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Los gremios reclaman un reajuste que compense la inflación creciente, pero las empresas responden que por el congelamiento del precio del crudo no están en condiciones de abrir la discusión paritaria. Este miércoles tendrán una nueva reunión para seguir conversando.

Representantes de empresas productoras y de servicios petroleros se reunieron ayer en el Ministerio de Trabajo con referentes de los sindicatos del sector para discutir la readecuación salarial luego de la disparada que registró la inflación. El acuerdo paritario firmado en mayo estableció un aumento de 28% en tres pagos: 10% a partir de junio, 9% a partir de noviembre y otro 9% a partir de febrero. Los sindicatos toman en cuenta la inflación registrada desde abril y piden una recomposición de 17% adicional a ese 10% inicial para mantener su poder de compra. Sin embargo, desde las empresas responden que luego del congelamiento que se le aplicó al precio del crudo no están en condiciones de abrir la discusión paritaria. Este miércoles tendrán una nueva reunión para seguir conversando.

En el sector petrolero el acuerdo paritario abarca el período que va del 1 de abril al 31 de marzo del año siguiente. El año pasado, empresas y sindicatos acordaron una recomposición de 40%, pero, como la inflación superó esa cifra, el 3 de mayo de este año se les otorgó un 14,7% de aumento destinado a igualar la inflación de 54,7% registrada en el período.

Ese día también se firmó la paritaria 2019 y se acordaron tres cuotas no acumulativas calculadas sobre los valores vigentes en marzo, incluyendo en esa base el 14,7% de recomposición adicional. Las tres cuotas acordadas fueron de 10% en junio, 9% en noviembre y 9% en febrero. El problema es que los gremios estiman que la inflación acumulada desde el 1 de abril hasta el 31 de octubre estará en torno al 27% y por eso piden un 17% adicional al 10% que ya recibieron.

El artículo 2 del acuerdo paritario firmado en mayo establece que las partes “asumen el compromiso de septiembre y marzo de 2020, a fin de analizar las variaciones económicas que podrán haber afectado el presente acuerdo y proceder al ajuste que se consensue entre las partes, en caso de corresponder”. Esto significa que la recomposición no es automática a partir de una cláusula gatillo sino que depende de la voluntad de negociación de las partes y las empresas ya anticiparon que el contexto actual no les permite hacer frente al pedido que reclaman los gremios.

El más interesado en lograr esa recomposición es Guillermo Pereyra, titular del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa, pero por motivos que exceden la cuestión gremial. Pereyra es candidato a senador por el Movimiento Popular Neuquino (MPN). En las PASO quedó tercero detrás del Frente de Todos y Juntos por el Cambio, pero la debacle del oficialismo le genera expectativas para quedar en segundo lugar en octubre y poder renovar su banca. A raíz de ello, para Pereyra esta negociación forma parte de su campaña electoral.

Sin embargo, el resto de los gremios que se sientan en la mesa no están dispuestos a ser funcionales a los intereses del hombre del MPN. En la actualidad están más preocupados por los 1000 trabajadores suspendidos debido al freno en la actividad que por acelerar una negociación salarial. No obstante, las conversaciones continuarán mañana en el Ministerio de Trabajo.

Fuente: Econojournal