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El Jefe de Estado busca apurar los plazos para la construcción de una obra por u$s2.000 millones en Vaca Muerta, que aumentará la capacidad de transporte de gas

Con la necesidad de fomentar la construcción de un nuevo gasoducto que permita transportar el gas extraído de Vaca Muerta, el Gobierno acaba de tomar la decisión de crear un régimen especial con el objetivo de atraer posibles inversores para esta obra.

Se trata de un proyecto que involucra desembolsos por u$s2.000 millones para crear un nuevo gasoducto y una nueva licencia de transporte, la primera desde 1988, y que ya despertó el interés de varios grupos locales y extranjeros.

De hecho, la petrolera estatal YPF y Transportadora de Gas del Sur (TGS), propiedad de Pampa Energía, vienen mostrando intenciones de participar juntos de la licitación del proyecto, del mismo modo que Transportadora de Gas del Norte (TGN) en sociedad con una empresa mexicana.

Mientras se terminan de elaborar los pliegos de la licitación, el Gobierno acaba de publicar en el Boletín Oficial una medida que crea un régimen especial para la nueva licencia de transporte en el marco de la  implementación de programas destinados a la promoción de inversiones en la producción de hidrocarburos.

Lo hizo mediante el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 465/2019, a través del cual el Presidente Mauricio Macri le permitirá al nuevo operador del gasoducto negociar libremente las tarifas del precio del transporte de gas con las empresas cargadoras.

La decisión de no enviar el proyecto para su tratamiento al Congreso y beneficiarlo con este decreto se basa en que, de seguirse el trámite legislativo ordinario, la convocatoria y adjudicación de la licitación no podrá verificarse dentro del próximo trimestre, con lo que no se conseguiría disponer de la puesta en operación del gasoducto en el invierno del 2021 y su utilidad recién estaría disponible para el invierno de un año después.

Esto produciría un impacto negativo en la balanza comercial energética del orden de los u$s240 millones sobre las necesidades de divisas de la balanza comercial, postergando los demás beneficios señalados, en perjuicio del país.

Por ese motivo, Macri dispuso la redacción del DNU “para proceder inmediatamente a la realización de las obras de infraestructura tendientes a permitir el rápido desarrollo y aprovechamiento de los vastos recursos de gas natural existentes en la formación de Vaca Muerta, a fin de asegurar prioritariamente el abastecimiento de gas natural a largo plazo, objetivo claramente enunciado en el Marco Regulatorio de la actividad de gas natural aprobado por la Ley N° 24.076″.

En su contenido, el DNU autoriza a que la remuneración de los transportistas y los ajustes que correspondan seal libremente negociados con los clientes, sin incurrir en conductas discriminatorias.

Es decir, a diferencia de las anteriores licencias otorgadas por los Decretos 2457 y 2458 del 18 de diciembre de 1992, el nuevo permiso no implica la operación de activos preexistentes sino que introduce como obligación de la habilitación, el diseño y la construcción de un gasoducto e instalaciones conexas para la posterior prestación del servicio de transporte.

Además, el DNU instruye a la Secretaría de Gobierno de Energía a convocar a la licitación pública para adjudicar la nueva licencia de transporte de gas natural y la construcción de un gasoducto cuyo trayecto se extenderá desde la Cuenca Neuquina hasta el Gran Buenos Aires y el Litoral bajo un denominado Régimen Especial Temporario (RET), que tendrá vigencia por 17 años contados a partir de la adjudicación del contrato. O sea, casi por la mitad del plazo de la licencia para explotar el gasoducto que fue establecida en 35 años aunque con posibilidad de extenderla por 10 años adicionales.

La norma también estipula que la licitación será convocada durante este mes de julio y asegura que la construcción de la primera etapa del gasoducto permitirá aumentar la capacidad de evacuación del gas producido en Vaca Muerta en inicialmente 15 millones de m3 diarios y reemplazar importaciones de Gas Natural Licuado (GNL) y combustibles líquidos por u$s240 millones.

“Desde la construcción del Neuba II, en 1988, solo se realizaron ampliaciones de los sistemas de transporte existentes”, agregaron fuentes de la Secretaría de Energía consultados por iProfesional.

También aclaran que el régimen temporario prohíbe que en ningún caso los valores que surjan de la negociación sean trasladables a los cuadros tarifarios finales de los usuarios residenciales de gas natural o del resto de la demanda prioritaria, ni para aquellos que tienen contratada capacidad de transporte en firme.

En cuanto al pliego de la licitación, establecerá la asignación parcial de la capacidad de transporte inicial en forma directa, mientras que el resto de la capacidad se asignará mediante procedimientos abiertos “a fin de asegurar la no discriminación en el acceso”.

El objetivo del Gobierno es que la construcción de la primera etapa del gasoducto esté completa para el invierno del 2021. “Esto permitirá reemplazar GNL que aún ingresa por el puerto de Escobar por producción doméstica por unos u$s240 millones anuales”, señalan desde el ente que orienta Gustavo Lopetegui.

Para justificar la obra explican que entre el 2006 y el 2013 la Argentina pasó de tener un superávit comercial energético de u$s6.100 millones a un déficit de u$s6.900 millones con una oscilación de u$s13.000 millones que explica en parte el estancamiento económico en el que se encuentra la Argentina desde el 2011. De hecho, según las cuentas oficiales, el año pasado, el rojo fue de u$s2.300 millones, aunque para este año se espera estar cerca del equilibrio.

El propio Lopetegui estima que gasoducto permitirá mejorar la balanza comercial del país y aumentar la producción de Vaca Muerta que viene creciendo sostenidamente desde hace dos años, y en donde la de shale gas se duplicó en los últimos 12 meses. Es más, en mayo pasado, la producción total de gas del país creció 7,6% con respecto al mismo mes del año anterior convirtiéndose en la más alta desde julio de 2009.

Desde el Gobierno señalan que. además de sustituir importaciones, este crecimiento permitió retomar las exportaciones a Chile (por el momento con contratos interrumpibles) que habían sido suspendidas en el 2007 por la caída de la producción.

A la vez, este fuerte incremento de la producción de gas satur+p la capacidad de transporte desde la Cuenca Neuquina hacia los principales centros de consumo del país, localizados principalmente en el sector comprendido entre el GBA y Rosario.

Los tres gasoductos que movilizan el gas natural desde la Cuenca Neuquina -Neuba I, Neuba II y Centro Oeste- se encuentran saturados en su capacidad de transporte no logrando asistir la demanda insatisfecha en esos centros de consumo, lo que obligan a importar GNL para satisfacerla.

En este contexto y ante la necesidad de resolver en forma urgente esta situación es que el Gobierno ha decidido licitar una nueva licencia mediante el desarrollo de un sistema de transporte que se extenderá por 570 kilómetros desde las cercanías de la planta de tratamiento de Tratayén, en Neuquén, hasta la planta compresora Saturno, en la cercanías de la localidad bonaerense de Salliqueló, para luego continuar por otros 470 kilómetros hasta las cercanías de San Nicolás, también en la provincia de Buenos Aires.

El nuevo gasoducto tendrá una capacidad inicial mínima de 15 millones de m3 diarios en una primera etapa, pero podrá ser ampliado hasta llegar a los 40 millones de m3, acompañando el desarrollo armónico de la producción de Vaca Muerta y la demanda futura de gas natural del país.

De manera adicional, en el DNU se asegura que “la inversión asociada al proyecto permitirá incrementar el desarrollo de otras actividades y servicios que puedan conducir a una mayor recaudación y al equilibrio en las cuentas fiscales al perseguir la sustitución de gas importado para el abastecimiento interno y de combustibles líquidos para la generación eléctrica”.

Se señala además que el nuevo gasoducto permitirá cerrar un segundo anillo de alta presión por fuera de las zonas altamente pobladas del conurbano bonaerense, “supliendo la mayor demanda generada por los nuevos proyectos de generación eléctrica en las Subzonas Gran Buenos Aires (norte) y Litoral, instalados y/o a instalarse en el corredor San Jerónimo – Campana, siendo ello motor de crecimiento de consumo y desarrollo de oferta de gas no convencional”.

Se aclara también que el gasoducto no demandará gastos para el Estado nacional ni implicará costos para los usuarios del servicio ni para quienes tienen contratada actualmente su capacidad de transporte.

Por Andrés Sanguinetti
iProfesional