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En España no hay instalado ni un solo megavatio comercial de eólica marina a lo largo y ancho de nuestra costa, pero el sector empresarial es uno de los más potente del mundo, incluye toda la cadena de valor, son líderes en exportación de componentes (estructuras de anclaje fijas, las plataformas flotantes o los sistemas de amarre, etc.), y sus esfuerzos en investigación en eólica offshore flotante le han convertido en el líder mundial con siete propuestas de las 27 existentes que hay en el mundo. Por detrás de España, y de lejos, once países participan de esta carrera.

Sin embargo, el sector se queja que pese a la gran calidad tecnológica y su gran potencialidad, no ve que el actual Gobierno tenga como prioridad impulsarlo. De hecho, ni siquiera se le contempla en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC).

«Es difícil que las diferentes tecnologías avancen sin financiación y sin regulación» explicaba Alberto Ceña, asesor técnico de AEE y miembro de REOLTEC, la recién constituida asociación eólica tecnológica, durante la Jornada ‘Eólica marina, punta de lanza del desarrollo tecnológico’ organizada por AEE. «Disponemos de siete tecnologías pero tenemos que ser ambiciosos y prácticos, hay que avanzar, el reto es bajar los costes, no nos podemos conformar con reducir sus costes en un 40%, y para ello hay que involucrar a toda la cadena de valor».

«Es una oportunidad para el sector eólico español, pero hay un cierto pesimismo en el aire porque los portugueses, ingleses y franceses nos están adelantando pese a que tenemos mucha más tecnología y un potente sector empresarial», continuaba Ceña.

Por eso, la Asociación Empresarial Eólica (AEE) y REOLTEC tienen claro el objetivo al que hay que aspirar para no perder el tren de la offshore flotante. Para ellos, el Gobierno debería fijar un objetivo de potencia eólica marina de entre 3 y 5 GW para 2030 en el PNIEC. «No es algo desorbitado, sino que estamos siendo bastante moderados», ha dicho a este diario Tomás Romagosa, director técnico de AEE y representante de REOLTEC, «y si nos acompaña la regulación, favorecería que hubiera la financiación necesaria para esta tecnología».

«Entre los años 2007 y 2009 se llegaron a presentar 28 solicitudes de reservas de zonas para instalar parques eólicos marinos que sumaban entre todos 9,5 GW», ha puntualizado, «y esos proyectos siguen en un cajón en el Ministerio porque no ha habido voluntad de darles viabilidad».

Por ello, es necesario diseñar un marco retributivo ad-hoc para la implantación de parques offshore flotantes.

También piden «un marco retributivo específico al igual que han tenido el resto de las tecnologías», y aunque se convoquen nuevas subastas de neutralidad tecnológica, «para la marina se necesita una específica porque no es una tecnología madura, incluso pediríamos que se convocaran subastas por cada área marina que hay en el territorio español», ha dicho Romagosa.

El LCOE de las tecnologías actuales, precomerciales, se sitúa en los 180-200 euros/MWh pero se espera que para 2026 baje hasta los 80-100 euros/MWh. Por eso, otra de las medidas que propone el sector es utilizar las Islas Canarias como tractor para el despliegue de la eólica marina, basándose en el alto precio de la electricidad allí, que se traduce en los costes extrapeninsulares para el sistema eléctrico y para los Presupuestos Generales del Estado.

«Esto supondría que la eólica marina permitiría rebajar el coste eléctrico de las islas», señalaba José Serna, CTO de Esteyco, una de las empresas desarrolladoras, «un proyecto comercial de I+D de flotante en los próximos años podría bajar hasta los 120-125 euros/MWh y no podría competir en un mercado eléctrico en el que el precio está entorno a los 50 euros/MWh. Pero en Canarias sí, al situarse su precio entre los 150-200 euros/MWh».

«Canarias es una oportunidad por el viento, por los altos costes energéticos, porque el uso de la tierra es muy valorado (no les gusta que se les ocupe la tierra de manera intensiva) y es una solución de arrancar de cero desde el punto de vista tecnológico», ha añadido Alberto Ceña.

«Nuestro objetivo es que la fotovoltaica solo se desarrolle en entornos urbanos», advertía por su parte Miguel Ángel Pérez, viceconsejero de Lucha contra el Cambio Climático del Gobierno de Canarias, «queremos que la eólica offshore y flotante sea nuestra energía, pero siempre vinculada a un sistema de almacenamiento».

Las opciones en marina flotante

España solo puede optar a instalar eólica flotante frente a sus costas. Hay ya varias alternativas y todas ellas están en fase experimental.

W2Power de la malagueña Enerocean. Se trata de una plataforma única en el mundo, semisumergible ligera y con dos turbinas en torres inclinadas de 12 MW. El prototipo ya se ha puesto en marcha en el astillero Astican de Gran Canaria y es un modelo realizado a una escala 1 a 6 pero se espera que en pocos años pueda ya ser comercial.

La tecnología del consorcio vasco Nautilus Floating Solutions se basa en cuatro columnas semisumergibles de acero con una subestructura flotante y también ha elegido Canarias como destino de su primer prototipo. Se trata una plataforma flotante para albergar un aerogenerador que podrá ser de 8MW de potencia o superior, 100 metros de altura y más de 160 metros de diámetro de rotor para su instalación y operación en alta mar.

La tecnología Telwind de la madrileña Esteyco. Combina una cimentación temporalmente flotante y una torre telescópica conocida como Spar. Se trata de una nueva tecnología offshore flotante de bajo coste, optimizada para aguas profundas (100-600 m) y para soportar aerogeneradores de hasta 10 MW.

PivotBuoy de la catalana X1Wind propone un sistema de amarre por punto único (SPM, Single Point Mooring) para reducir al máximo los costes y también su impacto ambiental. Es una estructura ligera, fácil de instalar, segura, escalarle y con baja huella de carbono. Su demo también se ubicará en las costas canarias.

Las otras tecnologías pertenecen a Cobra, con un sistema semisumergible de hormigón, a Saitec Offshore Technologies, con un sistema ‘barge’ de hormigón prefabricado, y a Iberdrola que con tecnología TLP (Tension Leg Platforms), ha desarrollado un concepto diseñado específicamente para soportar turbinas eólicas marinas en condiciones muy agresivas en profundidades de agua medias/grandes. El concepto de Iberdrola consiste en una columna cilíndrica central y cuatro pontones distribuidos simétricamente en su parte inferior.

Con el desarrollo de las soluciones flotantes se evidencia la necesidad de explotar el gran potencial de la producción eólica que existe en España en aguas profundas. Además de ser un referente en eólica terrestre, España cuenta con una industria naval y de ingeniería civil muy potentes, con las que apuntalar el desarrollo de esta tecnología. La búsqueda de sinergias industriales y tecnológicas (industria de astilleros, siderúrgica o manufacturera) es una de las claves para hacer posible un sector potente, consolidado y con peso específico en el mercado, con mentalidad tractora, con esfuerzos diversificados y con empresas de diversa naturaleza, que permitan disponer de presencia en toda una cadena de valor, en nuestro caso de la energía eólica offshore. “La presencia de la industria española en la eólica offshore es indiscutible habiéndose posicionado ya como uno de los principales hubs de conocimiento y producción en el mercado internacional”, ha concluido el director general de la AEE y presidente de REOLTEC, Juan Virgilio Márquez.

 

Fuente: El periodico de la energia