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ean Rooney llega puntual a la entrevista con LA NACION en la Exposición Internacional del Petróleo y del Gas que se lleva a cabo en La Rural. Dice que eso se debe a que se toma el subte para moverse y agradece que le haya tocado un vagón con aire, ya que lo sorprendió el calor que hizo hoy y que sufrió caminando al predio.

Ronney está hace un año a cargo de la filial argentina de Shell, la empresa angloholandesa que le vendió las estaciones de servicio que llevan su marca a la petrolera Raízen -de la cual Shell tiene una participación de las acciones-, y que ahora solo opera en el upstream con la producción de petróleo.

Hace casi cinco meses la compañía anunció el pase de exploración a desarrollo de tres bloques en Vaca Muerta: Sierras Blancas, Cruz de Lorena y Coirón Amargo Sur Oeste, con una inversión estimada en US$3000 millones.

-¿Cómo impacta la medida del congelamiento de precios de combustibles a las inversiones realizadas hace poco?

-Tomamos la decisión de ir al desarrollo masivo de petróleo en tres bloques que tenemos en la cuenca neuquina. Tenemos perforando dos equipos, estamos construyendo la planta de procesamiento de 30.000 barriles por día y empezando las obras para construir un oleoducto. Este desarrollo sigue en camino. No estamos por el momento haciendo cambios. Claro que el congelamiento de los precios es un golpe y las inversiones ahora en Vaca Muerta no son tan competitivas en comparación a inversiones en Permian [Estados Unidos] y en otros lugares, pero igual es una medida transitoria y, como somos inversores de largo plazo, no estamos haciendo cambios en los planes. Seguimos haciendo los trabajos hasta fin de año y a partir del próximo vamos a mirar cómo se estarán desarrollando los precios después del congelamiento y de la política del nuevo gobierno para ver si es necesario ajustar los planes.

-¿Por ahora siguen los planes que se plantearon hace unos meses?

-Sí, nuestro objetivo es llevar la producción a 42.000 barriles diarios para 2021 y a 75.000 a mediados de la década que viene. Pero para esta segunda etapa hará falta otra toma de decisiones.

-¿De que dependerá?

-Dependerá del contexto económico y político.

-¿Proyectan exportar petróleo?

-Por hora nadie está exportando, pero la producción de petróleo está llegando a ese punto. Si las condiciones económicas vuelven [a ser competitivas] el año próximo para que las perforaciones sigan haciéndose, imagino que veremos un ritmo de exportaciones regular a partir del año próximo.

-Dado este contexto actual, ¿cómo se imagina la actividad en Vaca Muerta el año que viene?

-Leí comentarios de Daniel González [CEO de YPF] que dice que el año próximo la actividad será un poco menor. Pienso lo mismo, porque los cambios realizados por las operadas a raíz del congelamiento de precios son difíciles de revertir en el corto plazo. Sabemos que, cuando paramos, lleva un tiempo volver a reactivar la actividad.

-¿Tienen proyectado hacer inversiones en gas?

-La riqueza de Vaca Muerta es enorme. En petróleo es igual o mejor que Permian, pero es de nivel mundial en gas. Para producir este gas necesitamos canales de exportación, empezando con llenar los gasoductos, vendiéndole a Chile y a Uruguay ,y electricidad a Brasil, y con tiempo, muy probablemente, también gas natural licuado (GNL). Para esto necesitamos inversiones fuertes en el upstream, con perforaciones de pozos y con la construcción de la planta [de licuefacción], pero es algo que lleva un tiempo para hacer.

-¿Van a participar en la construcción de la planta?

-Shell es líder entre las compañías privadas y líder en la producción de gas, es una expertise que tenemos. Estamos estudiando las posibilidades, porque hay gas de sobra en la Argentina, pero por ahora es más una idea que un proyecto.

-En marzo de 2005, el entonces presidente Néstor Kirchner llamó a un boicot contra Shell diciendo que no había que comprarles “ni una sola lata de aceite”. La relación entre el kirchnerismo y la empresa no fue la mejor en esos años. ¿Cómo impacta en la empresa que el próximo presidente pueda ser Alberto Fernández, que era el entonces jefe de Gabinete, y que la vicepresidenta pueda ser Cristina Kirchner?

-Todavía no he tenido el privilegio de conocer al candidato, pero Shell como compañía está aquí para invertir, para trabajar en el beneficio del país. Las inversiones que estamos haciendo generan empleo y ayudan a las comunidades en su desarrollo. Queremos tener buena relación con el gobierno nuevo.

-En el pasado también hubo intentos de comprar las estaciones de servicio de Shell. ¿Hay algún temor de que haya alguna política de estatización de los yacimientos?

-Los comentarios que leí de ambos candidatos es de apoyo a Vaca Muerta y de apoyo a los inversores de capital extranjero. Por ahora no veo un riesgo de que vayan a cambiar esta política. Vaca Muerta necesita inversiones muy fuertes, que son difíciles de conseguir solamente dentro del país.

-¿Alcanza para atraer inversiones con tener una buena geología?

-Es el primer paso. Hay que tener buena geología para empezar y después hay que tener infraestructura, capacidad humana para desarrollarla y las condiciones económicas para hacerla rentable.

-¿Cómo será el día después al descongelamiento de precios?

-El congelamiento de precios es una medida transitoria. Lo importante es la manera de salir de esta medida. Como está fijo el tipo de cambio y el precio del barril, cuando hay cambios a nivel externo o en el mercado hacen que sea más difícil salir, porque la brecha se hace más grande. Estoy convencido de que la salida debe ser gradual, algo que las compañías están trabajando en conjunto con el Gobierno para trasladar ese abrupto salto del tipo de cambio a los consumidores tomándose un tiempo.

-¿De cuánto es la brecha?

-Estamos recibiendo la producción de crudo a un precio de Brent menos 20 dólares [serían US$43 dólares aproximadamente] en comparación con una producción de Permian, que reciben el precio a Brent menos cinco dólares. Hay una diferencia de más de 10 dólares en competitividad en comparación con Permian.

Por: Sofía Diamante
Fuente: La nacion