z.system

Nuestro país puede convertirse en uno de los productores de petróleo más importantes del mundo. No se necesita subsidiar nada sino simplemente dar a la industria petrolera libertad, no imponer precios artificiales.

Antiguamente, los países estaban aislados y solo por excepción conocían lo que pasaba fuera de sus fronteras. En 1870 el general Mariano Melgarejo, presidente de Bolivia, creyó que debía participar de la guerra franco-prusiana enviando tres mil soldados para defender París.

Nunca había conocido la ciudad ni la ubicaba en el mapa, pero admiraba su sofisticación y elegancia. Ordenó a sus tropas que cruzaran la Amazonia para embarcar rumbo a Europa. Cuando un general le dijo que el Atlántico era enorme y que cruzarlo llevaría mucho tiempo, respondió: “No sea tonto. Tomaremos un atajo”.

La guerra terminó antes de que algún soldado pudiera salir del país y nadie supo de la gesta del general. Durante la Revolución Mexicana murieron entre uno y tres millones de personas.

Vino a continuación la Guerra Cristera, que provocó 250 mil víctimas más en tres años del gobierno de Alvaro Obregón, único presidente que pretendió reelegirse en el siglo XX. En 1928 Obregón se reunió con sus correligionarios en el restaurante La Bombilla, cuando José de León Toral, hijo de un cristero muerto en la Guerra, le descerrajó cinco tiros. La autopsia encontró que había recibido 19 disparos de seis calibres distintos, aunque no se movió de un local cerrado en el que estaban solo sus compañeros de partido. Magnicidio curioso.

En ese entonces era relativamente frecuente que mandatarios y personajes importantes fueran asesinados, se suicidaran o participaran en duelos a muerte. Todas esas noticias no impactaban mas allá de sus fronteras. Un mundo integrado. Con el siglo XX aparecieron los grandes periódicos, fundados por familias que hicieron del periodismo un apostolado, y nació la radio, que les dio más fuerza leyendo sus contenidos. Con las comunicaciones nació la democracia moderna: la mayoría eligió a sus mandatarios donde hubo libertad de prensa y se desarrollaron medios de comunicación independientes. A partir de la Revolución Soviética de 1917 la política se globalizó, los más informados del mundo tuvieron que definirse entre comunismo y democracia y el dilema impactó en la economía y la política. Cuba se convirtió en potencia militar, intervino militarmente en Africa y entrenó guerrilleros que combatieron en toda América Latina. El maoísmo en China planteó un marxismo basado en el campesinado que condujo a la igualdad en la pobreza y fue base de la revolución de Pol Pot.

En Africa y Asia, la doctrina Brezhnev consagró el matrimonio del socialismo con el islam y el tribalismo, fortaleciendo las experiencias de Libia, de Etiopía, el Congo o el Baath, en Siria e Irak. Las potencias revolucionarias financiaban la lucha y normalmente sus militantes no hacían negocios, creían en la revolución. Hoy donde hay desarrollo tecnológico ya no son posibles las dictaduras militares ni las masacres del siglo de las ideologías.

En la segunda mitad del siglo XX llegaron con la televisión otras revoluciones que cambiaron a Occidente. El incremento de la riqueza de los países capitalistas, el desarrollo de la ciencia y las comunicaciones cambiaron al mundo. En 1980, el socialismo real se derrumbó y el capitalismo se implantó en todos los países, incluidos los comunistas. Siguió rechazado solamente por restos marginales de la Guerra Fría y por la derecha feudal.

Felizmente, donde hay desarrollo tecnológico ya no son posibles las dictaduras militares ni las masacres del siglo de las ideologías. Un mundo globalizado. En nuestros días se producen cada mes más descubrimientos científicos, avances tecnológicos y creaciones artísticas que las que aparecieron en los mil años anteriores a 1950. Esto ocurre en todas las áreas del conocimiento y de la cultura.

Pasamos del disco de pizarra al iPod, de la máquina de escribir a la computadora, de la cacería a la ecología, de los campos cubanos de concentración para homosexuales a la Marcha del Orgullo Gay en Nueva York, de la aceptación de la violencia de género al rechazo.

Vamos a un mundo mejor. A pesar del fanatismo verbal propio de la red, cada día hay en los países laicos menos jóvenes dispuestos a dar la vida por una idea y más entusiasmo por la paz, la inclusión y el placer. No ocurre lo mismo en los países islámicos clericales. Los jóvenes admiran masivamente a artistas, cantantes, youtubers y no a líderes que quieren hacer la guerra y provocar la muerte.

Un gran acuerdo nacional, por Jaime Duran Barba La prosperidad llega con trabajo, inteligencia y perseverancia, como los que emplearon los países ricos de Europa y Norteamérica para progresar. Ninguno se desarrolló incrementando la pobreza, subsidiándola, manteniendo a la población en la ignorancia, tratando de que la gente vuelva de la ciudad al campo.

El capitalismo responsable está logrando que China e India, los países con más pobres del mundo, eliminen la pobreza en los próximos años. No lo hacen cerrándose a la tecnología sino usándola. La robótica, la computación, la impresión 3D son entendidas como herramientas que sirven para conseguir riqueza. Son procesos que han requerido tiempo pero están dando un gran resultado. En el mundo globalizado los países invierten, venden, compran, tienen intereses económicos concretos y quieren normas claras que los protejan.

Cuando alguno toma medidas para cerrar la economía, los inversionistas se van a otro lugar: pueden hacerlo en un mundo globalizado en el que abundan las oportunidades. Ya no es posible desacatar el fallo de un juez cantando “Viva la Revolución” y lograr alguna respetabilidad.

Ese mundo se acabó. La guitarra solo tiene el apoyo de países marginales que están quebrados y no pueden invertir más allá de sus fronteras. La economía globalizada. Yemen es un país muy pobre. Durante la Primavera Arabe, Ali Abdullah Saleh entregó el poder a su vicepresidente, Abdrabbuh Mansour Hadi, quien enfrentó a los hutíes, que en su mayoría pertenecen a la minoría chiita zaidí que no venera al quinto Imán de la Meca, pero en lo demás coincide con el chiismo duodecimano.

De hecho, muchos de sus combatientes han sido entrenados por Hezbollah y reciben armas y asistencia de los Guardianes de la Revolución de Irán. Estos chiitas tienen mucha importancia para el ayatolá Jamenei por las profecías del jeque Mufeed, uno de los teólogos más importantes del chiismo, que anunció que cuando llegue el fin de los tiempos, los justos asentados en Yemen serán los que liberen las tierras santas en manos de los herejes (sunitas).

La actual guerra fue predicha hace más de mil años y es central para la interpretación teológica del ayatolá. En 2015, Arabia Saudita, ocho países sunitas, Estados Unidos, el Reino Unido y Francia atacaron a los hutíes respaldando a Riyad, lo que confirmó al ayatolá que era la guerra final que enfrentaría a los santos con la alianza de herejes y cristianos.

Hace dos semanas los hutíes lanzaron un ataque con drones en contra de la industria petrolera saudita y golpearon al mundo, a la Argentina y a Vaca Muerta en pocas horas. El precio del petróleo se disparó, Argentina lo controló por razones políticas. Vaca Muerta es uno de los depósitos más grandes del mundo de shale, un petróleo no convencional que se obtiene a partir de esquistos bituminosos que convierten la materia orgánica depositada en rocas y arenas en petróleo sintético y gas. Gracias al shale Estados Unidos duplicó su producción, pasando en diez años de importador a ser el mayor exportador del mundo.

Esto no se logró porque haya habido una gran cantidad de piquetes y cortes de ruta en la Cuenca Pérmica, la región situada entre Texas y Nuevo México que produce más petróleo que Venezuela e Irán juntos, sino porque se permitió que se desarrollara la industria petrolera.

Venezuela. Nuestro país puede convertirse en uno de los productores de petróleo más importantes del mundo. No se necesita subsidiar nada sino simplemente dar a la industria petrolera libertad, no imponer precios artificiales. Venezuela era uno de los productores de petróleo más importantes de América, decidió que la nafta fuera para el pueblo, y su precio del litro es inferior a un centavo de dólar.

La actual producción cayó al nivel de 1948, el salario mensual no llega a los dos dólares norteamericanos, y cuatro millones de ciudadanos han tenido que escapar del país por el hambre. No sé si ya habrán declarado la emergencia alimentaria.

¿Qué pasaría si un país con tanta riqueza simplemente permitiera que haya más desarrollo y menos corporativismo?

*Profesor de la GWU. Miembro del Club Político Argentino. (Fuente www.perfil.com).

Fuente: Perfil