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Rubén Faisca se crió corriendo por los campos de Cañadón Perdido, cuando Comodoro Rivadavia todavía comenzaba a tomar forma y fuerza como ciudad petrolera. Años después denuncia derrames y destrucción ambiental por parte de YPF en la zona. Por su parte, desde la empresa denunciaron el “ilegal accionar de quien ocupa parcialmente los lotes propiedad de YPF” y aclararon que se realizaron las tareas de saneamiento y remediación de los incidentes .

En 1920 la primera generación de los Faisca llegó a Cañadón Perdido, que en ese entonces todavía no tenía ese nombre ya que la localidad se fundó en 1928, en donde empezaron a trabajar en el campo.

Años después llegó a la zona la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), convirtiendo la zona en sinónimo de yacimiento petrolero, y el gigante estatal comenzó a convivir con los campesinos.

Hoy en día Rubén Faisca y sus hijos continúan frecuentando el campo que sus antepasados supieron convertir en un lugar de trabajo, pero el panorama es totalmente distinto detalla Rubén a El Patagónico: “desde hace un tiempo recorro el campo y veo como están destruyendo todo, hay derrames por todos lados, removieron tierra y taparon molles y aguadas sin contar con permisos”.

Según detalla Faisca, “están hechas todas las denuncias en Ambiente de la Municipalidad que siempre nos reciben y le llaman la atención a la operadora, entonces tapan los que son denunciados. Desde Provincia nunca tuve respuesta y la empresa no nos dirige la palabra”.

Rubén agrega que en 2008 inició un juicio de usurpación a la empresa por realizar trabajo adentro del ejido del campo que pertenece a su familia y en 2016 la justicia se expidió a su favor “desde ese momento intento que me den una respuesta y no recibo nada, recorro todos los días y siempre hay un nuevo derrame de petróleo, ayer empezaron a sanear un par porque el municipio los intimó pero están destruyendo todo”.

Faisca recuerda que en su niñez jugaba en el campo: “había unos árboles que habían plantado cuando apenas llegaron en 1920, me acuerdo que jugaba en esos árboles. Ya no hay nada, no podemos tener animales por estar cerca de Comodoro pero igual no podríamos tener nada ya, está todo destruido, tenemos unos caballos nada más”. Rubén pide que se hagan los controles necesarios y “dejen de destruir todo, queremos alguna respuesta de la empresa, que dejen de contaminar todo”.

Uno de los hijos de Rubén decidió realizar una publicación para que la población comodorense tome consciencia sobre esta situación que viven en Cañadón Perdido:

En el año 1920, mi bisabuelo piso estas tierras y decidió que sería su hogar. Así, las generaciones de mi familia junto a familias amigas -como solía hacerse en aquellas épocas- trabajaron para que las generaciones futuras obtuvieran no sólo el fruto de su esfuerzo, sino también el amor por el campo, por la ganadería, por los animales, por la tierra en sí misma y por la empresa familiar.

Así fue como mis antecesores nos hicieron saber y sentir el valor del suelo, la importancia de lo que él nos regala, lo difícil pero gratificante que es trabajar juntos y por algo propio. De esa manera nos criamos e hicimos de “Cañadón Perdido” nuestro lugar en el mundo.

Hace tiempo, cuando los “paisanos” no entendían mucho de “derechos” pero si de palabra, apareció un gigante. Una empresa que todos respetaban porque representaba al Estado, decidió instalarse ahí, al lado nuestro. Demás está decir en esta historia, que no se le ocurriría a mis abuelos pelear contra un Goliat como lo fuera “YPF”, porque si venía del Estado, para los hombres de trabajo, debía estar bien.

Años después, mi padre, con mucho sacrificio, sin entenderlo completamente, pero convencido de que el suelo estaba demostrando su enojo, decidió comenzar a desentrañar el motivo del deterioro de nuestro Preciado cañadon.

Aquí va una muestra de lo que la industria petrolera hizo de nosotros, de cómo se han burlado no solo de nuestro derecho directo sobre la propiedad – por la cual aún estamos reclamando el pago de servidumbres- sino, del derecho de todos ustedes; ciudadanos comodorenses que en virtud de este maltrato consumen aguas, cosechan alimentos y respiran el aire que un magnate y varios de sus directivos, convencidos de que ellos no beben ese agua, no comen esos alimentos y no respiran nuestro mismo aire, han decidido ante el poder del dinero.

YPF INFORMO EN UN COMUNICADO

“YPF aclara que se vio imposibilitada de atender adecuadamente las instalaciones que opera en la zona de Cañadón Perdido en la Provincia de Chubut, como consecuencia del ilegal accionar de quien ocupa parcialmente los lotes propiedad de YPF. Las tareas de saneamiento y remediación de los incidentes ocurridos pudieron ser realizadas recién a partir de que la empresa se presentara en el lugar con un escribano público, teniendo en cuenta que quien ocupa el inmueble no permitió durante días que las cuadrillas de trabajo ejecutaran los trabajos, circunstancia que fue oportunamente denunciada ante las autoridades de aplicación correspondientes.

Esta situación llevó a la compañía a iniciar una acción legal ante el Juzgado Federal para lograr que el ocupante de ese sector desista de impedir que YPF y sus contratistas puedan desarrollar con normalidad sus actividades en el yacimiento Cañadón Perdido de cuya Concesión es titular. La compañía obtuvo una resolución favorable por parte de la Justicia Federal, en virtud de la cual se le prohíbe al ocupante realizar cualquier acción que le impida u obstaculice a YPF o sus contratistas desarrollar su actividad hidrocarburífera en el yacimiento.

Además, YPF inició en forma paralela una acción de reivindicación ante la Justicia Provincial, contra el ocupante discutiéndole la titularidad de la tierra, que el mismo reconoce haberle usurpado a la compañía”.

 

Fuente: elpatagonico