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Con incertidumbre por el congelamiento, la acción de YPF cotiza a niveles de 2002. Ni siquiera cuando fue estatizada había caído por debajo de los u$s 9 en Nueva York.

Es el ZIP Code”. El 26 de octubre de 2018, los directivos de la petrolera estatal YPF celebraron el 25° aniversario de cotización en la New York Stock Exchange (NYSE), la Bolsa de Valores de Nueva York, Estados Unidos, con el tradicional toque de campana al finalizar la rueda bursátil.

En las oficinas de la calle Wall Street, en el distrito financiero de Manhattan, ejecutivos de bancos y analistas les preguntaban al presidente de YPF, Miguel Gutiérrez, y al CEO, Daniel González, más sobre las permanentes idas y venidas regulatorias de la Argentina que sobre lo estrictamente inherente al negocio petrolero.

Los directivos de la empresa, en confianza, argumentaban en esos días que los activos de YPF podrían valer mucho más, pero el ZIP Code (código postal), el ser una empresa argentina, tiraba abajo la cotización.

Algo de eso se verificó en los últimos 15 días. Después de las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), la acción de YPF se derrumbó y amenaza con tocar un nuevo mínimo histórico, inferior al alcanzado en 2002.

Entre el 9 de agosto -el día en que hubo euforia en los mercados por la difusión de encuestas que auguraban paridad entre Alberto Fernández y Mauricio Macri- y ayer, YPF cayó un 43,53% y su acción en Nueva York cotiza a u$s 8,92. La valuación de la petrolera quedó en u$s 3508 millones, según Bloomberg.

La acción de YPF solo estuvo por debajo el 14 de junio de 2002, en plena crisis económica y social de la Argentina pos-convertibilidad y en escenario de default. Aquel día tocó los u$s 8,68 y empezó a repuntar hasta un máximo de u$s 68,70 tres años después, el 26 de septiembre de 2005.

Dentro de la empresa ven dos razones para este derrumbe: la situación económica en general, que hizo que las principales calificadoras de riesgo le bajen la nota de la deuda a todas las empresas energéticas, y el congelamiento de precios del petróleo crudo y sus derivados, entre ellos las naftas y el gasoil, a través del Decreto 566/2019.

Pese a que la medida sea por 90 días, analistas recuerdan que “habitualmente en Argentina las emergencias se han prorrogado”.

La semana pasada, Fitch Ratings rebajó la nota crediticia de YPF de “B” a “CCC”, al igual que lo hizo con la deuda soberana del país; en tanto, Standard and Poor’s (S&P) calificó con “B-” a la petrolera, que estaba anteriormente en “B”.

Desde FIX Argentina, filial de Fitch Ratings, indicaron: “El rationale de las cotizaciones no tiene que ver con fundamentals de la compañía, sino con la percepción del mercado sobre el riesgo sistémico argentino”.

Por su lado, Diego Ocampo, líder sectorial de S&P Argentina, sostuvo: “Los fundamentos del negocio tuvieron un debilitamiento derivado del contexto político económico. La decisión temporal que limita el precio de los combustibles mientras la moneda se deprecia tiene un impacto en la generación de fondos de la compañía. La señal no es buena, luego de un período extenso de libre determinación de precios”.

Ocampo agregó: “YPF se encuentra en una fase de inversión sostenida para desarrollar sus reservas de shale oil en Vaca Muerta y compensar la caída de su producción de petróleo convencional. Actualmente una gran proporción de su inversión anual es financiada con generación de caja interna. Por lo que un deterioro de su generación de fondos no solo limita su capacidad de mantener sus niveles de producción a futuro (e inclusive generar saldos exportables) sino también resta capacidad de pago de deudas”.

“Rebajamos la mayoría de las calificaciones de compañías que operan en el país porque en un escenario de hipotético default del país, la capacidad de repago de deudas de las compañías se ve muy disminuida”, explicaron en S&P Argentina.

“En nuestra opinión, las compañías con generación de fondos en pesos y deudas en moneda extranjera se ven más expuestas en un escenario devaluatorio y las que están sujetas a regulación también”, ampliaron.

Pese al derrumbe por el pánico que rige en cuanto a los activos argentinos, los analistas no visualizan por el momento que pueda haber algún comprador a la espera de oportunidades como esta.

“El capital que cotiza públicamente está sujeto a las condiciones de mercado. Aunque el control seguirá en manos del Estado argentino”, aseguró Ocampo.

 

Fuente: Cronista