y es parte de su plan para dar respuestas a la creciente producción de shale oil entre 2020 y 2024.

YPF, la mayor productora de crudo del país, ya construye y proyecta las instalaciones y la infraestructura de transporte que le permitirá cumplir con esa ambiciosa meta que hoy parece una quimera pero sin embargo es parte de lo posible: tener la infraestructura para procesar y llevar a destino casi medio millón de barriles de shale oil de Vaca Muerta a las refinerías o a puertos.

La empresa, que protagonizó la primera ola del midstream y de las plantas de procesamiento de crudo (PTC), encara por estos días ese plan que le permitirá no pasar sobresaltos en el futuro y acompañar con estas instalaciones los nuevos desarrollos masivos, de los cuales ya proyectó unos 500 pozos horizontales.

Se trata de perforaciones que ya tienen los permisos pertinentes del gobierno neuquino, y serán parte de la operación de la compañía nacionalizada en los dos próximos años.

Mirando hacia el 2024, YPF piensa ampliar seis veces la capacidad de procesamiento actual del crudo de Vaca Muerta. Hoy la compañía tiene una capacidad de procesamiento de 12.000 metros cúbicos diarios (m3/d), el equivalente a 75.480 barriles por día.

Las nuevas obras están pensadas para el núcleo central de su operación en el shale argentino: esa zona caliente del crudo, conformada por Loma Campana, Bandurria sur y La Amarga Chica, una tríada de áreas llamadas a protagonizar buena parte del crecimiento petrolero del país.

Las obras incluyen, por un lado, la ampliación de la PTC de Loma Campana. El objetivo es llevarla de sus actuales 12.0000 m3/d a 18.000 m3/d. Esa ampliación, en un yacimiento en la que YPF terminará produciendo 50.000 barriles de crudo equivalente en 2019 (la segunda área del país), es una obra en curso.

En paralelo, la compañía prevé una nueva planta de procesamiento para La Amarga chica, donde tiene un plan de 155 pozos que proyecta para 31 locaciones, tal como lo anticipó +e. Allí YPF levanta una PTC de 8000 m3/d, que en un proceso de crecimiento paulatino atado a su producción llegará a los 12.000 m3/d en ese punto de la Cuenca Neuquina.

Son obras centrales para dejar el crudo en las condiciones en las que luego puede ser tratado en refinerías o bien comercializado en otros mercados del mundo.

A esta instancia clave también se suman las obras de infraestructura de transporte: YPF hoy está en condiciones de enviar unos 21.000 m3/d (132.000 barriles) por el oleoducto Loma Campana-Lago Pellegrini y otros 12.000 m3/d (75480 barriles) por el Oleoducto Centenario.

Allí la compañía proyecta un loop que, es evidente, será un nuevo hito en el midstream del shale, ya que implica un tendido que permitirá llevar 58.000 m3/d (364.820 barriles) adicionales a Loma Campana-Lago Pellegrini, para totalizar 70000 m3/d hacia 2024, es decir unos 440.300 mil barriles diarios solo en Vaca Muerta.

El clúster norte de la empresa conformado básicamente por Bajo del Toro y Narambuena, hoy en etapa piloto, producirá cuotas crecientes de shale oil en el 2020.

YPF espera que sus necesidades de procesamiento en este punto de Vaca Muerta lleguen a los 24.000 m3/d (150.900 barriles). En una primera etapa, ese crudo será procesado con instalaciones que hoy existen en Puesto Hernández. Pero la compañía cree que deberá hacer una PTC adicional para su producción en ese punto de Vaca Muerta y otra para Bajo del Toro.

A la hora de pensar en la ampliación de los horizontes comerciales, la compañía también incluye en su proyección de obras de mantenimiento entre Puesto Hernández y el Trasandino, el oleoducto a Chile, para poder evacuar por esa vía unos 107000 barriles diarios de crudo.

El reino de lo posible

Cuando se ve los proyectos y las obras en marcha, se entiende aún más en profundidad el sustento bajo el cual la empresa hizo conocer que el país podía salir a nuevos mercados con medio millón de barriles diarios de crudo en cinco años, sumando la producción de todas las petroleras con áreas en Vaca Muerta.

Si ocurriera Argentina multiplicaría por dos su producción actual y en Neuquén la producción actual se multiplicaría cuatro veces.

Para ese objetivo se necesitaría una inversión promedio de unos 6000 millones de dólares anuales, creen en la compañía, un escenario sostenible en un contexto de precios del crudo en torno a los 60 dólares, que no parecería tan alejado de lo que sería un precio promedio en ese lapso.

No es un contexto improbable: de hecho para este año el monto previsto era de 5343 millones de dólares solo en Vaca Muerta, algo que acaso haya quedado en duda luego del freno al precio interno, del que ahora el gobierno nacional busca poder salir.

Fuente: Mas e